Ya di con lo que significa "ir a las periferias existenciales"
Yo digo que una de las grandes diferencias que observo entre lo que es la persona del papa F y el papa emérito es lo que sus respectivas palabras provocan en mi alma.
Benedicto conseguía hacer vibrar las fibras más profundas en relación con el Bien, la Verdad y la Belleza. No podía haber lugar más hermoso sobre la tierra que el lugar donde Benedicto abriera la boca.
Papa F, en cambio, lo que consigue es remover con brusquedad lo que mal acomodado ha estado lo cual consiste en una dosis de pelagianismo, algunas porciones de voluntarismo todo lo cual redunda en un moralismo que no es jugando.
Puedo escucharme diciendo: “Te equivocas actuando de ese modo, fallas en tu razonamiento al no considerar tal cosa, adhiérete a la verdad y verás que cambia tu vida, no sigas por ese camino que redundará en perjuicio para tu alma”
En el fondo lo que estoy diciendo es: “trata de ser tan bueno como yo". ¡Qué ridículo he venido haciendo!
Es el pecado de soberbia, que todo desordena, lo que el papa F está dejándome en evidencia y que ha venido impidiendo que el amor del que mi alma tiene pruebas consiga mostrarse y debe ser porque no permito que la gracia me preceda y sin la cual mis obras son tan solo mías y no las del Señor. Soy yo quien se presenta antes que Él.
El que crea en Dios es una gracia. El que mi alma pueda saber de Su amor, es otra. Que pueda acceder a los sacramentos, una más. Que me sienta movida a recurrir a ellos, otra. Que alguien me ame a pesar de mis espantosos defectos, una nueva. Que tenga un techo es una más y que alguien se apiade de mi ofreciéndome un poco de su amistad, otra; pero todo esto y mucho más, lo que todo es gracia, me lo tomo como pago por estar en el camino correcto hacia la santidad.
Bien, ahora me detendré solo para aclarar que todo lo que he dicho, lejos de moralinas, es diálogo con mi alma, el cual continuaré de seguido preguntándome: qué sucedería si yo, que me paso la vida diciendo a los demás cómo vivir, me tomo mi tiempo para buscar la luz de lo alto que me indique de qué otro modo transmitir lo que he encontrado? No pasa nada si me detengo y reflexiono. A ver, se desmoronó el mundo? No, sigue tal cual.
Durante esa pausa viene a mí la pregunta sobre cómo funcionaría si yo, antes que prestar oídos a lo que me digo acerca de cómo vivir la fe, prestara atención a la realidad?
Es decir, qué pasaría si –por ejemplo- aceptara la invitación que recibí de ser de nuevo ministro de la comunión para llevar al Señor a los enfermos en los hospitales?
Pasaría que “mi apostolado estaría conforme a mi vida espiritual” tal como ha dicho un buen amigo que nunca se equivoca.
Se ordenaría todo porque estaría orientado según la gracia.
Pasaría que el Amor que vive en mi hallaría perfecta forma de expresión no solo porque me exige bajar en mi orgullo ya que el hospital es el lugar al que menos querría regresar por los tristes recuerdos que me trae tanto como por lo que implica circular por ahí con frecuencia pero, perfecto también, ya que sería el lugar en el que conozco por experiencia que hay personas que podrían anhelar un poco de Bien, de Verdad y de Belleza que esta hija de mi padre halló en los hospitales.
En total humillación, haciendo lo que más se me dificulta, donándome completamente. Sin necesidad de hablar solo dejándome llevar por la presencia de Quien más me ama y entregarnos juntos en un gesto breve y sin mayor alharaca.
Causa un poco de alegría y de emoción, no es verdad?
Eso es lo que me parece ha venido diciendo el papa sobre las periferias existenciales y por lo que sus palabras, lejos de inspirarme confianza me inspiran temor debido a que me obligan a mover del recinto de mi alma lo que ha permanecido por años mal acomodado.
A las periferias existenciales se llega prestando atención a la realidad y echándose a andar con la ayuda de la gracia de la humildad.
NOTA: Sería interesante que le echaran una miradita a este artículo sobre el padre Rupnik quien provocó que pensara en estas cuestiones.
14 comentarios
¿La gracia de Dios significa que él me ama a mí tal como soy (y antes de que yo lo ame a él)... con mis imperfeccions y meteduras de pata (o de garra)?
Si la respuesta es afirmativa, será, supongo, porque él sabe que finalmente me corregiré y lo amaré incondicionalmente.
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Hasta cierto punto. El no sabe si me corregiré. Cuenta con que mi libertad se ponga en camino hacia El. Eso si.
:)
¿Porqué, sino, te concedería el don de su gracia si no confiara en tí y en tu salvación?
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Por gracia también tenemos la capacidad de aceptarla y cooperar con ella para nuestra propia salvacion.
Lo anterior no significa que no podemos dejar de recibir en algun momento mas gracias por obstinacion pertinaz en el pecado y rechazo al llamado de Dios, ni significa que todos hemos recibido lo mismo. Es como la parabola de los talentos. Algunos reciben mas que otros, pero todos reciben algo, y al que mas se le ha dado es mas responsable de lo que hace con lo recibido.
Por ejemplo los catolicos, seremos juzgados con mas severidad que otros cristianos, y que los no cristianos, porque hemos recibido mas de Dios que los otros. (hablo en el caso de ignorancia invencible).
Muchos deciden libremente, no hacerlo.
¿A dónde quiero ir a parar?... ¡pues a saber si es antes la gracia de Dios (ese don sobrenatural que concede Dios a algunas personas de forma libre y gratuita porque confía ellas y en su salvacion -ejemplo: San Agustín-) o la bondad moral!
