Recibir un corazón de carne

A mamá, en el lecho de muerte, le dije: - “Vete en paz. Estaremos bien. Nos veremos pronto!”; en cambio a papá solo le dije que se fuera tranquilo. No le dije que nos veríamos pronto. No se lo dije sino hasta ayer, 11 de abril, en su primer aniversario.

Este año del duelo de papá no solo estuvo enmarcado por una serie de pérdidas, incertidumbre y sensación de abandono: la renuncia de Benedicto XVI, conocer al papa Francisco, la muerte de mi más querida mascota, dificultades económicas y laborales así como problemas de salud.

Ciertamente, solo el Señor y yo, sabemos por lo que hemos pasado.

Este blog, de hecho, ha sufrido conmigo y quienes me han seguido de cerca, probablemente, hasta han de haberse preocupado por mí.

Hasta yo me he preocupado por mí!

No comprendo todavía por qué razón, aunque lloré a mamá durante todo un año, no me resultó tan difícil dejarla ir pero, en cambio, dejar ir a papá me ha costado lágrimas de sangre.

El otro día, pensando en eso, llegué a considerar que –probablemente- sería porque, al no tener hijos, papá fue en sus últimos años como un hijo ya que dependía de mí para todo. El dolor de perderlo fue inmenso tanto que pensé que se me había mutilado de alguna forma y que jamás mi vida volvería a ser la misma.

Alguna vez, durante este duelo lo dije: - “Si tuviera que volver a pasar por todo para obtener el corazón de carne que ahora tengo no lo dudaría ni por un momento”.

Job ya no era joven cuando el Señor permitió que experimentara enfermedad, la pérdida de sus hijos, la seguridad que daban sus bienes, el juicio y reproches de su mujer, parientes, amigos y vecinos. Esa sensación de que Dios le había abandonado. No era joven y jamás había experimentado nada de esto.

Tampoco soy joven y tampoco había experimentado nada semejante.

Una cosa que tuve que aceptar resignada el año pasado fue el no poder asistir a ninguna celebración de Semana Santa más que al Domingo de Ramos y al de Pascua de Resurrección. Hasta de eso me vi privada; en cambio, este año, tengo la Semana Santa a mi disposición. La viviré, de hecho, como nunca antes: como el culmen de esta etapa en mi camino de conversión que han sido los dos últimos años.

Llegaré a la Pascua, si, conociendo de Pasión y Muerte. Llegaré habiendo conocido lo que implica donarse hasta el extremo pero habiendo degustado también el consuelo de la misericordia de Dios.

Vale la pena perder todo en esta vida con tal de recibir un corazón de carne con el que obtienes la certeza de haber sido mirado con misericordia.

Es probable que, si, que mi vida haya cambiado sustancialmente.

Job respondió al Señor, diciendo:
Yo sé que tú lo puedes todo y que ningún proyecto es irrealizable para ti.
Sí, yo hablaba sin entender, de maravillas que me sobrepasan y que ignoro.
“Escucha, déjame hablar; yo te interrogaré y tú me instruirás”.
Yo te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos.
Por eso me retracto, y me arrepiento en el polvo y la ceniza.

2 comentarios

  
Alf_3
Es extraño, no me ha sido fácil entender, ni aceptar, como el dolor nos puede ir haciendo más sensibles al dolor ajeno. Me sentía yo muy capaz de cualquier cosa hace 50 años, y en el interin me voy dando cuenta de lo arrogante que fui y como me desentendí del dolor en el prójimo. Si yo podía soportarlo, todos podían, y yo no sentía nada por quien sufría.
Es hasta recientemente, que ya no soportaba el dolor tanto como antes, cuando percibo que no me conmoví en muchos eventos de mi vida.
Desde hace 14 años inició este proceso, cuando desapareció mi hijo Iñaki. Posteriormente se agudizó con el rechazo de mi pareja.
Hace 35 años nació mi hijo, el día 10. Hace 34 años murió mi cuñado Luis, el día 12. Y el próximo 17 serán los 14 años de la desaparición de mi hijo, de quien por conjeturas creo saber porque se fue. Pero nada confirmado.
Y tengo una gran alegría que hasta hace poco desconocía por descuido. Mis sobrinos, gemelos, nacieron hoy hace 42 años. Y dice su mamá, que 'fue muy difícil', pues uno es mexicano y el otro es estadounidense (esto porque el segundo acaba de obtener su segunda nacionalidad, pues también es mexicano).
12/04/14 10:13 PM
  
carlos
Maricruz!!!!!He de rezar por Tí, estamos unidos en la SANTISIMA EUCARISTIA,quedate mucho rato,disculpa antes de la Consagración, Con recogimiento absoluto, contempla, la Cruz, está alli, su soledad, su abandono,la Santisima Virgén.antes en la misma Santisima Misa se aceerca a cada uno de nosotros, en forma impresionate, que AMOR!!!!!!!!!!Mi alma está triste hasta la agonía, tuvo miedo el Señor, y de ahi nos arenga a cada uno de nosotros, LEVANTAOS y VAMOS, hacer tu voluntad, y con cara de perdernal, Majestad Absoluta encara, la Cruz, ponte atrás, adelante va EL.
En La EUCARISTIA, nos unimos,entre nosotros, y te unes con sus seres queridos, que están en el cielo.
Muchos saludos,y que Dios te Siga Bendiciendo.CRISTO RESUCITO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!EL SEÑOR; CUANTO AMOR!!!! SIN LIMITES!!!!!Es una Exageración de AMOR.
Si salta los comentarios, tiralos a la papelera, la computadora anda mal.
20/04/14 4:15 PM

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