¿Cómo colaborar con la gracia para darnos de baja del propio infierno personal?

El Señor es tan grande que hasta nos dejó el medio que educa y sana la conciencia en el Sacramento de la Reconciliación.

No soy experta en moral pero puedo decir que mientras mi conciencia solo fue esa vocecita que se presentaba como un diablo o un angelito, anduve más perdida que “Pagola en reunión de lefebvristas” [cita de un amigo]

Traigo el tema porque he visto que muchos católicos hoy en día andamos así de perdidos, tal como anduve, por falta de quien me hablara de la conciencia, de moral, del pecado, de la gracia y me revelara el estado de mis sentimientos. 

Tendríamos que saltar de alegría y gratitud si, cuando llegáramos a confesarnos, el sacerdote nos dijera: - ¡No tienes moral!, ¡Has de educar la conciencia! o ¡Qué desmadre de sentimientos, caramba! 

Sería el principio de nuestra salud tan solo debido a que el sacerdote ha  llamado a las cosas por su nombre: - “Si, hombre, ¡que eres pecador!”, tal como, de un batacazo, solía decir el padre Pio quien, no obstante, tenía claro lo de la autonomía de la conciencia -como confesor- se reconocía como “el custodio de la justicia y el honor divinos” lo que, por defecto, le capacitaba como custodio de almas. 

Ya sabemos cuán poco le importaron al padre Pío los respetos humanos cuando de la salud de un alma se trataba. Sin el menor reparo entraba hasta lo más profundo de la herida. El sabía lo que de eso la gracia obtendría. Lo tenía clarísimo. 

Con esto quiero decir que un confesor, cuando observa que nuestra conciencia requiere educarse, que nuestra estructura moral anda chueca o que nuestros sentimientos son un caos, ha de ejercer su función judicial, es decir, debe juzgar “conforme a la Palabra de Dios transmitida por la Iglesia y custodiada por el Magisterio”  

De no ser así, “la “autonomía” de la conciencia del penitente estaría siendo juzgada únicamente por la “autonomía” de la conciencia del confesor lo que, más que ser ejercicio de la función judicial de Cristo, sería relativismo y complicidad” con el pecador.

Del ejercicio de su función judicial es que el confesor posee autoridad para indicarnos que nuestro pecado es grave, que el daño provocado exige enmienda pero también movernos al compromiso con Dios de no volver a pecar más.

Dos confesores me ha concedido el Señor que actuaran conmigo de esa forma: aquél que, efectivamente, me dijera “No tienes moral” y aquél que, de la mano, me condujera hasta el consultorio del psicólogo.

Estos dos sacerdotes conocían bien el don de su ministerio lo que produjo que me iniciara en la educación de mi conciencia, en formar una estructura moral y poner orden en mis sentimientos lo que posibilitó que la gracia actuara a sus anchas para sanar concienzudamente mi alma a lo largo de toda mi vida.  

En este sentido tengo una recomendación: en caso de dudar del nivel de educación de la propia conciencia, en caso de no tener claro en qué estado se encuentra nuestra estructura moral y la situación de los sentimientos, recurramos confiados al confesor que pueda y quiera ayudarnos ya que así estaremos colaborando con la gracia al consiguir admitir con humildad y sencillez el pecado, la culpa y las heridas emocionales.

Tomémonos como una verdad la eficacia de la gracia que derrama sobre nosotros el Sacramento de la Reconciliación ya que relativizarlo es lo que nos tiene tal y como estamos, sin conocer cómo colaborar con la gracia para darnos de baja del propio infierno personal.

NOTA: Con la cursiva estoy indicando lo que un confesor me confiara de manera privada.

