Hoy, como antaño, al pie del Sinaí
Los católicos estamos polarizados debido a que Dios ha permitido un Vicario que ejerce una influencia provocativa en la comunidad. Un agente provocador es lo que nos ha dado Dios esta vez como su Vicario.
Por definición, el agente provocador, es aquél que se introduce con determinadas intenciones para generar reacciones específicas.
Es realista, por cristiano, considerar al actual Vicario de Cristo de esta forma y a la vez no entrar en juicios sobre sus intenciones.
La polarización se caracteriza porque, un polo alega estar del lado de Cristo y otro, del lado del papa y, por ende, del lado de Cristo.
El primero, ha optado por conservar la sana doctrina y, el segundo, por darle un fuerte empujón al mejor estilo de nuestro amado papa.
En medio de ello, existe una muchedumbre que se mantiene al margen, ya sea porque no la alcanza la información, porque no la entiende o porque posee una concepción errónea de varias cuestiones vitales, tal como de la figura del pontífice.
Al respecto solo mencionaré que, por ejemplo, consideran que el papa es elegido por el Espíritu Santo tal como si éste anulara la libertad de los cardenales con el propósito de que eligieran únicamente al santo varón que Dios tuviera planeado.
Cosa que es absolutamente falsa ya que, de anular el Espíritu Santo la libertad para imponer la suya, no habrían sido elegidos pésimos papas a lo largo de la historia de la Iglesia.
En este sentido, es vital que se comprenda que la gracia nos es dada para elegir el bien, nunca el mal.
El caso es que, algunos dentro de la muchedumbre mencionada, tarde o temprano, se dará cuenta que no solo están en medio de dos polos que tiran en direcciones opuestas sino bajo la figura de un papa cuya autoridad ha sido puesta en duda.
En ese momento no solo advertirán que, en su mayoría, los obispos y párrocos, optan por guardar silencio sino que, una vez que se toca el tema, se polarizan las opiniones.
Será un momento delicado en el que, los advertidos, notarán que están solos y que, queriéndolo o no, la situación les exige tomar posición respecto a ponerse
a. del lado de Cristo o,
b. del lado del papa quien, como es lógico, afirma estar del lado de Cristo
Una vez dentro de esta encrucijada a quién podrán recurrir?
Deberán recurrir a Cristo.
Adónde lo hallarán?
En la gracia que Dios derrama en sus corazones.
Deberán entregarse a ella con absoluta confianza.
Mi recomendación es que, una vez advertida la tensa situación, se hagan a la idea de que son como los hebreos que, tras salir de Egipto, permanecerán solos al pie del Sinaí hasta que se defina el asunto del Decálogo.
Mientras, con auxilio de la gracia, deben decidir si volverán al tiempo en que adoraban ídolos o se mantendrán firmes en lo que han visto y escuchado.
Es una decisión simple pero definitiva.
7 comentarios
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La ley de Dios revela la esclavitud del pecado y la gracia merecida por Cristo nos libera , pero tantas veces preferimos los ajos, las cebollas o las ollas de carne-especiamente de carne- aunque sea a precio de esclavitud.
Anulemos la ley y desparecerá el sentido del pecado y entonces para qué la salvación. No estamos en una disputa teológica circunstancial. Detras de la enervació de la ley de Dios (no cometerás adulterio) está el ataque frontal a la totalidad de la obra de Cristo:su sacrificio de amor y obediencia al Padre para el perdon de los pecados.Es que no lo veis? Es la Serpiente que dice de nuevo "no moriréis sino que seréis como dioses conocedores del bien y del mal". Vosotros mismos determinaréis qué és pecado y qué no.Nigún pecado es completamente libre porque siempre conlleva un error de elección de un bien aparente sobre el verdadero bien. Qué Dios nos ilumine. Arrimémonos a la Virgen Maria.
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Vicente, sería lo mismo si el papa estuviera poseído de la persona de Cristo pero usted y yo sabemos que no es así. El papa es una persona humana y Cristo es Dios. Cristo la cabeza y el papa un delegado.
Me encanta su acusación... teniendo en cuenta que JESÚS dejó dicho que si no éramos como niños no entraríamos en el Reino de los Cielos.
Niños no caprichosos, ni egoístas, ni mentirosos ni envidiosos.
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(y no me lo puedo creer... porque eso significaría que también es responsable -de los males que lo aquejan-)
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