El orden puro equivale a religión sin Amor
Una indicación muy clara realizó el Cardenal Joseph Ratzinger en su libro titulado “Mirar a Cristo” del cual Alonso Gracián (quien como vieron en la anterior entrada, comentaba conmigo sobre el tema en facebook) me hizo llegar escaneada una brillante página.
Casadellibro.com lo resume:
“en realidad el libro quiere ser una invitación y una iniciación para cambiar las actitudes de fondo de la existencia humana para que abriéndose a Dios, se haga también más humana y más plena.El mirar a Cristo tuvo una importancia extrema en la vida de Santa Teresa de Jesús o San Ignacio de Loyola, por no citar más que dos ejemplos muy conocidos. El subtítulo del libro: Ejercicios de fe, esperanza y caridad, han sido muchos los autores espirituales que en la tradición de la Iglesia han visto en la base de la vida cristiana el ejercicio de las tres virtudes”.
El padre Joan Carreras del Rincón ha comentado que “Ese capítulo es genial! Allí estaba ya la Spes Salvi casi enterita".
Por lo que me ha parecido sería un aporte importante no solo dar a conocer la existencia de este libro sino el que su contenido nos asiste en el tema que hemos venido discutiendo.
18 comentarios
'No me mires, que me da vergüenza (en relación con lo que voy a decir) de que no sea inteligente, sino ridículo’:
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‘¿Amor, es amor de algo bueno y virtuoso... o de nada?’
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El amor, que a veces (no siempre) es una virtud, no puede ser un deber. ¿Por qué?... ¡porque el amor es cosa de sentimiento, no de voluntad!
Yo no puedo amar porque quiera, pero todavía menos porque deba. De ahí que el 'deber' de amar sea un absurdo. Lo que Jesús ordena es actuar, siempre que podamos, por amor.
En ese sentido significa 'ejecutar de buena gana ese sentimiento y ejercer de buena gana nuestra humanidad'
Y ese deber sí depende de nosotros.
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Para empezar, en la experiencia humana no hay tipologías puras de personalidad, no hay prototipos. Por eso, esta muy bien definir el"pelagianismo de los piadosos" como hace Ratzinger, pero esta muy mal llamar pelagianos a fieles quizá muy simples que rezan rosarios por ti, como nos regalo Bergoglio hace poco.
En segundo lugar la propia denominación "pelagianismo de los piadosos" implica casi una contradicción. Tal valdría decir "la negrura de lo blanco". Ser pelagianio no creo que conduzca a la piedad. Y tampoco creo que ser piadoso conduzca al pelagianismo, toda vez que es el piadoso el que antes de la Misa dice: Ne reminiscaris Domine delicta nostra VEL parentum nostrorum neque vindictam summas de peccatis nostris."
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Todo es válido para ti -hasta descalificar al Cardenal Ratzinger- con tal de justificar lo injustificable, verdad, Tulkas?
No te elimino este comentario no más para que quede de ejemplo del pelagianismo de los piadosos y porque, además, así me place.
Ni uno más de este tipo te permitiré.
1º/ Amar es un deber,porque es una ley de Dios.
2º/Amar puede implicar el sentimiento o no. Para amar a los enemigos,que es una orden de Cristo,no se necesita estar enamorado de ellos,ni sentir cariño.Primero es la voluntad,aunque nuestro sentimiento sea contrario.Cuando uno ,por el Espiritu,se va perfeccionando en el Amor,dejara incluso de tener sentimientos encontrados con los enemigos,porque su propio orgullo estra mas apagado que al principio,muerto,crucificado.
3º/Una cosa es el Amor eros,otra el fileo y otra el agape.
De echo ,cuando el Amor es un acto virtuoso,es porque esta implicada la voluntad,en contra de nuestras bajas pasiones.
Cuando el Amor lo donamos gratuitamente sin ningun trabajo,sin costo alguno,sea a quien sea,no solo a los que nos aman,deja de ser un acto virtuoso y pasa a ser gracioso,en el que influye mas la gracia del Espiritu Santo,que nuestra propia voluntad.
Es decir,en la virtud,hay que remar,en la gracia-don(infusos) de Dios,vamos a toda vela ,sin que por ello podamnos decir,que en el remar,no esta la gracia de Dios,pues tambien ella nos da la fuerza que nos mueve a avanzar.
Cuando tu vas a visitar ancianos,por ejemplo,sin conocerles de nada,les estas amando,y lo haces porque quieres,hacer lo que se debe,lo que Dios manda.Esa es la formula de la libertad,que es donde resplandece la Verdad.El sentimiento se forma a partir de la buena voluntad.
