Como Iron Man pero sin ese tonto corazón que brilla
“Yo digo que es humildad reconocer que Dios nos hace criaturas nuevas, que hay lucidez en creer en Dios quien nos capacita. Es humildad reconocer abiertamente que Dios hace mejor al ser humano” Maricruz Tasies
He observado cierta idiocia entre los enemigos de la Iglesia.
No sé qué será, si será que la especie humana ha degenerado o si, simplemente, su empecinamiento en el pecado reduce su capacidad para razonar y que, por tanto, no tienen otra cosa más que los sentimientos para orientarse. No sé.
Ese montón de argumentos estúpidos para defender el aborto, esos padres idiotas que se emocionan por el deseo de sus hijos por cambiar de sexo, la idolatría hacia los drag queen y cualquier otra expresión espectacular de personas con desorden de identidad sexual…
En fin… tantas cosas que se ven en tantas de personas con tan poco cerebro que uno se pregunta cómo será cuando, cada día más, se les otorgue poder sobre el resto. Es de temer, sin duda.
En redes sociales, una sola vez los llamé idiotas, y como moscas se dieron por aludidos, de tal forma que, efectivamente, existen muchos más de los que imaginamos aunque no tantos. Dichosamente, todavía, no son mayoría pero podrían llegar a serlo.
Al respecto, me pongo a pensar cómo será que las conferencias episcopales, la propia Iglesia en su Magisterio o el mismo Papa, se están preparando para una sociedad de este tipo.
Me hace pensar, específicamente, cómo se preparan los obispos de mi país y cómo los presbíteros a su cargo. Porque, sin duda, deberían estarlo haciendo si es que pretenden sacar a la Iglesia de sus cuatro paredes parroquiales. Si es que han pensado que, si hay gentes que necesitan de Dios, son éstas.
Me figuro que, de estarlo haciendo, se habrán dado cuenta que deberán echar mano del conocimiento que ofrecen casos en los que la Iglesia ha debido lidiar con sociedades de este tipo; me refiero a multitudes sin Dios y, por ende, sin capacidad para razonar.
Porque eso sería lo más importante, conocer cómo se echarán al ruedo ante una multitud que a gritos pide su cabeza.
Me figuro que estarán haciéndose a la idea del martirio porque, digo yo, ¿de qué otra forma podrían estar pensando en dar testimonio?
Lo mismo me pregunto de los agentes de pastoral o si será que, más bien, siguen con ese pensamiento blandito de que con puro amor y esa rara misericordia de ahora atraerán almas a Cristo?
No sé, en realidad no sé. No sé si más bien, de entre todos ellos: obispos, curas y agentes, empezarán a surgir gentes valientes. Gentes sin miedo. Que digan lo que debe ser dicho en cualquier momento y lugar. No sé.
Sería lógico pensar que así fuera y saben por qué? Porque de no suceder, querría decir que Cristo padeció para que nada significara su Muerte y tampoco nada la Pascua. Que, quizá mejor, ni siquiera supiéramos de su existencia y nada de la Gracia; pero… sabemos que es todo lo contrario, de tal forma que, sucederá, surgirán y han surgido ya, gentes valientes y las habrá cada día más aunque no tantas como quisiéramos. Las habrá porque Dios existe.
En fin, sea como fuere lo hagan o dejen de hacer los responsables, no se si habrán notado cierta urgencia en prepararse para una nueva etapa.
No sé si la preparación la están recibiendo mediante los duros golpes de la vida que los ha hecho entender que su vida dentro de la vida de la Iglesia no volverá a ser lo que fue y que, por lo mismo, cada uno de ha venido siendo cambiado tal como si le estuviesen forrándole con una armadura fortísima dentro de la que instalaron, hace tiempo ya, un nuevo corazón de carne.
Parecido a esa coraza del dichoso Iron Man sin ese tonto corazón que brilla. Jaja
Vaya metáforas “sutilísimas” se me ocurren.
No se si, en verdad, lo habrán notado que ya no somos los mismos de hace cinco años.
Para lo que viene, hemos sido hecho nuevos.
Ya somos nuevas criaturas.
Es obra de la gracia. Todo es obra suya.
4 comentarios
¿Puedo yo pensar lo mismo cuando al llamarles a ustedes supersticiosos ignorantes (mucho menos insultante), me responden ustedes dándose por aludidos con mayor vehemencia que esos idiotas de los que usted había?
Ni usted debe, no ya llamar sino pensar que son idiotas ni yo pensar que ustedes son unos ignorantes supersticiosos
No solo no decirlo Maricruz. Ni siquiera pensarlo.
Usted misma, pero por ese camino nunca estará a la altura de los talentos que ha recibido de Dios, que son muchos.
Pero, para arrancar, SE NECESITA QUERER. No se necesitan más protocolos ni documentos.
Es pavoroso el grado de ignorancia que se constata en las comunidades católicas en todos los aspectos de la vida de la Fe; pero lamentablemente nadie quiere formar, ni el Obispo quiere formar a los presbíteros, ni estos a los laicos. Y digo que "no quieren", porque en sus mismas narices, ocurren las anomalías y, literalmente, miran para otro lado, para no comprometerse.
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