¡He ganado a un católico para nuestro bando!
Ya se, suena absurdo, pero sucedió, ya verán.
Hoy en la tarde hice un llamado a mis contactos ticos en facebook para que nos uniéramos en una red de católicos que se expresen en los medios de comunicación nacionales con páginas en facebook en relación a todos esos temas en los que la sociedad preferiría que nos mantuviésemos callados y, no me van a creer, una joven abogado que asumí católica convencida resultó ser, justamente, una de esos católicos con los que Luis Fernando sufre a mares; quiero decir -disculpen- con los que todos sufrimos a mares, una católica “progre", “light” o como prefieran llamarla.
Pues bien, nada más comentarles que le he hecho ver que no es coherente que se llame a sí misma católica porque en realidad su forma de vivir representa más una “afinidad” con el catolicismo antes que una convicción y, ¡sorpresa!, ha estado de acuerdo.
No voy a mentirles, estoy muy orgullosa de ella por haberlo admitido y que, además, desee colaborar presentando oposición a esos perversos.
Nada más decir que, por más contradictorio y absurdo que este suceso pueda sonar me parece que he ganado a un católico para nuestro bando. Más tarde, cuando se presente la oportunidad, hablaremos ella y yo más profunda y seriamente sobre el tema de su “afinidad".
Pues bien, ahora me pregunto: ¿Consideran que de alguna forma esto mismo pueda hacer cada uno de ustedes con un católico “progre” o “light” de su vecindad? ¡Sería fantástico!
Disculpen mi superficialidad y candidez pero estas cosas me suceden y son tan, pero, tan excepcionales que merecen ser publicadas.
Gracias,
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Señor, mira con cuánto entusiasmo deseamos que el mundo te crea y tenga vida.
Manténte con nosotros y vigila cada una de nuestras acciones y pensamientos.
Amén
7 comentarios
Despliegas una actividad desbordante, espero que nos cuentes, más adelante, detalles de la inciativa de facebook. Me parece interesantísimo el enfoque.
Qué le contestarías a un tipo que piensa que "eso no sirve para nada". Aunque ya ves, sólo esa "pequeña victoria del Señor" ya ha hecho que merezca la pena. Me refiero de modo general.
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Juanjo,
Lo de tormentita me lo he ganado a pulso y no todo el tiempo me gana amigos, te lo aseguro.
Claro que les contaré más tarde sobre la iniciativa, no quiero precipitarme, porque aunque suena bien -a veces- es más el impulso que el compromiso serio.
A quien me diga que eso no sirve para nada, le recordaría que el Señor llamó a cada uno por su nombre, eso nada más y que mire a donde hemos llegado.
Y claro que es una victoria del Señor, por supuesto y ha valido la pena también.
Gracias y sigue dándome ánimos como siempre.
Abrazo,
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rojobilbao,
Esta chica es sincera consigo misma, honrada, díría yo. La verdad es que el mérito ha sido del Señor y de la voluntad que ha puesto ella en esto.
Yo quisiera, si, que ella se reincorpore plenamente, quizá tengamos oportunidad de hablar y lleguen a ser esas conversaciones un medio para que suceda.
Que el Señor se encargue de la obra, le saldrá mejor que si yo me afano.
Gracias,
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Miki,
Tu, que me conoces de facebook y de los berenjenales en los que allá me meto, supongo que lo están diciendo con auténtico conocimiento de causa.
Gracias, siempre ha sido encantador tenerte entre mis contactos.
Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión.
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LF,
Ves? Uno menos por quien sufrir.
Estoy seguro de que lo que qurías decir es que has ganado un alma para la plenitud en Cristo. No me gusta que los católicos nos veamos como un "bando".
Porque sino enseguida hay quién se apunta corriendo al "otro bando", y nosotros no somos más que vasijas de barro que proclamamos la Verdad y el mensaje de quién es mucho más alto que nosotros.
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Luis I. Amorós,
Ha llamado usted la atención sobre algo delicado en lo que reparé estando casi dormida anoche: en lo del bando.
Creo que me da usted la oportunidad para aclararlo: por supuesto que los católicos no somos un bando, somos un Cuerpo y un Cuerpo santo, Pueblo de Dios y Templo también.
Por eso, cada vez que una parte de nuestro Cuerpo sana o se recupera, los miembros del Cuerpo se alegran y gozan todos con ello.
Cristo es quien ha puesto el unguento y el Espíritu el que ha velado al enfermo.
Si esta chica regresa del todo a casa, regresa a Cristo, que es lo único que importa.
Le agradezco que haya reparado en ello y que me lo recordara para corregirme.
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Odet,
Y a mi me gusta que te guste.
Pero déjame hacerte una confidencia: no hay mérito de mi parte, simplemente soy yo y lo que me sucede, que al final es obra de Dios.
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