La gracia, es causa primera; la voluntad, causa segunda
La existencia de Santo Tomás en tan temprano período del cristianismo me ha llamado siempre la atención ya que, qué sentido tendría que el Señor arrojara tanta comprensión de sus asuntos cuando apenas la Iglesia daba sus primeros pasos?
Qué sentido tendría comprender que la gracia es causa primera y la voluntad causa segunda cuando apenas –siquiera- íbamos obteniendo noción de para qué habíamos sido constituidos?
Cosa rara, no les parece?
Pues, permitan que les diga: tiene sentido, tanto como lo tiene el que papá y mamá digan a su hijito que debe imitarlos en todo para estar en capacidad de desenvolverse con soltura en el mundo.
Claro, Tomás existió para que aprendiéramos los rudimentos de una fe razonada que nos permitiría desenvolvernos con soltura sea cuales fueren las circunstancias históricas.
En nuestro tiempo, en el que los católicos padecemos de un esclavizante antropocentrismo (nos consideramos centro alrededor del cual gira la fe de la Iglesia), qué mejor que Aquino para quebrantar este falso razonamiento?
Así es como, esclavos de nosotros mismos, presentamos síntomas de persona enferma, es decir, o bien poseemos una fe voluntarista (progresistas en sus diversos grados) o un agobiante celo amargo por los asuntos del Altísimo (conservadores en sus diversos grados).
En esta condición deplorable es como pretendemos dar a conocer a Cristo y a su Evangelio?
Estos y muchos otros errores derivados del pelagianismo y semi-pelagianismo al que nos hemos inclinado en adoración constituyen una especie de nubes que son impedimento para que nuestra razón alcance una clara comprensión de Dios, de su creación, de nosotros mismos y de nuestros semejantes.
Si, santo Tomás de Aquino tuvo y siempre tendrá razón de existir, ya fuese para limpiar de nuestra razón los errores de su tiempo o del nuestro en el que existen tantos o más que entonces.
A ver, para empezar, comprendamos del santo que la gracia es causa primera y la voluntad causa segunda.
Sabemos que por más que nos inquietemos no podemos añadir un solo instante a nuestra existencia y que, aunque valemos más que los lirios del campo y las aves del cielo, no hemos llegado a comprender que nos hace falta la confianza que tiene toda la Creación en la Divina Providencia.
Por lo mismo, admitamos de una vez por todas, que no somos ni podemos nada sino es por gracia. Ni siquiera mover nuestra voluntad para elegir el bien.
Esto nos fue explicado por el Señor en su momento (Lucas 12, 22-31), luego confirmado por Santo Tomás así como por la vida de tantos santos –únicamente- para que deseemos la santidad.
Dice al respecto san Tomás: “Nuestra solicitud mayor debe ser la de los bienes espirituales, con la esperanza de que también tendremos los temporales, conforme a nuestra necesidad, si hacemos lo que es nuestro deber”
Y, cuál es nuestro deber? Nuestro deber es ser santos, es decir, eficaces intercesores.
Comprendido?
7 comentarios
¿Sería posible una explicación más amplia sobre eso?
-----------
Franco, no puedo dártela tan amplia como la mereces ya que apenas soy aprendiz en estas cuestiones pero, según me han explicado, la gracia nos antecede en absolutamente todo a tal punto que si obramos el bien es por hemos seguido sus inspiraciones. Todo el bien que pensamos y hacemos es por gracia.
Es la gracia la que mueve nuestro deseo de hacer el bien, de buscar lo verdadero y lo bello.
Efectivamente, como bien dice Maricruz, en la realización de todo bien saludable, la gracia nos antecede, la iniciativa es del Señor. Nada salvífico puede hacer la voluntad si no es movida por la gracia.
«Los que son movidos por el Espíritu de Dios, ésos son los hijos de Dios» (Rom 8,14)
«La iniciativa divina en la obra de la gracia previene, prepara y suscita la respuesta libre del hombre» (CAT 2022).
-------------
No está mal, Eugenia, por su cuenta lo comprende bien.
Yo es que he querido darle un toque poético al asunto pero veo que no es lo apropiado.
A su consulta respondo con lo que me ha explicado quien es mi maestro en estas cuestiones:
"La Creación confia no por sí msma sino a través de la confianza de los hijos de Dios, a través nuestra".
Romanos 8: "19 En efecto, toda la creación espera ansiosamente esta revelación de los hijos de Dios. 20 Ella quedó sujeta a la vanidad, no voluntariamente, sino por causa de quien la sometió, pero conservando una esperanza. 21 Porque también la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto. 23 Y no sólo ella: también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente anhelando que se realice la plena filiación adoptiva, la redención de nuestro cuerpo.
Hay movimientos,como tú dices,como el progresismo,con gente mucha veces muy bien intencionada, creo que por lo que comenta Raúl,la gente va de un movimiento tradiconal?, a otro.
Pero muchos de ellos, son voluntaristas,pelagianos,que niegan la libertad interior,lee, no quiero ser reiterativo el Blog de Raúl, ahi como soy médico puse mis diagnósticos,que compartimos.
Voy a visitar tu Blog más seguido.
Que Dios te Bendiga a Ti y tu Familia, y a todo el Cuerpó Místico.
Como le digo a mis pacientes, lo clave es el diagnóstico, es importante para curar su enfermedad.
A Cristo por Maria y con el papa.
Mi afán, amo a la Iglesia, a la que pertenecemos porque es el Mismo Cuerpo que contemplo.
No quiero imponerte nada, pero estoy en el mundo,sigo al Carmén.
Si bién el padre Phipon,Garrigou Lagrange, son mis maestros.Aparte de leer biografias buenas de Santos de todas las epocas.
Muchos saludos.la computadora anda mal,espero que no se reitere el comentario, tiralo a la computadora.
1.- Creo que la voluntad como simple seguidora de la gracia no me aclara aquellos casos en que el hombre busca a Dios que se le muestra oscuro, quizás porque los cristianos oficiales nos mostramos más dogmáticos que amorosos.
2.- Cuando veo sobre santo Tomás no puedo evitar el recuerdo de algo que leí en Infocatólica, pero no conservé el enlace, aunque si he visto ratificado hace unos días: para el santo de Aquino era más grave una masturbación que una violación.
Hay más que no puedo colgar por rechazo del blog. Pero se puede encontrar en internet por EUNUOS POR EL REINO DE LOS CIELOS (Cap. 16) LA MUJER SEGÚN TOMÁS DE AQUINO, de Uta Ranke-Heinemann
Dejar un comentario