Por eso,Amar es una obligacion,que paradojicamente,es una liberacion,es,la liberacion,y deja de ser obligacion,cuando el Amor nos ha libertado de nuestro cuerpo de pecado,que se opone al Amor,por naturaleza;primero yo;ego=caida del Amor de Dios.
"El que quiera venir en pos de MI,nieguese a si mismo,cargue su Cruz y sigame,porque el que quiera salvar su vida la perdera,y el que la pierda por MI causa la salvara".
Por eso la Cruz del yo,nos levanta a la santificacion,a la crisiticacion,a ser conformados a imagen de nuestro Salvador y Señor y Dios;Jesucristo,a EL sea toda la gloria por los siglos,junto con el Padre en el Espiritu Santo.
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Gracias por compartir el texto.
De allí es muy fácil pasar a: "Los bienes son una bendición de Dios. Si tengo bienes, es porque soy bendito de Dios".
Ese razonamiento ni siquiera considera el amor. "Hiciste mal y mucho, pero te amo tanto que Yo voy a sufrir el castigo para que tu no sufras"
La deformación de esta verdadera doctrina viene cuando el pecador dice "Si ya Cristo sufrió por mí y yo no tengo que sufrir, puedo hacer cualquier cosa sin consecuencias", pero no es el tema de este post.
El "piadoso pelagiano", a mi modo de ver, es el que dice: "Hice mal, pero con este rosario lo compenso". O como dicen en mi pueblo "el que peca y reza empata".
Una deformación de ese comportamiento también la tiene el escrupuloso: "Soy tan pecador que si no peregrino de rodillas a Lourdes Dios jamás me va a perdonar". Ambos van por muy mal camino y no sé si es peor el primero que el segundo.
El piadoso no pelagiano acepta el ritual como parte de su santificación, así sea confesarse, rezar la penitencia o peregrinar de rodillas a Lourdes; pero sabe que lo importante es el perdón de Dios y su propósito de enmienda, no qué tan peladas tenga las rodillas al llegar a ver a la Virgen.
El que no es piadoso ni pelagiano pero es buen cristiano sabe que Dios perdona, pero no lo usa de excusa para pecar más. Pide perdón, se confiesa aunque no se sepa el ritual de memoria, cumple su penitencia de corazón como mejor puede y sigue adelante tratando de ser mejor cada día. Quizás en su mente crea que volverá a pecar, quizás en su corazón sienta que Dios lo sigue perdonando. Pero aún así su pecado le duele porque sabe que ha ofendido a Alguien que lo ama mucho, y no quiere cometerlo más.
'El que no es piadoso ni pelagiano pero es buen cristiano sabe que Dios perdona, pero no lo usa de excusa para pecar más. Pide perdón, se confiesa aunque no se sepa el ritual de memoria, cumple su penitencia de corazón como mejor puede y sigue adelante tratando de ser mejor cada día. Quizás en su mente crea que volverá a pecar, quizás en su corazón sienta que Dios lo sigue perdonando. Pero aún así su pecado le duele porque sabe que ha ofendido a Alguien que lo ama mucho, y no quiere cometerlo más.'
Enhorabuena, Sr. David...
: )
El altar de la Virgen se ilumina,
y ante él, de hinojos, la devota gente
su plegaria deshoja lentamente
en la inefable calma vespertina.
Rítmica, mansa, la oración camina
con la dulce cadencia persistente
con que deshace el surtidor la fuente,
con que la brisa la hojarasca inclina.
Tú, que esta amable devoción supones
monótona y cansada, y no la rezas,
porque siempre repite iguales sones,
tú no entiendes de amores y tristezas:
¿Qué pobre se cansó de pedir dones?
¿Qué enamorado de decir ternezas?
Enrique Menéndez y Pelayo
Viene uno y define el siguiente concepto: "hipopotamo con alas".
Segidamente otro va y llama "hipopotamo alado" a todo aquel que le cae mal.
Luego viene otro y da bombo a la definicion.
Luego viene un cuarto y dice lo que un "hipopotamo con alas" es, efectivsmente, tal cosa y ademas, conoce muchos casos.
El problema es que puede ser que el "hipopotamo con alas" solo sea un termino infeluzmente empleado para describir una realidad mucjo mas sencilla.
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Oh, si, Tulkas, los rezaba y de seguro al momento cuestionaba al Papa de turno y faltaba a la caridad con todos los que se le oponían.
Pésimo ejemplo elegiste! Fatal!
Gracias Maricruz.
Por ejemplo, cuando en las JMJ los Obispos se sacudían al son de los tambores guiados por un homosexual danzante, apagué la TV y les dije a mis hijos que eso "no era para chicos", ¿eso fue "pelagiano"? ¿Es eso querer un "orden puro"?.
