El camino fantástico del embrión en Costa Rica
Próximamente les contaré sobre el itinerario de la mayoría de los ciudadanos costarricenses ante el embate que está sufriendo la vida y la familia en nuestro país.
Por el momento, les traigo el artículo de Joaquín Trigueros, comunicador católico, cuyo blog podrán visitar haciendo click en el enlace colocado en el título ya que estoy segura hallarán ahí más artículos que encontrarán la mar de interesantes.
Sin mayor preámbulo les dejo con:
El camino fantástico del embrión en Costa Rica
Justo en el momento de la fecundación, la nueva vida humana y la madre comienzan a enviarse señales repentinamente como si un despertador sonara y activará sustancias en “modo avión” que se ponen en “modo on”, se prepararan y dispusieran a trabajar en equipo. Inicia un intercambio de microseñales entre moléculas del nuevo diminuto niño con las moléculas de las trompas maternas, que al captar una especie de vibración conjunta, contestan con varias sustancias que actúan como si se activara un “waze” creado por la naturaleza, indicando al embrión hacia dónde dirigirse. Comienza un camino fantástico, como una especie de “ruta de la seda”.
Durante los primeros días, el embrión, como una pequeña tortuga que corre para llegar al mar, sigue las indicaciones que le marca el “waze” molecular y sobrevive gracias a que genera por sí mismo como unas pequeñas inyecciones de energía que le mantienen vivo mientras recorre una especie de carretera, con los semáforos que las sustancias maternas han puesto en verde, que le permitirán avanzar y llegar entre el día 6 y 7 a la superficie interna del útero. Luego comienza un contacto físico donde el embrión logra “alcanzar” vasos capilares de la madre, como tomando frutas de un árbol. Una semana después, dentro del nuevo ser humano, se organiza el sistema circulatorio gracias al flujo de sangre materna que le llega a través de la placenta. El día 21 se producirá el primer latido.
Después de presentarse y reconocerse, como cuando un artefacto capta una señal de bluetooth, comienza un “chateo” lleno de confianza, donde el sistema inmunológico de la madre acepta al embrión preparándole lo que será su “cuna” por varios meses. Las sustancias liberadas por el embrión actúan como si el minúsculo niño llamara a su madre diciéndole: “¡soy yo!”, logrando que la reacción química de la mujer sea como la de un scanner que al reconocer el “código” del “grito” produce una especie de antivirus que “amarra” las células tóxicas para que no se lancen como perros de ataque al detectar la nueva criatura. Reconoce que esa nueva vida, aún de escasas células, no es ningún “alien” sino algo que debe proteger y alimentar.
Quince días después de que el embrión se ha implantado en el útero, comienzan unos cambios hormonales en el cerebro y el resto del cuerpo de la madre. Ante la petición del embrión, a través de “códigos de barra” de la naturaleza que la madre reconoce, ésta genera una hormona que reduce los niveles de estrés para que el feto encuentre un ambiente emocional y físico relajado, para que se den los menos “picos de voltaje” que sea posible y el embrión esté en el mejor “modo” de cero estress que es capaz de alcanzar.
Entre el segundo y cuarto mes del embarazo, las señales que envía el feto estimulan en la madre la producción de la hormona de la confianza y del apego; otra que es la reguladora de movimientos y sistemas premio-recompensa; y la que incita la producción de leche materna. Al quinto mes, cuando la madre siente los primeros movimientos del feto, comienza una producción aún mayor de la hormona del vínculo de apego, cosa que aumentará en el momento del parto, y después, cuando el niño ya nacido succione leche materna.
Después de cada embarazo, las células madre de la sangre del feto y su placenta pasan a la circulación materna y se almacenan en la médula ósea y se distribuyen en la piel de la madre, tiroides, hígado, riñón, pulmón, etc. Por provenir del feto, estas células colaboran con las células madre adultas en la función regenerativa del cuerpo de la mujer. Se tiene registrado que células provenientes de anteriores embarazos han participado en la reparación del corazón de madres que padecían cardiopatías. Una vez que comienza una vida en su vientre, la madre jamás será igual….
Hasta ahora, la inmensa mayoría de embriones costarricenses vivián en un ambiente protegido, como en el mejor de los parques nacionales del mundo. De un momento a otro, si el decreto a favor de la FIV firmado por el Presidente llega a ejecutarse, muchos embriones serán creados para ser “talados” en poquísimo tiempo, en un ambiente equivalente de asaltos a medicina armada y de congelación permanente y de sueños incumplidos.
Algunos de los principales estudios científicos sobre la FIV, muestran que para que una mujer quede embarazada el porcentaje de probabilidad recurriendo a las más avanzadas técnicas de este método es del 28-32% cuando se utilizan de 3-4 embriones. Si se utilizan sólo dos embriones, el porcentaje de probabilidades de quedar embarazada es del 14%. Quién ha logrado quedar embarazada suele pasar por 4-5 ciclos. Si la FIV comienza a ser legal en Costa Rica, una enorme cantidad de embriones no recorrerán nunca el camino que pone en marcha esa increíble relación madre-hijo desde el momento de la fecundación y que hasta ahora para los diminutos y microscópicos embriones costarricenses era de seguridad.