¡Ha salido el Sol!

Jesús mío, querido Jesús, mi amado.

Te quiero mucho, lo sabes? Ahorita mismo, que es de madrugada y que, aunque dormí suficiente, no he dormido bien y me he levantado cansada, me pongo a pensar en ti y, no se si es el corazón o es el alma, pero algo en mi pecho se hace un colocho y me estruja el corazón. Mira nada más, estoy llorando.

Te quiero mucho y te necesito. ¡Te necesito tanto!.

Te necesito porque tengo miedo.

Me dan miedo tantas cosas que a veces no puedo ocultarlo. Seña de que tengo miedo es que se me saltan las tuercas, bien me conozco. El miedo es en mi un detonante y lo más desagradable y doloroso, es que cuando me percato, por puro miedo voy dejando tras de mi un chorro de cadáveres ensangrentados. Pobres hermanos míos, hijos tuyos Padre, a los que he dejado tirados y malheridos con mis palabras, mis impulsos, mi temor. Aquellos, aquellos mismos que tienen tu apariencia, en quienes no consigo ver tu rostro. Esos mismos. ¡Ay, Señor!.

Por eso se que te necesito.

Te necesito porque así como amo la belleza de este amor que me regalas en la creación, en tantos detalles de esta hermosa vida que me has dado, en la belleza que encuentro incluso en la adversidad, así quisiera amar a mis hermanos y no tener miedo del miedo que me provocan.

Me dan miedo tus hijos Padre, miedo mis hermanos, querido Jesús. Me da miedo estar expuesta a tantas formas en como pueden hacerme daño, hacer daño a otros o a sí mismos. Tanto, como el daño que con mi propio temor les provoco en innumerables ocasiones.

¡Cuánto necesitamos de Ti, Señor!. ¡Cuánto!. Lo nuestro es un abismo de necesidad infinita que solo Tú, únicamente Tú, puedes llenar. ¡Solo Tú!.

Tú, con tus hilitos de piola, cariñosa y consistentemente, has ido apoyándome en la tarea de poner orden en mi vida y en mis pensamientos; por eso es que, aunque llena de chuequeces -como mis plantitas de chile- puedo mantenerme erguida con la mirada fija en lo alto. Aspirando siempre a lo alto. A lo más alto. ¡Siempre!. Se que estoy bien ceñida por los hilitos de piola de tu amor, pero aún así, tengo miedo.

Un momento, pero, qué es lo que he dicho?. He dicho: “estoy ceñida por tu amor…”.

¡Estoy ceñida!.

Oye, Jesús mío, a lo largo de esta plática ha concluido la noche y la claridad se ha dejado ver tras la ventana, el jardín está lleno de bruma que no deja pasar la claridad, sin embargo, miro hacia adentro y allí, Señor, allí parece que ha salido el sol.

¡Ha salido el Sol!.

Amanecer excepcional visto desde mi jardín.

3 comentarios

Preciosa foto!!!!

Por estos lares, hoy hemos amanecido por primera vez, después del verano, por debajo de los 20 grados... en concreto con 18,5. Una delicia, el fresquito viene por fin. Gracias a Dios :)
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Preciosa foto de la tierra que te vió nacer, Miserere :)
Gracias, la tomé este año. La utilizo muy seguido, es que no termina de asombrarme su belleza.

Aquí, fíjate que dentro del invernadero consigo 15º como mínimo, pero como máximo 34º. Afuera, debe andar por los 22º. En realidad está fresquito durante el invierno, porque, como quizá recordarás, será invierno aquí hasta noviembre.
24/09/10 5:28 PM
  
Javiergo
Hola Maricruz, querida amiga y hermana en Cristo Jesús. ¡¡Cómo me ha encantado tu texto, es precioso!! Y qué privilegio poder ver amanecer así, me ha dejado extasiado tu foto. Canta, si quieres conmigo: Con paso ligero, revoloteando, canto en el esplendor de la nueva mañana las Maravillas que el Señor creó. Bailo alegre y celebro la Vida porque sé que Él Resucitó tras la muerte afrentosa a la que el hombre le condenó. Por eso, como el Poverello de Asís que cantó las glorias de Dios bailo de alegría porque sé que Él nos ama y por amor se entregó a la muerte convirtiendo la cruz afrentosa en instrumento de salvación. Desde que Jesús me miró con amor no hay ni un solo día de lluvia que sea igual que otro, ni un amanecer o una puesta de Sol que repita los mismos dibujos en el cielo, o una rosa que posea una fiel copia de sí misma o el agua de un río que sea siempre la misma… - Él me ha enseñado que una mirada, una nube en el cielo, un abrazo, un pensamiento, el silbido del viento… que todas las cosas son irrepetibles en su unicidad y que el alma que Él despierta sabe escoger los matices y encontrar de nuevo el asombro… - Por esto celebro la Vida y glorifico al Espíritu Santo que todo lo anima. Por ello, baila conmigo, hermana mía, en la alegría de cada nuevo día que amanece y pidamos a Dios que, sin apegos a este mundo, nuestros pies anden ligeros a lo largo del camino de la vida amando y haciendo el bien y llevando a Cristo a todas las gentes. -- Por estos lares, hace tiempo que cayó el sol. Buenas noches y un abrazo muy fuerte

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Gracias Javier, es una delicia tu entusiasmo.
Mil gracias,
26/09/10 3:28 AM
  
Ana
Gracias Javier por ese canto a la vida en Cristo. Un testimonio
26/09/10 10:44 PM

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