¿Cuánto de Ideología de Género existe en los siguientes hechos?
Miren hasta dónde ha penetrado la Ideología de Género en la Iglesia
Si, fue el Relativismo el que la introdujo sin que apenas nos diéramos cuenta.
El mero pecado, para llamarlo de forma que nos entendamos. Ok?
Revisen.
¿Cuánto de Ideología de Género existe en los siguientes hechos?
- En los sacerdotes homosexuales que viven en secreto con su pareja
- En los formadores que les permitieron ordenarse
- En aquellos sacerdotes que sacan su tiempo libre para salir en citas dobles a las que invitan a jóvenes varones de sus parroquias
- En sacerdotes que por tener pareja viven en adulterio ya que su Esposa es la Iglesia
- Quienes, de paso, recurren a la anti-concepción.
- En parejas heterosexuales a las que los sacerdotes autorizan a comulgar aunque estén divorciados y vueltos a casar
- En parejas de homosexuales que reciben la aprobación de sus párrocos para comulgar aunque no vivan en castidad
- En el consejo que de los sacerdotes reciben en privado los fieles acerca de optar por la FIV o recurrir al aborto ya que existe perdón
- En obispos que recurren a un falso concepto de misericordia (sin justicia) para reclamar, entre otros, el gaymonio y la comunión a los divorciados.
- En el multitud de nosotros que apoyamos estas cosas sin inmutarnos
- En Obispos, presbíteros y fieles que conocen estos hechos pero se hacen de la vista gorda
Pero, sobre todo, cuán profundamente habrá penetrado que, ante la multitud de fieles, teólogos y obispos que lo denuncian, la mayoría de nosotros los califica de exagerados.
Esto solo por mencionar algunas de las graves situaciones de las que casi todos hemos tenido conocimiento y ante las que guardamos silencio haciéndonos sus cómplices
Luego, muy ufanos, nos llenamos la boca diciendo que solo los laicistas son reprobables por vivir en la mentira.
Si. Como no.
Luego, también somos tan valientes (piadosos y santos) para exclamar con el alma henchida por el sentimiento que jamás Cristo nos dejará a nuestra suerte.
Claro que nos deja!
No ven el resultado?
NOTA
Me perdonan crudeza y simpleza pero para decir cosas sutiles y elaboradas sobre el Sínodo existen otros.
Que el Señor derrame su gracia sobre todos.
8 comentarios
La ideología de género es otra cosa y tiene poco que ver con las carencias educativas de los seminarios y las debilidades de los hombres de Dios. La ideología de género no se origina ni termina en la Iglesia, aunque sí podría ser la Iglesia la encargada de darle su justa dimensión.
En mi opinión, la ideología de género no es más que una reacción a las diferencias injustas entre sexos creadas por la sociedad. Lamentablemente esas injusticias han tardado demasiado en ser corregidas y eso ha provocado que se llegue a extremos más injustos, como por ejemplo, negar que exista diferencia entre hombres y mujeres, aunque esas diferencias -que no carencias- sean obvias.
Sin duda la Iglesia, como parte de la sociedad, está influenciada por la ideología de género, a veces incluso para bien. Hace apenas 50 años era impensable que una mujer pudiera ser acólita o que pudiera asistir a Misa con la cabeza descubierta y hoy es algo normal. Pero suponer que la ideología de género haya provocado que ingresen jóvenes confundidos al seminario o haya sacerdotes tirándose su canita al aire, es exagerar un poco la nota.
Tenemos que entender que la Iglesia es santa, formada por pecadores. El pecado lo llevamos dentro desde Adán, no es necesario buscar modas ni tendencias para reconocerlo.
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DavidQ,
Por favor, investigue estos nombres:
Jeremy Betham
Peter Singer
Margaret Sanger
Los dos primeros, filósofos en cuyas ideas se han fundado los ideólogos de género y la tercera, promotora del aborto.
Tenga en cuenta que antes que la ideología de género ha existido el aporte del cristianismo a la igualdad de la mujer ante la ley por lo que la lucha por la igualdad no ha sido exclusiva de la Ideología de Género.
Mientras desconozca su origen y la verdadera intención tras sus acciones no podrá ofrecer una respuesta cristiana a la realidad en lo que está impregnada de dicha ideología.
