¡Caray, que todos los días encuentro algo fascinante!
Reconozco ruborizada que, a pesar de ser cielina, cada día me sorprendo fascinada con algo nuevo del carisma de don Giussani o con información desconocida e inesperada sobre el Movimiento al que pertenezco tan solo hace algunos meses.
Manuela Camagni murió en un accidente automovilístico. Durante la homilía en su funeral Julián Carrón, al recordar uno de sus rasgos más característicos apuntó que “era radiante, brillante, y con esa imagen permanece en nuestros ojos. Era la imagen de su vocación. Si vivimos para el Señor, Él nos lleva a una alegría y a una leticia que desborda nuestra imaginación, como hemos visto en Manuela”.
Hermosas palabras pero no resultan novedosas dichas acerca de alguien que se ha dejado sorprender por el Misterio y que vive haciendo memoria (conciencia) de El, hermosas pero a pesar de su belleza Manuela murió por lo que -para mi- todo lo que se podía decir sobre el suceso se había dicho ahí; más no estaba planeado que fuera así.
En la reunión de Navidad de los miembros de la Escuela de Comunidad leímos el Mensaje que el Santo Padre envió al Movimiento con motivo del fallecimiento de Manuela; tras su lectura y reflexión se me reveló un hermoso detalle: en la Familia Pontificia no solo Manuela era Memore Domini de Comunión y Liberación sino que muchos otros miembros de este grupo tan cercano al Papa lo son.
¡Wow!, pensé. ¡Ahora comprendo!. Ahora entiendo por qué el Santo Padre, como se los había hecho notar días atrás a mis amigos de Escuela de Comunidad, utiliza tan frecuentemente en sus intervenciones la semiótica del Movimiento. Claro está, no es debido a la cercanía del Santo Padre a mis amigos de CyL sino al contrario, es porque desde tiempo atrás mantenía el Cardenal Ratzinger con don Giussani una gran amistad ya que éste sometía todos sus escritos al Prefecto para la Doctrina de la Fe; es más, quizá desde los orígenes de CyL, Benedicto XVI conoce y –como vemos- se ha identificado con las propuestas de don Giuss y con el Movimiento.
Eso qué nos dice? Pues a mi me dice mucho, muchísimo, más no seré quien lo destaque porque conozco bien la “tusa con la que me rasco” y ya puedo imaginar a nuestros queridos comentaristas expresándose como acostumbran sobre los riesgos y peligros de los movimientos así que permitiré por esta vez que cada uno de ellos saque sus conclusiones.
Pues bien, sobre el hecho de que la Familia Pontificia esté conformada en número significativo por cielinos podrán tener mucho qué opinar más no veo que haya mucho que puedan hacer; así que mejor nada más les dejo el enlace a la maravillosa entrevista que publicó La Buhardilla de Jerónimo a Monseñor Luigi Negri sobre la Liturgia, de quien –dicho sea de paso- me enteré hoy que es cielino y de los más antiguos, por cierto.
¡Caray, que todos los días en CyL encuentro algo fascinante!
4 comentarios
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(Mateo 23:9) 9 Además, NO llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial.
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Ezequiel,
Vaya, por favor, a decírselo al Padre Iraburu o a José Miguel Arráiz a ver qué le responden, de seguro tendrán una mejor respuesta que yo.
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