Antes del Sínodo de la Familia pidamos perdón
Lo que está pasando en relación al Sínodo de la Familia no sé si es una locura o si la locura (como el pecado) más bien es cosa natural en los seres humanos pero, de que es locura, no cabe la menor duda.
Miren, estoy algo distanciada de toda la variedad de cruzadas que varios han asumido respecto a dar la comunión a los divorciados vueltos a casar porque necesito obtener la verdad de todo ello pero, de que resulta sumamente difícil, es la mayor verdad que he hallado hasta el momento.
Esto le digo a unos y a otros:
Desde su origen ha habido espacio para todos en la Iglesia; sin embargo, lo que no ha sucedido es que todos hayan sobrevivido en el tiempo.
Basta con conocer lo básico de la historia para tener claro que muchos quedaron en el camino y que, quienes han sobrevivido son aquellos que se han apegado a la Palabra de Dios y a las enseñanzas que derivan de ella. Es algo para tomar en cuenta.
Tómenlo en cuenta los que toman posiciones extremas tanto a favor como en contra de dar la comunión a los divorciados vueltos a casar.
Porque no es el parecer humano (nuestro pecado) lo que prevalece sino el parecer del Señor (su santidad) en su Palabra.
Además, tomen en cuenta que al final, la responsabilidad de que existan tantos que se casaron, divorciaron y volvieron a unir por las razones equivocadas, es nuestra; de nadie más y, únicamente, debido a que no los acompañamos en el proceso como debimos haberlo hecho.
Por tanto, es hora de empezar a poner remedio lo que, ni de lejos pasa por llamar al adulterio con otro nombre para abrir la puerta a la comunión, sino que siguiendo el ejemplo de Señor que siempre nos ha auxiliado con su gracia a la hora de invitarnos al reconocimiento de los pecados.
Me refiero a que, unos y otros, hemos de reconocer tanto al pecado del adulterio como el de la falta de responsabilidad con los hombres y mujeres que por decenios han venido pidiendo el sacramento del matrimonio.
Si, lo que pasa antes del Sínodo es una locura lo que es señal de que la razón está enferma y es, únicamente, debido al pecado.
Pidamos perdón.
Señor, yo, Maricruz Tasies, te pido perdón porque no he asumido mi responsabilidad hacia mis seres queridos a quienes he visto llegar al matrimonio, el divorcio y nueva unión por las razones equivocadas las que, incluso, he públicamente aprobado por indiferencia, verguenza o por temor.
Creo, estimados hermanos que, por algo tan básico como esto, deberíamos empezar.
29 comentarios
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Raúl de Argentina:
Creo que ha entendido bien por lo que me ahorra la respuesta.
Saludos cordiales
Hace más de 60 años que no leo una verdad tan precisa (tengo 50, por cierto).
Alguna vez lo había pensado sobre el aborto: el aborto no se inicia en una clínica, se inicia cuando la mujer dice "estoy embarazada" y alguien le contesta "¿y ahora qué vas a hacer?". Del mismo modo, el divorcio no lo hacen los abogados, sino las suegras, los suegros, los cuñados, los amigos y los vecinos.
A los que pasamos dificultades en el matrimonio, no es el cónyuge el que más nos duele, son las constantes murmuraciones, recriminaciones y "consejos" que escuchamos todo el tiempo sobre la maravillosa conveniencia de tirar todo por la borda y empezar de nuevo. Así estoy yo, y no he oído ni una sola persona que diga ni siquiera "no te preocupes" mucho menos un "yo te ayudo". ¿Oraciones? Ni en Misa. El que se divorcia, así como el que se suicida, lo hace porque se quedó sin recursos, no porque se haya quedado sin amor.
El pecado es la separación del primer matrimonio ('lo que ha unido DIOS no lo separe el hombre'), pero, curiosamente, el que incumple dicha sentencia SÍ PUEDE COMULGAR... después de confesarse y no volver a emparejarse o casarse.
No obstante, es el ÚNICO PECADO 'que queda pendiente de' (¡y mira que los hay graves!)... por que el que se separa (no con vistas a emparejarse o casarse de nuevo -ojo al dato, muy importante-) si lo vuelve hacer (emparejarse o casarse) al cabo de diez años (aún después de estar limpio de pecado), vuelve a retomarse la primera situación (o situación anterior) y entra nuevamente en pecado... prohibiéndosele comulgar.
