"Los cristianos no pueden regresar a las catacumbas" Card. Müller
Sin temor a equivocarme puedo decir que, Papa emérito Benedicto XVI eligió al Card. Müller para sucederle como Prefecto en la Congregación para la Doctrina de la Fe, porque deseaba darnos a quien sabría adelantarse al espíritu de los tiempos; sin embargo, recientemente han prescindido del servicio del cardenal, tras lo que ha ofrecido una entrevista muy clarificadora sobre el papel de un obispo, un cardenal y de quien le suceda como prefecto y, con ello, el papel de todo fiel católico. Dicha entrevista la encontraràn en Infocatólica. De allí cito textualmente:
“Los cristianos no pueden regresar a las catacumbas. La dimensión misionera es fundamental para la Iglesia católica. No podemos evitar las batallas actuales. Cristo dijo que Él no había venido al mundo para obtener una paz superficial, sino para desafiarnos, para que los cristianos obtengan la gracia para vivir siguiendo el camino que Él indicó. Y tenemos que hacerlo cuando las condiciones, como las de hoy, no son favorables”.
Card. Müller, para Il Foglio, julio 2017
Por estas latitudes, antes el invierno era que, hacía sol en la mañana y en la tarde llovía; sin embargo, ahora es que, amanece lloviendo y llega la noche para seguir en lo mismo.
Aquí donde vivo llevamos cerca de dos meses a ese ritmo y, parece mentira, pero ya el cuerpo sufre las consecuencias de la poca luz, el frío y la humedad.
El clima marca como una especie de ausencia de vida que va minando el ánimo hasta la próxima vez que el sol se deja ver. Quienes salen a trabajar no lo notan tanto como los que trabajamos aquí mismo.
Este invierno atípico mucho me dice sobre el actual clima eclesial.
Cuando no hay suficiente luz solar, como ahora, quienes estamos atentos a los cambios en la naturaleza notamos que las plantas crecen muy altas y rápidamente. Hay que ver lo rápido y alto que crecen!
A nosotros la gracia nos desafía a que, cuando no hay suficiente luz, crezcamos alto y rápidamente hasta encontrarLa.
Nosotros, como las plantas, la luz que buscamos está en lo alto, en el cielo, en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. No hay otra luz fuera de Él.
Unos, consideràndose luz, dicen que debemos seguirlos porque la luz está en lo que piensan y, otros, en lo que hacen, pero no, la Luz está de lo alto. Es allí donde hemos de volvernos para, como las plantas, crecer alto y rápido.
En todo caso, si siguiéramos a algunos, sigamos a quienes no muestren signos de luz artificial sino que, señalándonos la luz, nos hagan volvernos hacia ella; para lo cual hace falta la gracia del girasol.
Pidamos ser como girasol que sabe de Quièn recibe la luz, la verdadera vida. Pidamos esa gracia.
Somos como las plantas que necesitan la luz del sol. No luz artificial como la de que somos capaces sino la de Quien es el Sol por antonomasia.
A todo esto… y, si la Parusía fuera mañana? Podríamos decir como Simeón: - Señor, según tu promesa, ahora puedes dejar a tu siervo ir en paz porque mis ojos han visto a tu Salvador: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel?
“Los cristianos no deben regresar a las catacumbas” ha cicho el Card. Müller. Yo digo que no debemos hacerlo porque hasta allí no llega la luz del Sol.
Hemos de salir a dar la batalla así la tierra se encuentre en penumbras.
Así, por gracia, creceremos alto y rápidamente.
16 comentarios
De allí, que la opción Benito sea eso: opción, no está descartado, no está prohibido, no en todo caso es inconveniente, y, según el don de Dios, para algunos sí lo es.
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Eclessiam,
Quizá debí aclarar que por "catacumba" no me refiero a la opción Benito sino a cualquier forma en que nos auto-excluyamos de dar la batalla.
A todo esto, huir de la decadencia moral no supone cierta forma de auto-exclusiòn? O serà que la opción Benito es otra forma de dar la batalla?
"La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión «esencialmente se configura como comunión misionera».[20] Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie. Así se lo anuncia el ángel a los pastores de Belén: «No temáis, porque os traigo una Buena Noticia, una gran alegría para todo el pueblo» (Lc 2,10). El Apocalipsis se refiere a «una Buena Noticia, la eterna, la que él debía anunciar a los habitantes de la tierra, a toda nación, familia, lengua y pueblo» (Ap 14,6)." EVANGELII GAUDIUM I, 23
Debemos abandonar todo rigorismo y tratar de ser amables y acogedores con todos, no importa su condición de pecado o su ideología.
Hemos de atender a las necesidades del prójimo, empezando por las más urgentes, como son comer, vestirse, tener un techo; etc.
