Evangelizar en los centros comerciales
El otro día alguien me decía que cómo era posible que yo no estuviera trabajando para algún departamento de la Curia o de la Conferencia Episcopal y lo decía considerando la cantidad de ideas y actividad que genero desde las redes sociales y además que, con la ayuda de Dios, llega a plasmarse en la realidad.
Bien, no puedo negar que alguna vez lo he pensado, pero el caso es que difícilmente alguien en la CECOR (Conferencia Episcopal de Costa Rica) me soportaría y no porque no sean virtuosos es que, sencillamente, soy como un torbellino por lo que ninguna oficina resistiría mis embates; es más, no se los deseo ni recomiendo. Por esta razón es que mejor me dedico a buscar los recursos para echar a andar estas ideas por mi cuenta y con la ayuda de Dios.
En este sentido me ha dado mucha satisfacción haber coincidido con dos obispos italianos que han propuesto recientemente evangelizar en los centros comerciales.
He venido madurando la idea hace meses y el concepto va en este sentido.
Necesitamos más que nunca hacer a la Iglesia presente en el mundo y en ella a Cristo y en El a sus testigos, personas que hayan tenido una experiencia del Resucitado y que se hayan interesado en profundizar en la fe quienes presentarían a Cristo en su Iglesia al mundo en los centros comerciales.
La idea se gestó al observar la realidad, esto es, de verme sin mi actividad de la hidroponía, de conocer a mujeres en mi situación laboral pero también con la misma pasión y semejante formación en la fe, de ver espacios que se alquilan en los pasillos de los centros comerciales pero también de mi interés en los artículos religiosos, la música, el arte sacro y la catequesis así como esta labor que realizo de continuo que es gestionar ayuda para personas y proyectos.
El proyecto reuniría todos estos recursos hasta ahora sin conexión en un “stand” fácil de identificar como un sitio católico que alquilaríamos en los amplios pasillos de los centros comerciales.
Empezar a pequeña escala e ir creciendo, si así el Señor y nuestras destrezas en la administración lo permiten, hasta ir “tomando” por así decirlo uno tras otro los grandes centros comerciales hasta culminar con la meta que me he propuesto que sería involucrar a los párrocos para que gestionen, con los parroquianos más influyentes y acomodados, el alquiler de uno de esos locales para erigir una capilla en donde se celebre misa y se ofrezca al menos el sacramento de la reconciliación.
La idea me suena fabulosa y la completaríamos dando trabajo por horas a, particularmente, mujeres solteras pensionadas o con obligaciones sino que daríamos curso a su impulso misionero.
Ellas (o ellos) se prepararían no solo para conocer los artículos que venderíamos sino a estar dispuestos a establecer un contacto auténticamente cristiano con los clientes, esto es, ofrecerles asistencia en lo humano tanto como en lo espiritual guiándolos hacia sacerdotes o especialistas católicos que les asesoren en sus necesidades.
Mostrarían a la vez un rostro humano de la Iglesia dispuesto a acoger a todo tipo de personas y a hablar de todo sin vergüenza y sin escrúpulos. Conociendo la piedad popular, algo de teología, doctrina pero también de arte, música, latín y todo aquello relacionado con nuestra fe en términos generales, sin embargo, su testimonio cristiano sería lo fundamental.
Podrán imaginarse la cantidad de actividades catequéticas y/o evangelizadoras que podrían realizarse tan solo siguiendo el calendario litúrgico? Imaginarán además lo que supondría que nuestros artistas y artesanos obtengan una red de distribución de sus artículos religiosos? Esto no más, entre otras cosas.
Me resulta interesante no solo haber coincidido con dos obispos italianos, como mencioné arriba, sino tener este blog albergado en un portal tan frecuentado como InfoCatólica ya que, es probable, que la idea reciba aportes para mejorar sino que se difunda y quien sabe si hasta llegue a recibir no solo solicitudes de un puesto de trabajo sino de eventuales socios inversionistas.
Ya ven por qué digo que no habría oficina que resistiera mis embates?
Feliz fin de semana!
10 comentarios
Hasta ahora vuelvo a hacer la conexión y recuerdo los confesionarios que se instalaron para la JMJ en Madrid.
Alguna vez leí que si nosotros no predicamos, las piedras hablarán. Me suena menos descabellado un kiosko en un centro comercial que una piedra hablando, la verdad.
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Yo, es que me imagino desde allí con mi laptop conversando con ustedes por aquí y compartiéndoles mis experiencias. Sería interesante aparte de divertidísimo.
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Excelente. Las viejillas pensionadas nos ganamos un sueldito y vos venís a ofrecer tu trabajo voluntario. Suena excelente. No dejés de estar en contacto para cuando empecemos el proyecto. Me tenés de contacto en facebook? Si no, añadime. Un abrazo,
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Y no tanto que no necesitemos de la aprobación de los Obispos, que sería bueno contar con ella, sino que si tenemos el impulso misionero y podemos echarlo a andar apegados a la doctrina en iniciativas como ésta, por qué no?