- Que a veces pensamos que los sacerdotes, obispos, pastores por la dignidad de su ministerio están por encima de los demás hermanos en la fe, pero todos somos pecadores y sólo nos redime nuestro Señor Jesucristo. Lo sé porque yo también fui educado en esa sensibilidad y esa reverencia que tiene mucho de infantil e idolátrico aunque fuera bienintencionada.
- Que muchos de esos pecados vienen de mucho antes que la ideología de género, el concilio vat II o cualquier otro acontecimiento reciente. Algunos lo hacen porque son débiles, otros porque son poderosos (o creen serlo), otros callan por miedo al descrédito, falso corporativismo o porque no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni oir, ni nada... Estos pecados han acompañado a la Iglesia durante toda la historia. He leído recientemente las cartas de S. Cipriano y en el siglo II ya se conocían estos comportamientos en el clero, las vírgenes consagradas y en los bautizados.
- Pero sobre todo me gustaría animarle a vd. a no ceder ante la amargura ni la rabia que a veces nos contamina e impide que la misericordia del Espíritu nos alcance, interfiriendo la obra de la misericordia y el amor de Dios. El lenguaje del rigor tanto como el lenguaje del odio y el lenguaje de la rabia son muy contagiosos y nos impiden ver al hermano que sufre las ataduras de su pecado, de una mala conciencia o una mala formación. Piense en la multitud de personas que sufrieron por pensar que los niños muertos, sus hijos, no bautizados la iglesia decía que no verían jamás a Dios y el rigor con el que muchos pastores predicaron sobre ello, o en las personas homosexuales que niegan su ser íntimo porque echamos sobre ellos fardos que no tocaríamos ni con el dedo o en muchas mujeres abandonadas a las que condenamos a una vida de continencia sexual e infecundidad (si tienes hijos serán fruto del pecado...) por un ideal, el matrimonio estéril que anhela cumplir el mandato de dar la vida y se vuelve a las técnicas de fiv... Detrás de cada uno de nuestros hermanos, detrás de cada un de nuestras vida no hay simples casos de una doctrina... Son nuestras vidas reales que el crucificado justificó ante el Padre y nosotros somos sus hermanos no sus jueces.
Anímese a recuperar esa alegría evangélica que nos regala generosamente a sus lectores y si no, si algo falla, asómese a la ventana a esa Costa Rica -verdadero regalo de Dios a la Tierra- y déjese contagiar de la belleza de la creación.
Espero no haberla importunado con mis palabras ni con mi dura sintaxis del otro lado del atlántico. Un abrazo en la fe.
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Ramiro:
"las ataduras al pecado, a una mala conciencia o a una mala formación" las he sufrido en carne propia por lo que nos un peligro aquí que no consiga verlas en los demás. Tampoco lo es la amargura ni la rabia.
Gracias por su interés.
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Juan Carlos:
"hay verdades que han de quedar muy claras, aunque el que escucha se ofenda"
De esto, precisamente, trata este artículo.
Gracias,
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Maribel,
Algunos, quizá por nuestra personalidad, parece que necesitamos este tipo de empujoncitos ya sea para despertar o para seguir andando.
Saludos,
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Ramiro,
Entiendo su preocupación pero sería algo excepcional que me endureciera.
No se disculpe por comentario anterior. Agradezco que se diera cuenta de su extensión.
Saludos,
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Forestier,
Exacto y, mientras desconozcamos la filosofía que le dio origen y su finalidad, andaremos dando palos de ciego ya que ni siquiera sabremos cuál gracia pedir para enfrentarla. Ser realista pocas veces nos deja un buen saber de boca porque implica reconocernos pecadores pero el realismo es un imperativo en nuestros días si es que pretendemos dar una respuesta cristiana en colaboración con la gracia.
Una respuesta cristiana surge del cristianismo. Y siguiendo el cristianismo no necesitamos ir más allá del libro del Génesis para encontrar el origen del pecado.
Considero un error buscar las causas donde no están, porque confunde. San Benito precede al utilitarismo y él ya conocía las tendencias homosexuales. Cuando asignamos las culpas donde no corresponde, quedamos en ridículo y le allanamos el camino a los enemigos. Basta para ellos decir "¿Ven? Los cristianos ignoran hasta sus propios males, nos necesitan a nosotros para corregirlos".
De este mundo podrá desaparecer la ideología de género, el utilitarismo, el marxismo y el feminismo, y el pecado seguirá existiendo. Quizás -pienso yo- porque el pecado es causa y no efecto de todas esas tendencias. La respuesta cristiana no va a cambiar, venga la moda que venga.
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