Qué pasaría si nos tomáramos al Papa Francisco literalmente?
A ver, analicemos lo que ha dicho: «¡Vayamos hacia los otros sin esperar que los otros vengan a buscarnos!»
Qué quiere decir con esto? Que debemos literalmente salir en busca de los demás? Pues, así parece.
Y qué implica para mi? En lo que a mí respecta implica, por ejemplo, que deberé ir en busca de unos parientes que me han ofendido para, sin reclamos, volver a establecer amistad. Cuidarlos y preocuparme de nuevo por ellos. ¡Uy! Hasta se me crispa el espinazo pero, decididamente, eso implicaría.
Qué implica para ti hacer lo que indica el Papa? Piénsalo por un instante.
Y es que, fíjense bien cómo sigue el Papa: «Imitemos en esto a nuestro divino Maestro, que dejó su cielo para hacerse hombre y estar cerca de cada uno de nosotros».
No cabe duda de que es cierto. Salir al encuentro de los demás es imitar a Cristo quien se expuso completamente al innegable peligro de ser rechazado.
Es tan de tanta gravedad este desafío y estamos tan acostumbrados a que se nos hable con figuras que no termina de caernos la peseta. Cierto?
Nos está diciendo el Papa que hemos venido estando muy acomodados y que salgamos fuera. Tal como nuestro padre quien viendo el día soleado nos exige que salgamos a jugar por nuestro propio bien.
Es nuestro bien lo que busca el Papa. No otra cosa. Nuestra santidad. Que pongamos en hechos lo que decimos creer.
Y fíjense bien, el Papa enumera los lugares a los que hemos de salir: «No solamente en las iglesias y las parroquias, pero en todos los ambientes llevemos el perfume del amor de Cristo. En las escuelas, en las universidades, en los lugares de trabajo, en los hospitales, en las cárceles. Pero también en las plazas, en los centros deportivos y en los locales en donde la gente se encuentra».
Calma, calma, Papa F, pero qué es lo que pretendes? Quieres que piensen que estamos locos? Porque eso es lo que pensará Vera, la de la pulpería, cuando mañana llegue a comprar el pan y le diga que recemos juntas un Avemaría. Y, así, mil cosas que se me ocurren.
Y es que, finalmente, me pregunto que, de no hacerlo tal como nos indica el Papa, cuándo se darán cuenta los demás de lo que hemos recibido?
« ¡No seamos avaros en donar lo que nosotros mismo hemos recibido sin ningún mérito! No tengamos miedo de anunciar a Cristo en las ocasiones oportunas como en las inoportunas, con respeto y con franqueza».
Qué pasaría,
queridos cristianos,
si nos tomáramos las palabras del Papa
literalmente?
Pueden imaginar el mundo
regado con la presencia de quienes
se las hayan tomado de esa forma?
18 comentarios
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Bien, honradamente, no creo haber dicho cosa diferente a lo que planteas, Luis.
Y doy sólo un ejemplo entre tantos posibles: ¿Qué Cristo van a predicar, el católico o el "pagólico"?.
Porque fuerza es decirlo: hoy en día el "cristo pagólico" está más difundido que el auténtico. Puertas afuera pero también puertas adentro.
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Ricardo,
Se me hace difícil imaginar a un cristiano de "cristo pagólico" con una tal convicción que le impulse a salir de casa. Es el encuentro con el Señor lo que da ese impulso no el encuentro con una idea. Ellos se han encontrado con una idea. Llevarán quizá sus ideas fuera de casa y confundirán a algunos pero eso no sustituye a lo otro de ninguna forma. Tarde o temprano deberán salir de su engaño todos.
Creo que esa frase responde a muchas de nuestras dudas. ¿Debería ir con esos parientes con los que estoy enemistado? ¿Debería predicar el Evangelio a estos incrédulos? ¿Debería dar limosna cuando apenas me alcanza para vivir? Las respuestas son sí, sí y sí. Aunque nos equivoquemos. Aunque los parientes nos respondan con peores modos, aunque los incrédulos se burlen de nosotros, aunque nos quedemos con hambre mañana.
Es, según Francisco, preferible enlodarse en la calle que podrirse en el templo. Me parece que ninguno de nosotros, ni el laico más neófito ni el cura más santo, estará nunca suficientemente preparado para salir a buscar ovejas perdidas. Todos tenemos que arriesgar, poner la carne en el asador, equivocarnos, caer siete veces diarias, decir lo que creemos, aunque enfrente tengamos consumados herejes y ateos capaces de destruir nuestros argumentos a la primera frase.
¿Por qué? Yo también me lo pregunto. Quizás es porque si no somos nosotros, no habrán piedras que hablen para llevarle la Palabra de Dios a esas ovejas perdidas. Quizás es porque la Iglesia encerrada irá tomando cada vez más mal olor, hasta que ni nosotros mismos podamos soportarla. Quizás es simplemente porque eso fue lo que hicieron los apóstoles: ellos no esperaron a que Santo Tomás les explicara la Summa Theologiae para salir al camino. Sólo salieron, sin monedero ni una segunda túnica; salieron sólo a decir "Jesús está vivo", y el que tenga oídos que oiga.
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Me gustó tu comentario, DavidQ.