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Luis Fernando,
Totalmente de acuerdo. No se trata de invadir los centros comerciales como hacen los TJ en nuestras casas. La prudencia y la discreción, así como la paciencia y la confianza tendrán que ser virtudes que se dejen ver en quienes se asociaran a esta actividad.
Por ejemplo, en Navidad: en cada vagón del Metro un trío de jóvenes canta un villancico y reparten un volante felicitando la Navidad y recordando la importancia de la fe en Cristo, Dios y hombre. Una sonrisa y nada de dinero. Se van al siguiente tren del Metro. Y ya está. ¿Por qué no?
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Eso mismo digo yo.
1) Apologetica en folletos con varios temas directo al grano
2) Cursos de apologética para formadores en todas las diosesis y q estos a sus subalternos
3) En encuestas q hemos hecho, la perdida de la fe se da a entre los alumnos de colegio, los profesores de religion no dan tareas de apologetica y las fiestas q hacen estos alumnos hace desamorizarse de la religio, mientras q una fe fuerte, te hace recordar q cada accion q hagas DIos la ve
4) Nadie ama lo q no conoce
5) Evangelizar en centros comerciales, ferias del agricultor, colegios, universidades, redes sociales, todo sitio de gran afluencia de publico es el futuro de la GRAN EVANGELIZACION MUNDIAL.
¿Q pasa ti tu vas con tu hija acabada de cateqtizar, te encuentras con una amiga protestante y tu no sabes q contestarle en frente de tu hija? Tu hija empieza a sospechar q la religion q le enseñaron no es la verdadera. ¿Q vas a hacer? ¿Te seguiras qdando callado-a?
¿Y qué?
Puede ser perfectamente así, habida cuenta de la pluralidad de mentalidades catequéticas que abundan en la Iglesia de hoy, no todas ellas ortodoxas y no todas ellas plenamente católicas.
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No sé si se han fijado, con respecto a los centros comerciales, que hace no muchos años tenían una estantería específicamente dedicada a libros de religión y que actualmente una sección así ha desaparecido prácticamente de todas las librerías de los grandes centros comerciales.
Si os fijáis más aún percibiréis que el único sitio de los centros comerciales donde todavía hay rastros de cristianismo es precisamente en lo relacionado con ese aspecto tan DESPRECIADO por la moderna y modernista jerarquía actual: la música litúrgica.
Por eso, un individuo como Marcel Peres [ ] hace más por la evangelización de la cultura, por la evangelización en los centros comerciales, que Rino Fisichella y [ ]
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Tulkas, es que puedes decir algo que no sea con desprecio? Hazme el favor. Te seguiré editando hasta que hagas un esfuerzo en corregirte.
En los comercios que lo que se trata esta interesante reflexión de Maricruz, es que los católicos seamos valientes, y llevemos el crucifijo a la vista de todos, colgando en nuestro cuello. No siempre escucharán o aceptarán nuestras palabras, pero cuando se fijan en el crucifijo ya tienen algo que pensar, para bien o para mal.
El domingo pasado, por la mañana bien temprano, cuando ya la gente se marchaba a sus casas, porque habían estado toda la noche divirtiéndose según el mundo, eran las ocho que algunas jovenes me vieron con el crucifijo, tuvo la mala suerte de blasfemar. Pero nosotros, que no tenemos el Ministerio Sacerdotal, aún con el silencio, las obras de caridad, nuestros ejemplos como enseña San Pablo, también San Francisco de Asís, son nuestros ejemplos cristianos.
A veces cuando se oye una blasfemia en la calle, pues sin tener miedo, y comenzar una conversación, diremos ¡Bendito sea Dios!, en voz alta, pero sin detenernos con ellos, y siguiendo nuestro camino.
No olvidemos aquellos que dice Jesús, que muchos son los llamados y pocos los escogidos.
De otra forma, la predicación a viva voz en los centros comerciales, no puede tener buenos resultados, porque si los dueños o directores de esos centros, no quieren oír hablar de Jesucristo, llegarán a contratar a guardias de seguridad, porque lo que quieren es hacer negocios en este mundo, y no siempre se disponen para oir la Palabra de Dios.
Necesito también una revisión de la vista.
Que Dios te bendiga y Feliz Santa Epifanía del Señor.
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En este sentido espero contar con un amigo que trae libros del exterior y también con el contacto tan generoso y gentil de la Librería Katholikós en Rohrmoser. Estoy segura que Javier y Bernardo con todo gusto nos ayudarán a conseguir la literatura que necesitáramos para nuestros clientes-hermanos en la fe.
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