No obstante, me gustaría que alguien me explicase a que se considera (o se consideraba, en tiempos de JESÚS), UNIÓN ILEGÍTIMA (Mateo 5, 32), según la Sagrada Biblia. Y digo según la Sagrada Biblia por que en la Biblia de Jerusalen o en la Biblia de la Sagrada Familia, dice JESÚS textualmente: ''Pero yo os digo que cualquiera que despidiere a su mujer, si no es por causa de adulterio (o fornicación), la expone a ser adultera, y el que se casare con la repudiada, es, asimismo, adultero'. ¡Si la despidiere sin causa alguna!
Supongo, no se si acertaré, que la únión ilegítima se refiere al adulterio o fornicación.
: )
Me ha malinterpretado usted. El pecado es una cosa, la responsabilidad es otra. No cabe duda que quien peca lo hace por su gusto (y si no, no sería pecado). Pero también es cierto que muchos podríamos hacer algo para evitar el pecado de otro y no lo hacemos. Es otro pecado distinto.
Por eso cuando vamos a Misa (algunos) decimos "he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y OMISIÓN". Usualmente sólo confesamos los pecados de obra -cuando lo hacemos-. Los de omisión, ni los tomamos en cuenta.
Jesús no quita la responsabilidad al pecador, pero revela la provocación del -hasta entonces- inocente.
Vale aquí mencionar la actitud contraria. San José, creyendo honestamente que su santísima esposa era fornicaria, pensó en repudiarla (Mt 1,19), pero como era un hombre justo iba a hacerlo en secreto.
Me llama la atención la elección de la palabra "justo". El evangelio no dice que San José haya sido "misericordioso", "caritativo" ni "santo". Dice nada más "justo". Es decir, una persona que hace lo correcto, ni más ni menos.
De vuelta al tema del divorcio, aunque la ley permita el repudio de la mujer adúltera, lo correcto es no hacerlo, o al menos, no hacerlo públicamente para no exponer a la otra al pecado. Lo correcto. No hablamos ni siquiera de lo extraordinario, lo misericordioso. Es escasamente lo correcto.
Si saltamos hacia otra mujer, esta sí realmente adúltera (Jn 8,1-11), enfrentada a la sociedad, una vez más la actitud correcta es no condenar. Del "vete y no peques más" ya se ha hablado suficiente y no es el tema aquí. Aquí se trata de no tirar más piedras a una situación que ya es mala. El ejemplo de San José que no tuvo nada que ver con la concepción del Salvador y del pueblo furioso que dejó las piedras en el suelo nos señala el camino muy claramente.
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Los pecadores siempre son los demás. Cierto, Horacio?
¿ Es esto suficiente para que mi conciencia quede totalmente tranquila ? No. Seguiré haciendo lo que pueda para la adecuada preparación de los novios, para educar a los jóvenes, para que se comprenda mejor el sagrado sacramento del matrimonio. Hasta aquí mi "recapacitación". Ahora te pregunto a tí Maricruz. ¿ Has recapacitado sobre lo que quisiste decir con "extremistas" del no a la comunión a los divorciados ? Es una frase EXTREMADAMENTE poco feliz. Mientras hay MULTITUD de Cardanales, Obispos, Teólogos, etc buscando se abandone la tradición milenaria de la Iglesia y el Magisterio reciente de Juan Pablo II, el CIC y Benedicto XVI, tomarse de unos pocos lefebvristas que quieren sacar a los divorciados a patadas y ponerse en un prudente medio entre ambos "fanáticos", me parece muy PENOSO. Para decirlo con todas las letras: Mientras por un lado la propuesta del Card Kasper y sus acompañantes es HERÉTICA, no he leído NADA de Burke, Müller, etc que no estuviera lleno de compasión e interés por estos hermanos. Pero NO PUEDEN comulgar. Es tiempo de proclamar valientemente la VERDAD (¿"Cruzadas"? Otra ironía más bien triste) . No de buscar un medio inexistente entre "fanáticos". En fraternidad te digo lo que creo ya que queda claro. No me gustó PARA NADA este post. Abrazo en Cristo.
