¡Mi primer amor por Cristo en la liturgia lo despertó el Camino!
“la Liturgia robustece también admirablemente sus fuerzas para predicar a Cristo y presenta así la Iglesia, a los que están fuera” SC n. 2
Cuando se ha sido un alejado y, por gracia, se regresa buscando el contenido que el mundo no ofrece a la existencia, la manera con que los del Camino viven su fe y celebran la liturgia, despierta el interés por celebrar y vivir el Misterio a profundidad.
Varias comunidades del Camino han estado viniendo durante el último año a mi casa ya que cuento con una gran terraza rodeada de jardines y vista espectacular. Al escucharlos salmodiar se me hace un nudo en la garganta al imaginar a mi madre encantada pero sobre todo por lo que a nivel litúrgico significa.
Mi contacto con estas comunidades es de tiempo atrás ya que muchos de mis vecinos pertenecen a ellas. Algunos llevan una vida tan difícil que su alegría y esperanza no dejan lugar a dudas acerca del poder de la gracia que ha recibido este carisma.
En mi vida ha sido determinante su presencia ya, que –lo trascendental del Misterio- resplandeció para mí, como si fuera la primera vez, a través de la liturgia celebrada por el Camino.
Ahora bien, tras aquél primer amor enriquecido por las enseñanzas del padre Manuel Rojas, cuando hace media década conocí el pensamiento del Card. J. Ratzinger sobre liturgia supe que para promover sus ideas debía seguir una única dirección que consistió en ser persistente -hasta donde la gracia me indicara- para que de nuevo se celebrara la misa tridentina en mi país.
Desde el primer día supe que el camino seguro pasaba por la obediencia al Obispo a la que me he mantenido fiel junto a los amigos que asistieron el domingo 18 de enero del 2015 a la misa tridentina que celebró el padre Agustín Pelayo Corona (instituto de los Consagrados del Santísimo Salvador) en la parroquia a cargo del padre Sixto Varela situada en san Joaquín de Flores en la Diócesis de la Alajuela cuyo obispo es Mons. Ángel Sancasimiro.
Por haber dado el primer paso en la dirección correcta es de no creer lo bien que se ha ido articulando todo al punto que ni siquiera fui necesaria para la organización; hecho del que derivó, dicho sea de paso, el que advirtiera mi insignificancia lo que es, sin lugar a dudas, una gracia como lo es el haber obtenido de la Dra. Judith Abellán su testimonio:
“… al final la gente no salió corriendo. Se esperaron hasta que el sacerdote regresara a la sacristía y que el coro terminara el canto; permanecieron sentados en silencio como embelesados para luego irse retirando muy lentamente, sin prisa, como queriendo prolongar ese maravilloso momento. La mayoría pasaron a persignarse con agua bendita antes de salir! Cuantas cosas [esta forma del rito] nos hace cambiar ya que usualmente no ha terminado el sacerdote de dar la bendición y la gente sale atropellando en su desesperación por salir. Y, que hubiera agua bendita! la que en casi ningún templo está disponible!”
Al día de hoy, ya está andado gran parte del camino que emprendí junto a Andrés primero y luego al lado de José Pablo; ahora puedo morir en paz ya que existe un obispo, un párroco, un sacerdote en toda regla para celebrarla y un grupo de fieles que se perfila cada día más cohesionado ya que tiene acólitos preparados y ¡hasta un coro que canta como los ángeles!.
Como ven, el Señor da la gracia para que a través de la liturgia del Camino un alejado llegué a valorar el rito en su forma ordinaria; por esa razón pregunto a quienes todavía tienen sus reservas: No habría la gracia de ejercer la misma eficacia a través de la forma extraordinaria?
“de la Liturgia, sobre todo de la Eucaristía, mana hacia nosotros la gracia como de su fuente y se obtiene con la máxima eficacia aquella santificación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios, a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin” SC n. 10
7 comentarios
He ahí la razón para haber eliminado los comentarios anteriores.
Esa será la tónica de moderación de ahora en adelante.
Ya sabemos a qué atenernos. Y por supuesto, con tu censura, me has reafirmado totalmente en mis opiniones.
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Hermenegildo,
Y sus comentarios negativos y poco fundamentados me reafirman en mi opinión sobre usted.
¿Cómo es posible que los musulmanes reconozcan a JESÚS como un Buen Profeta (aunque no como el hijo de Dios), que anunció la llegada de Mahoma (que para ellos fue el último profeta), y traten a JESÚS y a sus seguidores de la forma tan salvaje y brutal como lo hacen?
Feliz Año.
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San Juan 14, 16.
San Juan 14, 26.
San Juan 16, 7.
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Cierto, Miguel Angel pero no podía dejar su comentario sin el suyo.
Lo lamento.
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