"¡Señor, auméntanos la fe!"
Nuestro Señor Jesús tuvo algunas ideas descabelladas. Lo de la morera del Evangelio de ayer es una de ellas.
Tan descabelladas como algunas ideas que han tenido los últimos papas, por dar un ejemplo: Juan Pablo II con su idea loca de regresar a Polonia desafiando al poder político. Igual de descabelladas las de Benedicto cuando liberó la misa según la forma extraordinaria o cuando pensó que sería oportuno dejarnos su trilogía sobre Jesús de Nazareth, llamar a un Año de la Fe del que –hasta el momento- de todo podríamos esperar y, tan descabelladas, que - sencillamente- un día decide que lo conveniente es retirarse para orar. Igualmente descabelladas como, entre otras, la que tuvo Papa Francisco al convocar a la Jornada de Oración y Ayuno por la Paz en Medio Oriente.
A mí, todo esto, de lo que me habla es del tamaño de la fe de estos hombres, por eso, es que cuando el Señor puntualiza sobre el poder de la fe del diminuto grano de mostaza, se me quedan los ojos cuadrados. Me pregunto: Para qué nadie querría plantar en el mar una morera?
Fuera de bromas, “¡Qué daría por tener una fe de ese tamañito!” Hemos de pensar muchos de nosotros. “Qué daría! Lo daría todo!”
Pues bien, el poder del granito quedó en evidencia desde el Antiguo Testamento. La prueba está en que ese pueblo caminó durante miles de años sostenido por su encuentro con el Dios verdadero de quien reconocieron su corazón misericordioso. Nos dejaron constancia de lo que vieron y escucharon; pequeñas grandes huellas las que, generación tras generación, fueron construyendo el camino para el Redentor quien, hecho camino para nosotros, tal como los peregrinos de otrora, caminamos sostenidos por la gracia de Su Misericordia.
Visto así, es claro que la pedagogía divina, posee un patrón inconfundible que produce a lo largo de la historia hombres y mujeres con ideas descabelladas.
Tan descabelladas que tiran abajo los muros de Jericó, separan en dos las aguas del mar, mueven por el desierto a un pueblo numeroso alimentándolo con el maná, etc.
Tan descabelladas que piden perdón ante el muro de los Lamentos, se reúnen con líderes de otras religiones, promueven el diálogo con los descreídos, celebran misa en tierra enemiga, creen en el infinito poder de la fe y de la razón tanto como en el poder de la oración y del ayuno.
Nosotros, que vivimos en la ceguera en la que nos sumerge la era tecnológica, no escuchamos, ni vemos ni tocamos, pero la Creación bien que estuvo alerta el pasado setiembre.
¡Bien que lo estuvo!
Tanto como estuvieron y siguen estando tantísimos hombres y mujeres con una fe del tamaño de un granito de mostaza. Muchos de los cuales deben haber estado en jornada de ayuno y oración hace unos días:
El padre dijo en su homilía:
“En tiempos en que la confusión va diariamente en aumento necesitamos una fe acorde con dicho crecimiento por eso hemos constantemente de pedir: “¡Señor, auméntanos la fe!"”
9 comentarios
¿Por qué? ¿Por las tropas de Tito y Vespasiano?
Qué tonterías que se escriben...
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Tonterías? A ver, dinos por qué te parecen tonterías, Luis?
Si no te das cuenta, me temo que sea complicado explicarlo.
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Ah! Comprendo. Esta fue la oportunidad que te di para criticar a Juan Pablo II. No es que tengas buenas razones, solo es que necesitas hacerlo.
:)
Hablando de la fe, seria bueno dar a conocer esta noticia(se acordara usted del millon de peregrinos a Lujan):
www.telam.com.ar/notas/201310/35495-una-multitud-participo-de-la-peregrinacion-juvenil-a-lujan.html
Saludos.
Que yo sepa, cumplió con la tradición (que no ritual) judía de poner un papelito con un pedido o una oración.
Pero ¿pedir perdón? ¿a un Muro?
¿De qué fuente lo sacas?
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Luis,
La fuente, no la recuerdo y no la he buscado pero, según recuerdo, había salido a la luz el que la oración era para pedir perdón a Dios por lo que la humanidad había hecho sufrir a su pueblo. Lo cual, dicho sea de paso, no me parece mal.
Es curioso, porque ése no es el uso que los judíos le han dado a la tradición del Muro, que se refiere a la destrucción del Templo, causada por el mismo pueblo judío (profetizada por Jesús, y una de las falsas acusaciones en el juicio que sufrió).
De la Wiki, nomás:
"La tradición de introducir un pequeño papel con una plegaria entre las rendijas del muro tiene varios siglos de antigüedad. Entre los rezos de los judíos se incluyen las fervientes súplicas a Dios para que vuelva a la tierra de Israel, el retorno de todos los exiliados judíos, la reconstrucción del templo (el tercero), y la llegada de la era mesiánica con la venida del mesías judío.
El Muro de las Lamentaciones es sagrado para los judíos debido a que es una de las pocas partes que quedaron en pie luego que los romanos destruyeran el Templo de Jerusalén"
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A todo esto, Luis, qué te pareció lo del planeta en calma tras la Jornada de Oración y Ayuno?
Texto de la plegaria de Juan Pablo II:
Fue el primer Papa que rezó en el Muro de las Lamentaciones: bajo la atenta mirada de miles de millones y de acuerdo con la tradición judía, colocó una plegaria escrita en una hendidura del Muro.
La plegaria decía:
«Dios de nuestros Padres,
tú has elegido a Abraham y a su descendencia
para que tu Nombre fuera dado a conocer a las naciones.
Nos duele profundamente el comportamiento de cuantos
en el curso de la historia
han hecho sufrir a éstos tus hijos,
y, a la vez que te pedimos perdón, queremos comprometernos
en una auténtica fraternidad
con el pueblo de la Alianza».
Gracias por el artículo. Lástima que este servidor no me deje poner un enlace a un audio excelente, pero entre en www.santuariosagradoscorazones.wordpress.com y busque donde pone "El justo vivirá por la fe"
Puede ser un signo, ciertamente.
Aquella tarde-noche no cené para seguir el ayuno. Tampoco fue tan duro. Fue mi primer ayuno...
Saludos.
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