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Raúl, he dicho lo que he dicho por lo que considero innecesario ampliar. Más bien, mejor lea de nuevo porque la respuesta a su pregunta está ahí.
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María, cuando fui catequista para la preparación del bautismo lo que hacía desde el primer día era colocarlos entre la espada y la pared. Algunos realmente se enfadaron pero luego recapacitaron para alejarse o para tomárselo en serio en la medida de su capacidad.
La Iglesia nos autoriza a recomendar al sacerdote posponer el sacramento. Una vez lo hice y creo que próximamente lo haré con alguien que pretende casarse solo porque le gusta le rito y el templo que eligió.
De cosas así nos enteramos todos pero callamos. Eso es pecado de omisión.
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Horacio:
De verdad que tiene razón el dicho de mi tierra: no hay peor cosa que a alguien sin oficio le conecten internet.
Y no hablo de ateos (que no pisan un templo) sino de creyentes cristianos que asisten habitualmente a él... y quieren comulgar y recibir el cuerpo y la sangre de Cristo.
(egoísta)
¿Por qué me cuesta? Porque fui educado para echarle la culpa a los demás. Desde que era pequeño, me salía con la mía si mamá preguntaba quién rompió el florero y podía echarle la culpa a mis hermanos.
Y como soy muy racional, no quiero zafar bulto echándome un mea culpa genérico que valga por todo. Quiero saber exactamente en dónde estuvo mi responsabilidad para no repetir eso nunca más. Cuando lo encuentre, seguramente pediré perdón. y con ayuda de Dios no lo volveré a hacer.
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Bien pensado, DavidQ. Bien por usted!
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Pues bien, Horacio, entonces, si conoce tan requetebien mis pecados, por favor, no se expongan ante esta pecadora haciendo comentarios en su blog.
Hay quienes dicen que el problema está en la preparación con la cual se llega al matrimonio y creen de buena fe que mejorando el curso prematrimonial y no permitiendo el matrimonio sacramental a los que a su juicio no estén preparados se alcanzará una solución.
Sin pretender haber encontrado la solución me hago algunas preguntas. Una es que la mayoría de la gente ya no se casa, no solo por la Iglesia ni siquiera por civil. ¿ Por qué no se casa? En el fondo la mayoría porqué no se cree capaz de ser fiel a lo que promete, no digamos ser fiel como lo es Dios. Y hacen bien en no creerlo así. Por qué nadie puede ser fiel como es Dios sin Dios consigo. Y nadie puede tener a Dios consigo si no conoce a Dios y tiene intimidad con El y la guarda como la Virgen.
Luego más que un curso prematrimonial donde se les informe a los novios de sus obligaciones a las cuales se comprometen para siempre ante Dios más provechoso sería también motivarlos mediante el testimonio y el ejemplo de los que están a cargo de la preparación de los novios a tener intimidad con Dios y a mantenerla hasta el final de sus días. Una persona que ha encontrado el Tesoro o la Perla podrá obrar según el primer mandamiento y crecerá en santidad, y en consecuencia los demás serán pura añadidura.
En verdad creo que quien no se examina y confiesa de sus pecados contra el primer mandamiento y comulga, corre el peligro de comer de su propia condenación tanto o más que el que lo hace sin confesar que fornica, que adultera, que codicia, que envidia, que odia, que roba, etc.
Claro, en todos los casos está la Misericordia ante la falta de Luz en la conciencia pero igual la omisiones contra el primer mandamiento no son pecados para dejarlos pasar como se hace habitualmente.
Bendiciones a todos.
En definitiva un esfuerzo malogrado el de esta entrada. Y no es que esté diciendo que los pecadores sean los otros y no yo, como sugiere la autora a un comentarista. Pero tampoco nos vamos a posar de mártires tratando de autoconvencernos que los otros pecan y la culpa es de uno.
Hubiera dedicado la entrada a la llamada reparación vicaria y eso sería otro cantar.
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pipo, esta entrada podría ser lo desafortunada que a cualquiera se le antoje. Qué hace una persona sensible y bien educada? Se aleja en silencio por mera caridad.