 

10 comentarios

  
Cos
Muy cierto, Dona Maricruz. Esa misma sensacion he tenido yo durante años sin saber que era lo que pasaba. Ademas las conciencias se moldean desde el poder. Lo que se quiere es una poblacion esclava.
18/11/15 6:29 PM
  
Pedro L. Llera
Gracias, Mari Cruz. ¡Qué falta hace insistir en la necesidad de recuperar el sacramento de la reconciliación!
18/11/15 11:21 PM
  
antonio
!!! “conforme a la Palabra de Dios transmitida por la Iglesia y custodiada por el Magisterio”
De no ser así, “la “autonomía” de la conciencia del penitente estaría siendo juzgada únicamente por la “autonomía” de la conciencia del confesor lo que, más que ser ejercicio de la función judicial de Cristo, sería relativismo y complicidad” con el pecador.!!!!!!!
La Reconciliación es un enorme Sacramento es el mismo CRISTO, el Sacerdote!!!Siempre digo su Sangre te perdona y te Levanta, no es nada psicológico, es una aumento, de GRACIA.San Ignacio Todos los dias, San Francisco de Sales también!!El Padre Pio!!!!

Otra Maravilla de la Iglesia!!!!!Un Gran Sacramento, prepararlo, orara frente al Sagrario, la Santisima Virgén Maria, las imágenes, sacadas por el modernismo, nos ayudan a elevar el alma al cielo.San Juan de la Cruz.Disponibilidad del confesor, tengo allegados que salén a cualquier hora..
Gracias Maricruz, que Dios te bendiga y lo haga con la Iglesia!!!!!
Da Enormes Fuerzas para no Caer, y nos dispone en forma para la EUCARISTIA!!!!!!
19/11/15 2:09 PM
  
Feri del Carpio Marek
Bendito sacramento de la Reconciliación, en el que Jesús hace tantas maravillas en nuestras pobres almas, vasijas de barro, a través del sacerdote, y muchas veces a pesar de éste.
19/11/15 5:44 PM
  
El Indalecio
No me ha gustado que el confesor te llevara al psicólogo. El gran acto psicológico es la misma confesión. Y el mejor psicólogo, el confesor. A condición de que el sacerdote sea prudente y no sea un tiro al aire.

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El Indalecio:
Yo no me sentí muy bien tampoco, en principio, pero me condujo a una psicóloga católica con quien, en unas cuantas conversaciones, resolví el asunto.
Miro a los psicólogos como a los dentistas desde entonces: nadie quiere visitarlos pero sabemos que hay que hacerlo por nuestra salud dental.
El resto del trabajo, lo realizó en mi gracia.
19/11/15 9:19 PM
  
antonio
El que es Católico, y en el mundo no tuvo problemas, no es Católico Je!!!Je!!!como dice Alonso,
Hay un pecado gravisimo,satánico, que ultimamente estaba pensando menos mal que nostros tenemos al SEÑOR, en la Confesión:LA ENVIDIA!!!!
Provoca difamación, calumnias, rechinar de dientes en la tierra etc etc.
Que la Resantisima Virgén Maria Ruegue por la Iglesia,, el maldito pecado original, no en los demás en mi, pero los demás no se dan cuenta, esto es cosa de curas, pero por sus frutos, se conocen.
La Difamación la columnia, están llenos, los chistes verdes, las malas palabras que hablan de la corrupción del alma, se siente olor a podrido!!por todos lados, EL HOMBRE!!!!!estamos como en la epoca de DIOGENES, el ciníco, con una lampara de Luz a pleno dia buscaba a un hombre estamos asi.


06/12/15 5:14 PM
  
antonio
Y siempre pedirle a Dios en la EUcaristia, después de la Adoración,en el mejor momento de tratar de Negocios(Los del alma), con Dios Nuestro Señor( Santa Teresa) para que esas personas se conviertan, que bien más grande pueden tener!!
Que Dios te bendiga y lo haga por la Iglesia.Todo el Amor al prójimo, cumplir con su Santisima Palabra, lo que manda la iglesia, porque DIOS me Ama, y quiere que sea justamente un HOMBRE, el más Perfecto, de los hombres CRISTO.


