¡Habrá valido la pena!
Como algunos de ustedes sabrán, tiempo atrás estuve buscando la manera de que en nuestro país alguien se interesara en atender a un pequeño grupo de costarricenses que deseamos la Misa de Rito Extraordinario.
Con este objetivo, hicimos varias gestiones totalmente infructuosas que me ganaron algunos serios malos entendidos y la animadversión de algunas personas, pero bien, ese no es el punto, el punto es que este tema no está cerrado en mi país solo porque no hallamos el ambiente propicio.
De ambientes propicios es de lo que deseo hablar, deseo hacerlo llamando la atención sobre lo que, por ejemplo, la misa en el templo del convento de San Antonio de Padua suscita en los asistentes que es, a mi corto entender, lo que debería suscitar cada misa en cada parroquia del mundo.
A qué me refiero? Me refiero a no solo a que es una celebración muy concurrida, sino a que es una misa a la que confluyen personas de todas las edades, principalmente familias con niños, adolescentes o jóvenes universitarios, parejas jóvenes con sus niños de brazos, parejas de novios así como ancianitos al lado de sus hijos mayores, así como parejas de pensionados.
En este sentido estas misas de san Antonio son excepcionales, en ninguna otra misa he visto tal asistencia ni la diversidad de estratos sociales que se mezclan en ella. Tampoco he visto en otras misas el nivel de participación y colaboración que allí se observa y eso, que ni siquiera es una parroquia, es solo un convento dirigido por un sacerdote franciscano y eso, que ni siquiera es un convento donde haya religiosos jóvenes, son todos mayores tirando a ancianos y, eso que apenas son cuatro de ellos. Tampoco son religiosos que realicen una animada actividad pastoral, tienen su catequesis y su grupo de Liturgia y pare de contar.
El caso es que el atractivo de esas misas no está en lo pastoral de ninguna manera. En qué radica, entonces?
A mi humilde entender, radica en lo que me llevó a asistir a misa a ese lugar que queda tan lejano de mi casa y que es la dignidad con que se celebra la Sagrada Eucaristía.
Algunos tradicionalistas han hecho la observación de que el templo no es lo que se puede decir un templo apto para celebrar la Misa Tradicional y tendría que darles la razón, sin embargo, el que no sea apto y que aún así sea tan digna y concurrida la celebración también desmiente la idea de que una misa digna debe cumplir estrictamente ciertas condiciones.
La dignidad de esta misa radica en el oficio del sacerdote quien la conduce de principio a fin de manera decorosa, con cariño, con extremo cuidado en el orden, en las rúbricas, en las normas litúrgicas. No está de más mencionar el magnífico cuidado que pone el sacristán en todos los detalles, así como el coordinador de Liturgia y los laicos que colaboran en la proclamación de la Palabra. Es la única misa que conserva un maestro de capilla, un señor español que escoge los cantos según el tiempo y se esmera lo indecible en cada momento de la celebración.
En síntesis, la misa en san Antonio de Padua, es una misa donde uno va a rezar, a estar en la presencia de Dios, a profesar que lo que cree es cierto. Es una misa de donde no me sorprendería salgan magníficos católicos al mundo cada lunes a impregnar la vida con el encanto y la gracia recibidas en esa celebración.
Ambiente propicio en Costa Rica para la Misa de Rito Extraordinario es prácticamente inexistente, pero en cambio existen templos donde se celebra con dignidad la Sagrada Eucaristía y me pregunto, si al final, éste no sería el ambiente propicio que andamos buscando? Me parece que si.
Algún día, estoy segura, podré asistir a una Misa de Rito Extraordinario en mi país y lo haré no solo sabiéndome acogida sino aprobada por quienes tienen el conocimiento y la autoridad para no solo acoger y aprobar nuestro deseo sino fomentarlo tal como lo indican tantos documentos magisteriales.
Por el momento, que es tiempo de Adviento, conservo la esperanza y para cuando llegue ese momento sabré que habrá valido la pena hacer el sacrificio de viajar cada domingo lejos de mi casa para ir a misa así como la animadversión que me gané por –sencillamente- expresar este deseo. ¡Habrá valido la pena!.
3 comentarios
Además, seguro que la iniciativa te ha permitido conocer a otras personas y estas, conocerte.
Si en el futuro es posible llegar más adelante, entonces la experiencia adquirida valdrá oro.
Saludos :)
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Mise,
Cada vez voy creyendo menos en momentos oportunos o temiendo resultados desastrosos, creo más en que puedo llegar -de cualquier forma- a llegar a conocer gente valiosa.
Maricruz, si a usted le vale la pena me alegra mucho de que pueda escuchar la Misa (Será falta de ortografía la mayúscula)que le gusta a usted.
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Para mi, Anita, tanto la Misa del Novus Ordo como la del Rito Extraordinario tienen sus riquezas, su belleza, su sentido. No me inclino ni por una ni por otra, me inclino por y ante el Misterio cuando el sacerdote en la misa me permite entrar en contacto con El.
1- Aqui son muy pocos los que saben de verdad latin y eso entre el clero joven.
2- Se requiere un conocimiento de lo que es la Santa Misa y aqui la catequesis.....Bueno, otra vez le voy a caer mal a algunos.
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Alvaro,
Caer mal, no, porque tienes razón, en nuestro país el clero no maneja bien el latín y pocos sacerdotes conocen lo que es la Misa de Rito Extraordinario y su catequesis; sin embargo, me parece que estas carencias son poca cosa para un sacerdote que esté dispuesto a aprender, pero sobre todo, cuando ha comprendido de qué se trata la Misa y el valor de su catequesis.
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