Vuelva a leer el artículo y verá que la autora es la primera en pedir perdón, con nombre y apellido. Y en público, que cuesta mucho más. Siguiendo su analogía, fue la primera en ensuciarse las manos. Y hasta ahora, ninguno la ha seguido. Al menos, en público.
El hecho de que alguien no asuma ser responsable de lo que está pasando con respecto a ciertas cuestiones del próximo Sínodo, no significa que otros no asuman su parte de responsabilidad y vean necesario pedir perdón. Pero si uno dice no ser responsable, le creo, pues hay mucha gente que lo ha hecho bien, a Dios gracias.
Diré mi opinión. Yo, que tengo 73 años, y diré que la cosa no es de ahora. Creo que hay cosas que a la Iglesia le cogido, no de sorpresa, pero sí con el pie cambiado. El estar "demasiado" ensimismada en su espiritualidad, y como “separada” del mundo, le ha hecho descuidar motivaciones en la vida de los cristianos que tenían que haber estado presentes en la pastoral de la Iglesia: Esto, si lo juzgamos con lo que vemos con los ojos de la cara, porque lo que ocurre en la “trastienda” espiritual de la Iglesia, se nos esconde, y sólo Dios lo sabe.
En principio, el matrimonio es un DERECHO NATURAL que no se le puede negar a nadie no impedido para ello, ni aunque esté mal formado; pero los cursillos prematrimoniales deben darse, y darse bien. Antes, en ambientes cristianos, no eran tan necesarios como ahora o, por lo menos, parecía no serlo, porque se notaba en la sociedad como una cierta preparación cristiana que arropaba a los matrimonios. Sin embargo, la gente no es tonta, siempre se ha hecho preguntas, y esas preguntas no siempre han sido respondidas, o lo han sido de forma incompleta o incorrecta por quien debía, quizás por una tradicional formación inadecuada o viciada en ellos.
Pero ahora el paisaje mundano ha cambiado, y ha dejado a muchos matrimonios desorientados y a la intemperie, con preguntas a las que creían ya respondidas, y a la Iglesia misma con el pie cambiado. Es lo que, quizás, pretenden ahora muchos con el Sínodo: recobrar el paso de la marcha.
A tenor de lo que está pasando, descubrimos que existía una auténtica necesidad de “homologación” de la doctrina, la moral, la pastoral y hasta la liturgia de las gentes, algo escondido que ha salido a la luz. Esta homologación ha de ser con la Verdad del mensaje evangélico, como no puede ser de otro modo. Mucho se ha hecho en el Concilio y desde el Concilio, pero lo de ahora ha resultado ser una autentica “caja de Pandora” que era necesario liberar. Gracias al Sínodo, se ha descubierto la desinformación y malformación que, dentro de la Iglesia, había en muchas conciencias y corazones.
En la Iglesia no deben existir “cajas de Pandora” ni tácticas del avestruz que un día pueden explotar. Alguna ya ha explotado en estos últimos años y no debe volverse a repetir. Me refiero a la pederastia y las violaciones de la castidad dentro de la Iglesia, que todos conocemos.
Esperemos que todo se reconduzca con el Sínodo para bien de la Iglesia y la sociedad, PERO NO BUSQUEMOS QUE SEA NECESARIAMENTE A NUESTRO PROPIO PLACER: podemos resultar contrariados. En ese caso, seamos humildes. Estemos dispuestos a pedir perdón por la parte que nos toca, y no hagamos de la Iglesia un campo de batalla.
Como he dicho antes, es mi opinión. Saludos en el Señor.
Acá dejo una nueva "fórmula de pedido de perdón":
Señor, yo, Maricruz Tasies, te pido perdón porque no he usado el cerebro que me has dado al escribir este post. Me he dado cuenta que es rídiculo y estúpido. También quiero pedir perdón por que soy responsable de los comentarios tontos y sin sentido que se han publicado en mi post. Señor estoy muy arrepentida, enseñame a usar el cerebro. Amén
Pd: estoy seguro que por su falta de humildad no publicará este comentario... pero me conformo con que lo lea.
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Juan de argentina:
Pero cómo va a creer? Publicado queda. Es el comentario que me hizo el día.
:)
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