Hemos de colocar puentes y no muros, frente a aquellos que están separados de la Iglesia.
Nos hemos de interesar por todos los problemas sociales como son las migraciones y la contaminación ambiental.
Debemos dialogar, sin escandalizarnos, con quienes afirman y enseñan lo contrario a nosotros.
En fin, la lista podría ser larga, de todas las actitudes que debemos asumir frente a la problemática social y eclesial en que nos hayamos inmersos..
Pero, por sobre todo lo anterior, una cosa que no debe faltar, por nada del mundo, en cada una de las acciones de la Iglesia y de cada cristiano en particular es EL ANUNCIO DE LA SALVACION QUE CRISTO NOS HA TRAIDO, CUYA ACOGIDA POR PARTE NUESTRA IMPLICA RECONOCER NUESTRA CONDICION DE PECADORES, DEJAR EL PECADO CON LA AYUDA DE LA GRACIA Y COMBATIR CADA DIA POR PERMANECER CERCA DEL SEÑOR SIN DEJARSE "MAREAR" POR EL RELATIVISMO MORAL QUE NOS CIRCUNDA.
Bendiciones en Cristo, María y José.
Los tres papas citados arriba coinciden en que la alegría y el entusiasmo por el Amor que se ha derramado primero en nosotros es la esencia de la misión.
Podría dar dos argumentos de autoridad.
1. San Benito y sus monjes lo hicieron, y san Benito fue santo. Por tanto, es una forma de dar batalla.
2. San Benito y sus monjes lo hicieron, y construyeron así la cristiandad, según demuestran muchos autores de renombre, por tanto, es una forma de dar batalla.
Sin embargo, quisiera responder diciendo que, según el don de Dios, es posible que sea una forma de dar batalla, porque recordemos que la batalla principal es contra los demonios, y que un monje con su oración puede convertir más almas que cien predicadores en misión. Y, dado que Dios reparte sus dones como Él quiere, puede que quiera que uno o más grupos de mayor o menor número de cristianos (laicos, religiosos y sacerdotes juntos) se aparten del mundo en la forma de opción Benito. Porque es tan bueno dar batalla cuando es debido, como no darla cuando no lo es, entendiendo como batalla la lucha por la conversión de los pecadores en vida activa. Esto nos lo dijo Jesucristo (No deis lo santo a los perros) y fue ejemplo san Pablo, pasando de predicar a los judíos a hacerlo a los gentiles (Hch 28, 28), por el rechazo obstinado de los primeros.
Pienso que, a quién lo ve como una opción a seguirla, que la siga. Dios es el que obra en nosotros el querer y el obrar según su beneplácito (Fil 2, 13), y esto de la opción Benito ha estado surgiendo -según me he enterado- en muchos países donde los católicos tradicionales y ortodoxos desean vivir su fe, y en sus tierras la apostasía está casi completamente consumada, de tal manera que se han visto persuadidos de fundar comunidades lejos de las grandes ciudades.
A nosotros no nos queda más que constatar y aceptar de que vivimos en un mundo que ÉL ha vencido. Confiemos, por tanto, en Él, y perseveremos en su Palabra.
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Pero JESÚS lo dejó bien claro una vez que iba a subir al Padre: 'Dichosos los que, sin ver, crean. Pues los limpios de corazón serán los únicos que vean a DIOS'.
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La Misión no sólo es ir afuera. También es evangelizar dentro....dentro de quién luego podrá evangelizar.
Ir sin nada dentro es no compartir...es engañar
No pide que sean sacados de su ambiente, no pide que se les preserve del mundo: hacen falta en el mundo, ahí esta su misión. La levadura debe estar en medio de la masa. Pero necesitan ayuda de Dios para ser preservados del mal. Porque el mundo los aborrecerá y no será fácil soportar el odio de los demás. (Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer)
Es bueno leer y meditar la Palabra de Dios en Jn, 17, 11-19.
Como siempre es El Quien nos lo aclara todo.
No me expliqué correctamente Jorge, no es posible evangelizar si El no se ha derramado previamente en nosotros, Como usted mismo dice, no vamos a evangelizar vacíos en donde El nos diga, nuestra familia, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, etc. Estamos siempre llenos de El y los reflejamos en todos lo que hacemos y decimos. Es lo que contemplamos en el segundo misterio gozoso del rosario. Y es un misterio, sólo una parte nos es manifiesto, ya que la gracia para que la misión de frutos no depende de nosotros ni de nada que sea nuestro.
Por lo cual a veces me pregunto porque si hace más de 50 años que el magisterio habla de la misión como la esencia de la Iglesia, estamos viviendo en la gran apostasía y el cardenal Muller lo describe muy bien. La respuesta a la cual llegó siempre es porque no reflejamos a Cristo ante los demás. Como San Pablo nos los dice en sus cartas que se leen en la misa.
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