“Si no consigues abrir el corazón, luego la cabeza no escucha”.
Mucho tiempo atrás, habiéndome planteado la promoción de la misa según la forma extraordinaria, quise abordar a sacerdotes conocidos para tocarles el tema pero la experiencia fue desastrosa. Lo fue por varias razones, entre ellas, que estuve enfadada por la desatención o desconocimiento del Motu Propio Summorum Pontíficum pero también por los abusos en la liturgia que se han vuelto cosa común.
Pasó bastante tiempo para que cayera en cuenta de la realidad y que el resentimiento no era la mejor posición para promover mi tan amada liturgia, mucho menos, la misa antigua.
Más tarde, con lo de los escándalos de la pederastia, junto a un grupo de mis contactos de facebook, debí aprender a expresar el mensaje de la Iglesia sin perecer en el intento. Lo hacíamos en las redes sociales y como comentaristas en periódicos digitales y sitios web.
De ahí fue que conocí Catholic Voices UK y a Jack Valero quien, el 4 de febrero del 2012, mantuvo una charla-coloquio en la facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra dentro del ciclo “Comunicar la Fe a la opinión púlblica” organizado por el portal de catequesis Arguments.es
Una breve nota de prensa publicada al respecto me servirá para señalar los puntos fundamentales con los que Catholic Voices señala la importancia de abrir el corazón de nuestros oyentes.
Lo considero oportuno y necesario tanto para conseguir ofrecer la verdadera imagen de la Iglesia como para la promoción de la misa antigua ya que, de mi experiencia, la mayoría de quienes promovemos el vetus ordo, les hemos entrado con “los tacos de frente” a quienes hemos necesitado o deseado presentar nuestro mensaje.
Lo primero que deseo destacar es la sonrisa y el planteamiento positivo. Es obvio que mucho adelantaremos si entramos con una sonrisa y pensando positivamente tanto de la persona con la que hablemos como de lo que piensa; lo que me lleva a otro de los argumentos de Catholic Voices: “Detrás de cada crítica [ ] siempre hay una intención positiva (junto a otras que quizá no lo sean tanto) con lo que puedo estar de acuerdo y, a partir de ese punto en común, articular mi propio mensaje”.
Les pondré un ejemplo: Durante una conversación muy intensa con un sacerdote y autoridad en liturgia, era tal el bombardeo de negativismo de su parte que me vi obligada a interrumpirle y decirle con la más sincera de mis sonrisas: - “Padre, me ha dejado claras sus preocupaciones y muchas de ellas las comparto; pero ha de admitir que, también muchas de ellas son prejuicios. Si vine a usted fue porque un sacerdote diocesano -quien lo estima- me lo recomendó ya que lo considera una persona libre de prejuicios”. El cambio en su actitud fue de inmediato y radicalmente. Desde entonces nos comunicamos a las mil maravillas.
A eso voy. No son de despreciar los consejos de CV, ellos aplican no solo ante los medios de comunicación sino también ante quienes deseamos promover la tradición litúrgica de la Iglesia. Y es que, tengámoslo en cuenta, laicos, sacerdotes y obispos no son anti-liturgia así como los medios no son declaradamente anti-católicos; por lo mismo, si queremos mejorar tanto la imagen de la Iglesia como la del vetus ordo missae, hemos de seguir los tres consejos de Catholic Voices:
1. Entender bien cuál es la crítica
2. Buscar el aspecto positivo y comprenderlo
3. Ofrecer una respuesta que empatice con quienes critican
Con la sonrisa y una actitud positiva yendo por delante, siguiendo estos consejos, más una sólida formación en la fe; apoyándonos en formas creativas para presentar nuestro mensaje, la misa antigua tanto como la imagen de la Iglesia, antes que punto de conflicto, se constituirá en “un mensaje fabuloso, positivo y altamente atractivo, como [lo] es el Evangelio”
Y, recordémoslo siempre:
“Si no consigues abrir el corazón, la cabeza luego no escucha. Además, la gente al final no se acuerda tanto del contenido que transmites como de la sensación que les produces al hablar”
Jack Valero, Catholic Voices
2 comentarios
De hecho tengo un proyecto para los próximos meses (o años, quizás) que es el de acudir a uno o dos sacerdotes con los que tengo alguna confianza y preguntarles si accederían a celebrar en la forma extraordinaria.
Sé que si quisieran hacerlo, ya lo harían -y no lo hacen. Con lo cual me imagino que: 1) Porque no les interesa (por prejuicio, seguramente); 2) Porque sus fieles nunca se lo han pedido (por ignorancia o prejuicio); 3) Porque aún queriendo, no tienen apoyo en sus fieles.
Así pues, es un tema complicado, y más aún si quien se los plantea no es un par de ellos; algunos jóvenes pueden llegar a parecer fanáticos fundamentalistas o inmaduros utópicos a la vista de quienes por una razón u otra se desentienden de la Misa tridentina. Eso también es muy negativo.
En fin, le agradezco el artículo; si pudiera darme algún/os consejos en particular para lo que me propongo (tips en general, lo que sea), puede encontrarme entre sus contactos de Facebook. Se lo agradecería mucho (y otras almas también!).
+Pax et Bonum+
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Jerónimo, lo tengo entre mis contactos de facebook? Bajo el mismo nombre? Indíqueme, por favor. Con todo gusto platicaremos sobre el tema.
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Creo que ya lo encontré.
El consejo dado es bueno aplicarlo a sí mismo, en este sentido: Antes de creer que quienes nos oponemos lo hacemos por oficio y prejuicio -y debo reconocerlo, raras veces de buen modo- hay que hacer de cuenta que lo estamos haciendo con una sonrisa y sin ánimo de ofender.
Alguna vez le dije que creo en su causa y la apoyo con mis oraciones -sigo haciéndolo-, pero al mismo tiempo comprendo la oposición a la que se enfrenta. Ambos tienen su valor y ruego a Dios que las diferencias nunca sean causa de ruptura. El paso dado por usted ha sido enorme, pídale al Señor que los demás logremos dar uno del mismo tamaño y mientras lo logramos, finja que ya lo hicimos.
Paréntesis: El otro día nos contaba de la escasez de misales. De entonces para hoy, muchas cosas han cambiado y ya están disponibles los misales en línea. Bastaría imprimir las páginas del día, o como ya he visto, llevar uno de estos dispositivos de lectura electrónicos para tenerle a mano. http://www.es.catholic.net/archivos/missale-romanum-1962.pdf
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Claro, Gaby, quienes presentan objeciones a la misa tradicional lo hacen con una sonrisa y sin ánimo de ofender. Eso lo he comprendido y valdría la pena todos los que promueven estas cosas lo comprendieran.
Es cierto, el paso que he dado es enorme y por lo mismo he aprendido a tener paciencia tal como la tiene el Señor conmigo. No tengo prisa aunque a veces se me suba el apellido.
Ah, si, esos aparatos son geniales. Creo que hablamos de ellos con el sacerdote del Vaticano. Creo que el tenía uno de esos cuando celebró misa privada en una capillita en un pueblito de la costa.
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