Explicándome el quehacer de Ginnés Rodríguez, periodista (católica)
Ginnés Rodríguez es periodista y se identifica como católica, sin embargo, uno querría que se tomara el tiempo para profundizar en el concepto de familia expuesto por la doctrina para que estuviera en posibilidad de sopesar las consecuencias que para la dignidad humana podría arrojar su quehacer periodístico.
Respecto al artículo publicado en la edición digital de Teletica que tituló “Desde la Redacción: Familias sin molde” en el cual expone las reacciones tras la serie de reportajes a su cargo; sobre el mismo, es necesario destacar el punto medular sobre el que gira la caótica situación social que el contenido de sus reportajes provocó tanto en redes sociales como en lo interno de las familias, vecinos, amigos y hasta entre compañeros de trabajo.
La periodista dice alegrarse de las reacciones aunque da la impresión de no conocerlas todas y que, por lo mismo, no le es posible medir las consecuencias.
Lo fundamental alrededor de lo cual gira el caos generado es la impresión creada por la periodista de que existe antagonismo entre la “familia tradicional” (conformada por hombre, mujer e hijos) y la familia monoparental (un solo padre o madre) la que fue introducida con habilidad quirúrgica en la mente de los televidentes que se extendiese a redes sociales y demás.
De ahí que algunas de las familias concluyeran que, como su familia no entra dentro del formato de “familia tradicional” descrito por la periodista, tampoco entra dentro del formato católico de familia.
Lo cual es totalmente falso.
Con tan solo el hecho de haber apelado a los sentimientos (no a las ideas o al pensamiento) la profesional ha creado una ficticia rivalidad provocando una profunda fractura en la sociedad costarricense con graves consecuencias al punto que, la opinión pública en cuestión de días, ha colocado a la familia conformada por padre, madre e hijos, al margen de los beneficios que la periodista pretende promover para las familias monoparentales.
Como primera reacción el resultado ha sido que, a todo miembro de familia “tradicional” al que se le ha ocurrido reclamar su lugar dentro de la sociedad le han “zampado” todo tipo de apelativos cristianofóbicos los que se leen en Facebook, Twitter y demás medios digitales arrojados de parte de quienes tienen la impresión de estar excluidos de la Iglesía.
Así es como nos llaman familias “ultra-conservadoras”, de “católicos radicales” o, el acuñado en estos días: “activistas del lobby católico” para referirse a inocentes miembros de nuestras familias.
De los casos más dramáticos que en redes sociales hemos personalmente verificado es la numerosa cantidad de madres solteras o divorciadas quienes, apoyadas por sus amigos y parientes, reclaman furiosas nuestro alto nivel de “intolerancia” hacia su tipo de familia; ante lo que, obviamente, hemos quedado absolutamente perplejos.
Muy poco podríamos hacer laicos o sacerdotes para atender adecuadamente a tantas mujeres que ahora se sienten doblemente inadecuadas debido al quehacer de un profesional a quien hoy día muchos aplauden por su “gran sensibilidad social”.
¡Como pa’echarse a llorar!
De esta manera, el aparentemente inofensivo uso de un término (familia tradicional) puesto en rivalidad con otro (familia monoparental), ha construido una situación falsa y peligrosa por su profundo y largo alcance que ha dejado, dramáticamente indefensa la dignidad humana en cuanto ha vulnerado libertades fundamentales de las que gozábamos, indiferentemente, del tipo de asociación humana a la que perteneciéramos.
Echen cuenta de lo que, un católico de misa de domingo; solito (sin ayuda de nadie) es capaz de provocar.
Echen números del poder que tiene un solo profesional que cuenta, además, con la aprobación del medio de comunicación para el que trabaja.
Para iluminar la situación un respetable sacerdote ha dicho que, como consecuencia lógica, hemos de “enfocarnos en dar la cara para contrarrestar el esfuerzo por desacreditar a la familia y señalar la irresponsabilidad de proponer como ideal lo que muchos no han elegido o aquello que pone en riesgo el bienestar de la familia respecto a la sociedad".
A lo que añado que, antes que todo, hemos de orar sin cesar.
Manos a la obra!
12 comentarios
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Don Alvaro, porque lo conozco le hablo con confianza: para la próxima evite el uso de mayúsculas y esa forma de utilizar el teclado. Recuerde ponerse sus anteojos.
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J.F. Macías:
Pues si, hubiese bastado que recurriera a su párroco o a algún otro buen sacerdote para que la ilustrara sobre el tema. Tan fácil como eso. Otra cosa es que tampoco podría uno saber si fue que solamente cumplía con la línea editorial del canal de televisión.
Se desconocen tantas cosas!
El caso es que, Dios quiera que alguien se lo haga ver porque la profesional parece estar hecha de buena madera.
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Feliz día:
A este blog llegue con un nombre real, con aportes directos y sin referirse a terceras personas.
Gracias,
Por eso, los cristianos evangélicos, aunque equivocados, están mucho más cerca de la Verdad en este tema. Aunque sus enseñanzas sean incompletas y erradas, se han formado mucho más profundamente que los católicos en ellas. No es tan fácil engañarlos con cuentos sentimentaloides.
La diferencia entre ellos y los católicos es- duro es decirlo- el clero y catequistas que ha sufrido la Iglesia durante décadas y los pastores de los evangélicos. Con todos sus defectos, a estos últimos no se les cae Cristo y la voluntad de Dios de la boca.
Nosotros, que tenemos el tesoro de la tradición de veinte siglos de enseñanza cristiana genuina, la hemos dejado arruinar y echar a perder. Nos hemos entregado en manos del mundo. Por eso vagamos llorosos viendo lo fácilmente que caemos en garras del mundo, y con que facilidad se puede pervertir a todo un país dominando sus medios de comunicación.
Primero hizo falta debilitar su fe y su formación. Lo demás, fue sencillo.
Lo que ha ocurrido en Europa, ocurrirá en Hispanoamérica, no lo duden. Aprendan de nuestras lecciones.
Y no desesperen ni pierdan la cabeza. El padre de la mentira es fuerte, pero Nuestro Señor es más fuerte.
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Luis, agradezco tu intervención.
Me parece que la subiré al blog del grupo provida. Si te parece.
"El pueblo perece por falta de conocimiento"
católicos en muchos gremios de influencia social.
El problema es que para esos católicos, su condición de tales, no es lo más importante en sus vidas; ellos, primero son todo lo que sea y ... de último son católicos.
El modelo de Familia instituída por el Creador, es nuestro único referente seguro, lo demás son caricaturas creadas por los pobres hombrecillos.
Sagrada Familia de Nazareth, bendecid y fortaleced nuestras familias.
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David,
Me parece que estamos de acuerdo.
Gracias.
Después vienen convivencias de transexuales, y hasta da la impresión de que se hace referencia a una persona con sus tres perros (!!!!!!!)
Ahí sí tiene razón la periodista, eso está en oposición con lo que en realidad es la familia.
Dicho sea de paso, la palabra "convivencias" podría ser útil para designar a estas convivencias, precisamente, sin usar el término "familia" que en estos casos no pega ni con cemento.
Saludos cordiales.
La familia tradicional no existe.
Existe la familia, basada en el matrimonio entre un varón y una mujer, y otras convivencias que no son familias.
Saludos cordiales.
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Néstor:
Si, estamos insistiendo en el correcto uso de los términos y en todo lo demás que has señalado.
Te lo agradezco.
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