06/12/15 5:42 PM
  
antonio
Siempre hace tiempo, consideré como es , que los personajes más terribles evangélicos,Hipocrita , amigo de ser alabado, estos no son como yo tan bueno en los planos personal, y en la profesión, judas,etc no están en los demás y no quedarón en la historia, están en nuestras almas, me confesaba de esa manera y con temas puntuales, un Sacerdote Muy Bueno Dominico, recuerdo como si fuera hoy, me dijo en el confesionario, esto se cura aqui!!!!!!!!!!El Amor propio, no el de los demás el mio, y no son los hipodcitas los demás sino yo, y asi, eso como la envidia, sobre esté tema también esta lo que escribe el Padre Bojorge, "En mi sed me dierón vinagre"La Civilización de la Acedia"El odio a los hombres de Dios, asi murierón describe el Padre los profetas!!
Hay que prepararla, siempre frente al Sagrario, es nortable como la razón se enciende con lo que está disgustando a Dios, y de rodillas, ES DIOS, no son hombres cualquiera.Va Creciendo la GRACIA, y uno debe saber que esta en caida libre, sin la Gracia, Sin Dios, un enemigo la vuerguenza, nada!!!es el Diablo, que existe.
Luchar contra defectos, etc hasta la muerte, y pedir como lo comentarón, y lo comenta un familiar dominico la Gracia de las Gracias, la de la Perserverancia Final.
Y no es Psicológico, no traiga palidas aca, otra!!!!la perdida de un trabajo, eso como me dijo una Carmelita es anticristiano, el Sacerdote debe tener la paciencia de saber llevar la Cruz, del penitente y tengo un familiar Dominico, que las escucha, y las trata de resolver humanamente, se la pasa horas en el confesionario, para el sacerdote es muy Santificador.La Confesión y el /o el sacramento de la Reconciliación es fundamental.

Que Dios te bendiga y lo haga con la Iglesia, espero, que hermanos, sepan la importancia, de esté gran Sacramento, irse al Cielo!!!!!!!Abre las puertas, no sólo el perdón sino la fuerza del alma para no caer.
06/12/15 8:22 PM
  
antonio
Para no caer, y para ir adelante!!!!también no puede ser que después de 32 años de meter la pata, uno se encuentre con un Sacerdote buenista, que le diga Dios lo perdono, tres aves maria y listo.
Siempre recuerdo a un gran Franciscano el Padre Bonifacio de Ataún con fama de Santo entre sus frailes, y lo debía ser.
Mi primer confesión como dos horas de rodilla, el padre me ayudo a hacer una confesión general,todavía recuerdo el dolor!!Je!!!Je!!!de noche, la basilica cerrada, de Pompeya.
Y después segui con el que es hoy mi director.
Santa Teresa la oración de acuerdo a una Carmelita es fácil.
Es un Gran Sacramento!!!!espero que estas gotitas, le puedan servir algunos hermanos de nuestra Madre, la Iglesia.
Que Dios te bendiga y lo haga con la Iglesia
06/12/15 10:50 PM
  
Sara
Durante años no me confesé. No era consciente de que tenía pecados. No sabía que lo que hacía era pecado. No me daba cuenta de que, por mis pecados, mi vida no era lo que debía ser.
Al empezar a ir a la iglesia con regularidad, cosa que antes no hacía, empezé a pensar que algún pecado debía tener, aunque no sabía ni veía cuales podían ser.
Un día se me ocurrió empezar a pedirle a Dios que me mostrara mis pecados, pues yo quería confesar pero no sabía qué.
Madre mía!!! Cuando El Señor en su infinita Misericordia me los mostró!!!
Con todo, por falta de costumbre y de enseñanza al respecto, no sabía, ni todavía se bien, confesar.
Que bueno es tener, Dios mio, un buen confesor!!!
Un confesor que te guie, que ahonde en la herida para desinfectarla bien, y que se cure y cierre en condiciones.
Siento que no solo cura el que te perdonen. Lo importante de la reparación y la penitencia.
Es entonces cuando limpios con el perdón,la reparación y la penitencia, actua totalmente la gracia de llevar una vida en santidad, sin soltar nuestra cruz.

Señor danos sacerdotes.
Señor danos buenos sacerdotes.
Señor danos santos sacerdotes.

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Sara, me uno a tu oración.
De primera mano se lo que produce un mal confesor.
El Señor tenga piedad de nosotros.
12/12/15 5:41 PM

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