Curry de garbanzos | Los venezolanos casi no tienen para comer
“El ayuno [y abstinencia] es restricción del consumo del mundo, es privación del mal, y también privación del bien, en honor de Dios. Hay que ayunar de comida, de gastos, de viajes, de vestidos, lecturas, noticias, relaciones, televisión y prensa, espectáculos, actividad sexual (1 Cor 7,5), de todo lo que es ávido consumo del mundo visible, moderando, reduciendo, simplificando, seleccionando bien”
Padre Iraburu
Pues bien, aquí me tienen en afán de convencerlos de privarnos de toda carne en viernes de cuaresma.
La idea es, como dice el padre Iraburu, privarnos del mal pero también del bien como sería consumir tantos apetitosos (y costosos) productos del mar.
Me propongo ofrecerles recetas de hermosa apariencia pero también económicas y saludables; será, además, una buena práctica para implementar durante el resto del año.
Antes de empezar me ha resultado particularmente conmovedor el que, cuando platiqué del tema en Facebook, varias conocidas venezolanas plantearon el drama de la situación que se vive en su país cuando ni leche, ni harina de trigo y casi ni carne consiguen por lo que se alimentan de lo poco que encuentran en los anaqueles.
Que conocer estos hechos nos mueva a vivir el ayuno y la abstinencia todavía con mayor convicción ya que si los venezolanos deben, aunque no quieran, privarse de tantos productos, nosotros podemos hacerlo por amor a Dios y a nuestros semejantes.
Empecemos, pues, en honor a nuestros hermanos venezolanos con una receta que no requiere ni leche ni harina:
Curry de garbanzos
Esta receta es muy suculenta, es decir, satisfará sus papilas gustativas y los hará sentir “llenitos”.
Pueden acompañarla para el almuerzo con arroz blanco y quedarán listos para continuar el día.
Necesitarán cebolla, ajo, aceite, guindilla o lo que es lo mismo: semillitas de chile rojo picante como los que nos dan en las pizzerías, tomates y/o pasta de tomate, sal y curry.
Esta receta, la que he tomado de mi libro de comida vegetariana editado por Köneman, indica que podríamos agregar comino, cúrcuma, culantro (cilantro) y garam masala, pero como son productos menos comunes que el curry prescindiremos de ellos. Claro, quien en casa los tenga, los utiliza. Les aseguro que quedará mucho mejor cuanto más simple.
No les daré cantidades ya que eso dependerá de cada cocinero en cuanto nadie mejor que él sabrá complacer a sus comensales.
Pues bien, esta receta supone que los garbanzos están cocidos. Si no los consumen enlatados los cuecen como acostumbran, es decir, habiéndolos hecho permanecer en agua por algunas horas y luego poniéndolos al fuego en agua sin mayor aditamento que un poco de sal o bien pueden hacerlo agregando sal, ajo, cebolla, culantro para que quede un caldo que podrían utilizar en la receta según prefieran que queden secos o “calduditos”.
Con los garbanzos cocidos sería cosa de que sofrían la cebolla y el ajo, los sazonen con los ingredientes secos (excepto el garam masala) mezclando bien para luego agregar los garbanzos y el tomate y/o pasta de tomate disuelta en el caldo de los garbanzos, dejándoles cocer a fuego bajo durante 20 minutos y removiendo de vez en cuando. Agreguen antes de servir el garam masala y/o culantro picado y ¡listo!.
En casa acostumbramos a comer un plato fuerte acompañado de algunas verduras crudas, eso no más, por lo que si esto les parece poco, tómenlo de modelo para su ayuno y abstinencia.
Buen provecho!
7 comentarios
Oremos y ayunemos por los desnutridos hermanos venezolanos a los que les sobra petróleo, pero les faltan alimentos básicos.
Lo que me cuesta entender es cómo algunos que sí podrían comer carne, la sustituyen por "otro plato más sabroso" -sean mariscos, pescado o ensalada-, y otros que no pueden comerla no tengan mérito por no hacerlo ni culpa por hacerlo.
Pocas cosas creo yo que están desfasadas en el tiempo en nuestra Iglesia, y me parece que esta es una de ellas. En tiempos en que comer carne era sinónimo de hacer un festín, porque había que matar un animal y comérselo de una sentada, suena lógico "no hacer festines en Cuaresma". Pero ahora que hay refrigeradoras y producción industrial de carne y da prácticamente lo mismo comer carne que no hacerlo, el símbolo me parece que no tiene el mismo sentido.
Y si luego vamos al "ayuno de palabras" y la "abstinencia de malas obras", me quedo en lo mismo. ¿Acaso no es algo que deberíamos hacer siempre? ¿Qué tienen de especial los viernes de cuaresma para que ese día y sólo ese día yo decida no pensar mal del prójimo y no decir groserías?
Coincido mucho en las directrices de ciertas conferencias episcopales que habitualmente recomiendan sustituir el ayuno y la abstinencia por obras de caridad. Más bien hace alguien en seguir su régimen habitual y regalar unas cuantas monedas, que en gastarse el triple de esas monedas en hacer una receta especial que no beneficia a nadie.
Motivo de que eso sea así: el gobierno ha destruido la producción nacional de casi todo (hasta del procesamiento petrolero), "conuquizando" o abandonando el campo y liquidando la ganadería, de modo que todo hay que comprarlo fuera.
Pero para ello hacen falta dólares. Sin embargo no hay suficientes porque se regalan a Cuba (o se los embolsillan ellos). Y cuando el cuentagotas de dólares para privados suelta algo, hay que almacenar por elemental prudencia, porque el siguiente turno te puede tocar en 8 meses. Entonces llegan los malandros con corbata del gobierno, te acusan de acaparador, te multan y regalan a granel lo que había en los depósitos (o en los camiones de transporte).
Y esta inmoralidad, esta ilegalidad, este salvajismo antihumano de rostro lavado es "hacer patria".
Por favor...
Perdona el desahogo, Maricruz. De todos modos, la receta es excelente y la voy a probar. Si encuentro garbanzos...
Inés de la Cruz."Se parecen a esos niños que ponen al coco y luego le tienen miedo"
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