A sorbos o grandes tragos
San Juan Pablo II decía que “es a Jesús a quien buscas cuando sueñas con la felicidad”.
Dichoso quien haya reconocido su insaciable sed de felicidad.
Dichoso quien hubiese intentado dar satisfacción y no haya podido y, más dichoso todavía quien llega a identificarla como sed de Dios.
Dichoso porque se habrá puesto a buscar la fuente.
Dichoso porque la encontró.
Más dichoso porque la visita con frecuencia y, todavía más si, junto a la fuente ha puesto su hogar.
Dichoso porque allí sacia su sed.
La sacia en pequeños sorbos, como con las jaculatorias o lecturas espirituales; o a grandes tragos, como con la misa y la sagrada comunión.
La sacia sepultando las obras muertas en el sacramento de la reconciliación y también en el rosario rezado en presencia de la Sagrada Familia.
Ve saciada su sed en la gracia de una creciente confianza en la Divina Providencia.
La sacia con el silencio de su habitación y con reverencia ante el Santísimo Sacramento.
La sacia en los actos de misericordia y también sumergiendo su dolor y sufrimiento en las llagas de Jesús.
Ya sea a sorbos o grandes tragos la sed de felicidad se sacia, temporalmente, ya que se sigue teniendo sed pero, a la vez, felicidad.
Una oración preciosa de Balduino de Cantorbery, obispo.
“Quita de mí, Señor, este corazón de piedra, quita de mí este corazón endurecido, incircunciso. Tú que purificas los corazones y amas los corazones puros, toma posesión de mi corazón y habita en él, llénalo con tu presencia, tú que eres superior a lo más grande que hay en mí y que estás más dentro de mí que mi propia intimidad. Tú que eres el modelo perfecto de la belleza y el sello de la santidad, sella mi corazón con la impronta de tu imagen; sella mi corazón, con tu misericordia, tú, Dios por quien se consume mi corazón, mi herencia eterna. Amén”.
2 comentarios
¡¡ UN INMENSO ABRAZO DE MISERICORDIA DE DIOS ¡¡¡
¿ Por que ?...pues es por que el mismo DIOS te ha llevado con su Gracia a la Confesión para el perdón de los pecados. El Confesor administra la SANGRE de CRISTO para el perdón de tus pecados. Recuerda, examen de conciencia, dolor de los pecados. " propósito de la enmienda ", decir los pecados al Confesor y cumplir la Penitencia.
Luego cuando haya la bendición " URBI ET ORBI " obtienes la Gracia inmensa de la remisión de “ todas “ las penas del purgatorio, y entras en el CIELO¡¡¡. ( La característica fundamental de esta bendición para los fieles católicos es que otorga "la remisión por las penas debidas por pecados ya perdonados, es decir, confiere una indulgencia plenaria" bajo las condiciones determinadas por el Derecho Canónico, y haber confesado como comulgado, y no haber caído en pecado mortal.
Si tienes tantos pecados como las arenas de una playa, y te confiesas, DIOS porque además de Misericordioso es ¡¡ JUSTO ¡¡, te perdona absolutamente todos tus pecados, te da un inmenso abrazo, y si falleces al segundo siguiente después de la absolución: ganas la SALVACIÓN y la GLORIA ETERNA: ¡¡ para siempre, para siempre, ya que nunca tendrá fin ¡¡. Amén
Vivo a sorbos esperando su Misericordia.
Gracias por tan bello post
Suyo In Xto
Teofano
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