Dice San Agustín: ‘como el ojo no puede ver sin el auxilio de la luz, el hombre no puede obrar sobrenaturalmente sin el auxilio de la gracia divina (la gracia de Dios)’.
Y Santo Tomás… ‘el conocimiento del estado de gracia (es decir, si contamos o no con la gracia de Dios) puede saberse de dos maneras diversas:
- Por revelación, lo cual, evidentemente, es un privilegio particular dado a muy pocos.
- Por conjeturas, es decir, a través de algunos signos. Y tal, es el modo ordinario para alcanzar el conocimiento de si estamos o no en gracia.
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a) EL TESTIMONIO DE LA BUENA CONCIENCIA (el cumplimiento de los preceptos divinos; el amor a las virtudes y el esfuerzo por evitar el pecado; el dolor sincero de los pecados cometidos y el propósito de enmienda; etcétera)
b) EL DELEITE DE LAS COSAS DIVINAS (el gusto por los libros santos y por la Palabra de Dios; la devoción a la Eucaristía; a la Virgen; la frecuencia de los sacramentos y la oración mental; etcétera).
c) EL DESPRECIO POR LAS COSAS MUNDANAS (no tener apego a las cosas de la tierra; el no sentir gusto en las vanidades del mundo; el huir de las ocasiones del pecado; etcétera).
Aunque también dice que estos signos no son suficientes, y que por ello hay que estar vigilantes y ser perseverantes en la santificación.
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Sin embargo, la perserancia en la vida sacramental y una vida fructifera en el amor a Dios sobre todas las cosas y al projimo (que resumen toda la Ley)no solo nos son necesarias y nos santifican, sino que tambien te dan la paz que viene de Dios y que van disipando tus dudas, aunque la vigilancia constante es siempre necesaria.
Nunca he entendido el por qué abrevias los nombres de la gente. Por ejemplo cuando escribes al padre José María Iraburu te diriges a él con un simple P. I., ahora veo que también lo haces con el papa Francisco. ¿Será tan difícil completar la palabra?. Creo que al menos por deferencia hacia tales personas habría que escribir sus nombres completos y no limitarse a una mera abreviatura. Comprendo que eso se haga en Twitter, pero no en un artículo cuyo espacio queda a voluntad del redactor/a.
Que Dios te bendiga.
UNA.
Aquella que Dios concede a quién él quiere (o aquella persona en la que él confía) sin merecimientos previos por su parte... es decir, que para ello no es necesaria, previamente, la bondad moral o el cumplimiento de los mandamientos (sólo hay que leer la vida de San Agustín, o de San Pablo, para confirmar esto)...
DOS.
La gracia que uno puede adquirir por medio del amor a Dios y del cumplimiento de los preceptos, normas o mandatos establecidos en las Sagradas Escrituras (o en el catecismo de la Iglesia Católica) y que es común (o puede alcanzar) cualquier creyente de verdad.
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Muchas gracias Maricruz, al fin leo a alguien que se da cuenta de que todo lo que tiene lo tiene por gracia y debe compartirla.
"Eso es lo que me parece ha venido diciendo el papa sobre las periferias existenciales y por lo que sus palabras, lejos de inspirarme confianza me inspiran temor debido a que me obligan a mover del recinto de mi alma lo que ha permanecido por años mal acomodado.
A las periferias existenciales se llega prestando atención a la realidad y echándose a andar con la ayuda de la gracia de la humildad."
Gracias, sólo gracias!!!! Y que Dios la siga bendiciendo en su nuevo ministerio.
Bendiciones en el Amor de los Dos Corazones.
No pude terminar el libro, porque no lo entendí.
Su artículo, tampoco.
Pueda ser que está usted escribiendo como una santa, o que definitivamente el Alzheimer ya está haciendo mella en mi cerebro.
Curiosamente, los discursos del Papa Francisco los entiendo muy fácil. Tal vez sea solo que entre viejitos nos entendemos. Quizás.
Sería un aviso acorde a la doctrina pero no creo que tendría muchos convocados.
¿No sería que tal vez Dios quiere que los matrimonios que viven en gracia se encuentren con los otros, esos que viven en pecado, y al compartir y vivir la fe en una convivencia, estos últimos, o sea los "pecaminosos" adviertan la diferencia que hay con los matrimonios que viven el sacramento y entonces se animen con el ejemplo de los que han recibido mas gracia a caminar de la mano de Jesús para cambiar su situación?
Por eso la forma de decir las cosas es una obra y por la obras somos justificados. No sólo por cumplir las normas según la letra ni por la pura fe en abstracto como si todos tuviéramos el mismo grado de conciencia del estado de gracia de nuestra alma. Por las obras somos justificados y la forma de comunicar la fe es una obra.
Estoy participando de un Taller de Oración y Vida, que me va llevando por caminos insospechados. Estoy llegando a conclusión equivalente a la de Maricruz, pero más drástica: los que consideré eran mis mejores momentos espirituales, están muy impregnados de soberbia y gusto, es decir que como me eran tan gustosos, creí eran muy halagadores de NSJC. No estoy seguro y no me preocupa mucho, pues mi situación actual es muy diferente a aquella. Lo que me interesa más ahora, es asegurar que estoy en buen camino y hago lo correcto, según mi visión más amplia. A la vez, soy paciente conmigo, cosa que no lo era. Me criticaba mucho y exigía demasiado. Así pasé buena parte de mi vida, que creí buena, pero ahora creo puede ser mejor.
Gracias Maricruz.
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