A mí me pareció ver (quizás me equivoqué) que los Obispos esos no sentían ni respeto por mis hijos, ni amor por los que tenían que verlos, ni compasión por la multitud. Ni mucho menos por el Santo Sacrificio, que es lo grave, porque yo podía apagar la TV y no saber más nada, en cambio, Cristo tiene la desgracia de tener que ver todo lo que hacemos, por su Amor infinito. Dolerse por eso ¿es pelagiano? si hiciera penitencia por eso, ¿sería pelagiano?
Eso sí, los Monseñores me parecieron muy "seguros". Vaya a saber si no existirá una forma diabólicamente exquisita de ser fariseo en la modernidad, que consiste en señalar con crueldad de sonrisa beata y oficialista, guitarril y danzante, a aquellos a quienes se les arrugan las tripas al ver ciertas cosas que ocurren. Y que, vamos, no debieran ocurrir en un orden con ciertos visos de normalidad. Al menos en el contexto de lo que siempre se entendió por "normalidad".
Entonces (en el ejemplo citado, aunque hay otros) ¿esto es normal o anormal? Que los Obispos dancen con tambores guiados por un homosexual ¿es normal o es anormal? Si es anormal, ¡que lo es! ¿hay que callarse, porque si no se es pelagiano? ¿debemos dejar que nuestros chicos vean a los Obispos hacer eso?
Y más vale no traer más ejemplos a colación porque se arma un lío tremendo. Serían los que Infocatólica y sus bloggers denunciaban gallardamente (¿eran pelagianos?), hasta hace unos meses. Antes de que cambiaran los vientos.
saludos
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Juan,
Pues si, me parece que tu reclamo en el fondo es de un orden puro que no existe, ni existirá.
Existe una tensión entre lo que somos y lo que seremos, en el medio estamos siendo, es decir, en ininterrumpida transformación. Trata de interrumpir ese cambio. Qué te queda? Un padre gruñón que no supo aprovechar ante sus hijos la circunstancia de los obispos danzantes a ritmo del baile dirigido por una persona homosexual para enseñarles amar más a Dios a sus semejantes.
Un orden que es muerte en cuanto te amarga la vida al tiempo que se la amargas a los demás.
Te diré mi opinión: esa transformación tiene que tenner un sentido, o debería tenerlo. O son los Vientos de la Historia que nos llevan donde quieran. Y esa "tensión" entre lo que somos y lo que seremos en una vorágine transformadora, no sé que quiere decir, salvo que estemos hablando de dialéctica hegeliana. Yo no vivo así, y no conozco a nadie que viva así, salvo (imagino) en un loquero.
Y no te creas: la resistencia a esas transformaciones puede hacerse con mucho y muy buen sentido del humor. Amargados quedan los que se entregan. Lo que vive va contra corriente; lo muerto, corriente abajo.
Claro es que nuestro arte educativo no da como para sacar enseñanzas de ese espanto, salvo decir que es mejor que los chicos no lo vean. Ya podemos reírnos de eso porque nada de lo que hagan puede ya sorprender.
De repente me vino a la mente el Rinoceronte, de Ionesco. En como de golpe a todos les parecía normal convertirse en uno. Salvo a Berenger. Quizás era pelagiano, visto desde el lado de los rinocerontes.
No lo tomes a mal, somos muchos los que extrañamos los tiempos en que Infocatólica daba el Buen Combate, sin amargura.
saludos.
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Juan,
No le hallas sentido a la transformación? La transformación tiene sentido: la vida eterna.
Si no vives en continuo cambio y te parece que hacerlo es cuestión de locos eso explica que le hayas apagado el televisor a tus hijos.
Has de decirme que se quedaron tan contentos? Mil veces que no.
Debiste haberles dado la oportunidad de probarte que son capaces de aceptar a la Iglesia por lo es antes que obligarlos a amoldarse a unos ideales de pureza que jamás existirán.
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Oh, cielos, María. Adolezco de muchísimas cosas pero no tanto como para agarrarme de la Palabra de Dios con el fin de dictar sentencia sobre nada ni nadie.
Te colme el Señor de lo que también careces.
Que ya somos dos que necesitan de su Misericordia.
Nota: Tu último comentario lo he borrado porque no venía al caso y te hacía quedar muy mal.
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No me ofendo, María, no.
Nada más no comprendo lo gratuito de tus agresiones por lo que lucho por no responderte faltando a la caridad.
Te ruego, por favor, que no regreses si no es a decir algo positivo.
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