Es muy sensata tu aclaración: el "pagolismo" es una creación ideológica, o sea una "invención de la creatura", mientras que Cristo Rey del Universo es una Persona Real. El cual está descripto "divinamente bien" en los Evangelios. Y también -de manera profética- en el A.T.
Aceptado esto, mi comentario apuntaba a señalar la oportunidad y conveniencia de que desde los niveles que corresponda se aliente el apostolado auténtico y se desautorice su caricatura, la soflama ideológica. Más de lo que se hace actualmente. Tanto en parroquias como ¡ay! en seminarios y simposios. Porque quienes están de-formados ideológicamente pueden llegar a interpretar las intenciones del Papa como una invitación a divulgar sus "herrores" (síntesis de "error" y de "horror").
Creo que el último Papa que puso blanco sobre negro en este aspecto tan vital y en todos los estamentos eclesiales, fue San Pio X. Quizás ahora sea necesario tomar medidas parecidas.
Con esto quería decir que mucha gente cree que los curas son tan perfectos como ángeles y que no necesitan ir al baño. O puestos al caso, que el arzobispo de Buenos Aires es tan santo que no pudo cometer errores.
Lo malo no es eso. Lo malo es que cuando las pías señoras del pueblo descubrieron que el cura también hacía del uno y del dos se escandalizaron. Como muchos hoy se escandalizan de los errores, reales o supuestos, de Jorge Mario Bergoglio.
Y yo me pregunto, ¿qué quieren? ¿qué buscan? ¿Angeles que no van al baño en el papado? ¿Curas con las manos juntas y mirando al cielo todo el santo día? ¿Laicos que no se confiesan porque ya están "salvos"?
Déjenme revelarles la cruda verdad: Después de la Santísima Virgen, ni uno solo de los apóstoles fue perfecto. Todos cometieron errores y por montones. Jamás ha habido y dudo mucho que haya un solo cura que no se haya equivocado más de una vez. Si vamos a esperar a que haya un Cordero sin mancha en la dirección de la Iglesia, tendremos que esperar a la Segunda Venida de Cristo y para entonces ya será demasiado tarde. El reto es HOY, porque mañana quizás ya no estemos vivos. Y aunque yo crea que me voy a confesar dentro de quince días y entonces ya estaré en Gracia de Dios, no puedo esperar esos quince días para confesar que Cristo es mi rey y que todos debemos obedecerlo.
¿Hago daño predicando siendo tan inmundo pecador? Quizás sí. Pero más daño hago si callo.
No lo diré una tercera vez.
No me obligen a cerrar comentarios.
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Alf_3:
Pues no se. Aquí tienes a una insoportable que rechazada y todo, duerme feliz y tranquila. Sabiéndose de Dios total y absolutamente amada.
Un consejo.
Cuando edite (o elimine usted alguna aportación) hágalo usted con la integridad de todo su comentario.
Triscas con ellos!
: )
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Anónimo:
Qué significa ser "pin-pin"?
: )
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Ah, bien, gracias, pero eso viene en mi software. No hay modo que pueda dejar de serlo.
Saludos, Anónimo.
genes.
Saludote.
: )
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;)
Cierto.
Saludos.
También se da que nos derrotan dialécticamente, al desplazar la línea que separa el proponer del imponer arbitrariamente, y a menudo con la ayuda de nuestra humildad, cobardía, o la otra disfrazada de la una.
El proselitismo es el acto de persuadir para la unión a una causa, en términos generales; En la jerga que nos ocupa es hacer exactamente lo que JesuCristo nos pide en los versículos finales del Santo Evangelio según San Mateo, y a lo que San Pablo invita constantemente en su predicación, usando el vocablo persuadir.
Concretando, en lo que me quiero pronunciar es en que han conseguido devaluar la palabra proselitismo al llevarla hacia el extremo del abuso, rebajando como consecuencia, la palabra que era sinónima, (con la particularidad que concreta la acción en el uso del Evangelio), evangelizar, atenuándola en el significado.
En términos generales, la publicidad es proselitismo, y para el abuso se ha adoptado un nuevo vocablo: Spam.
Sin embargo, en términos religiosos, la palabra original, proselitismo se ha adoptado como la palabra que describe el exceso, rebajando como ya he dicho, su sinónima.
Mencionó Jesús la dificultad de hacer pasar un burro por el ojo de una aguja... Pues creo que a la Iglesia le han enhebrado el burro.
Actualmente hay otros términos que nos quieren usurpar, como la palabra Matrimonio: ¿Será que en el ojo de la aguja cave más de un burro?
Yo, hago proselitismo. Y quien no sea capaz de entender esta palabra sin connotación despectiva, tiene un problema.
PD.: Consúltese la etimología de la palabra proselitismo, vaya a ser que tenga su origen en la religión,,, concretamente en la católica... y después nos la hayan querido pervertir.
Gracias.
Y ambas cosas sólo las haremos con la Gracia de Dios, y no por nuestros méritos. Y en ambas cosas jamás lograremos alcanzar completamente el éxito perenne, para que no nos envanezcamos en nuestra pequeñez, y recordemos lo que somos.
Predicar y dar testimonio no es un objetivo: es un modo de vida (para alcanzar la Vida que de verdad vale la pena, la eterna).
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