“Hombres de una sola idea”
De vez en cuando en mi blog simplemente transcribo textos que me han resultado relevantes en mi camino de humanización (o de configuración a Cristo, debería decir?), este es uno de ellos.
Las deducciones no tienen poder de persuasión. El corazón normalmente no se alcanza a través de la razón, sino a través de la imaginación, por medio de impresiones directas, por el testimonio de hechos y acontecimientos, por la historia, por las descripciones.
Las personas nos influyen, las voces nos conmueven, las miradas nos subyugan, los actos nos inflaman.
Más de un hombre viviría y moriría por un dogma; nadie sería mártir por una conclusión.
Una conclusión no es más que una opinión, no es algo que es, sino algo de lo que estamos bastante seguros; y se ha observado frecuentemente que nunca decimos que estamos seguros y convencidos sin implicar que dudamos.
Para decir algo que debe ser, hay que admitir que puede no ser. Nadie, aseguro, morirá por sus propios cálculos, se muere por realidades.
Este es el motivo por el que depender de una religión literaria es algo tan frágil: parece buena cuando hace buen tiempo, pero sus doctrinas son opiniones, y cuando requieren que se sufra por su causa, las desliza entre sus folios, o las quema en su corazón.
Y esto, además, es el secreto de la desconfianza y la comicidad con la que los moralistas han sido tan comúnmente presentados. Dicen y no hacen. ¿Por qué? Porque están contemplando la perfección de las cosas y viven sobre una cuadrícula, mientras deberían estar realizando sus grandes máximas en lo concreto (…)
Para la masa, la lógica no es más que desesperar de convertir a alguien por un silogismo. Decid a los hombres que obtengan nociones de un Creador a partir de Sus obras, y, si se pusieran a hacerlo (cosa que no sucedería) acabarían cansados y aburridos por el laberinto que estarían trazando. Sus mentes quedarían hastiadas y saturadas debido a la operación lógica.
Los lógicos están más preocupados por concluir correctamente que por las conclusiones correctas. No son capaces de ver el final del proceso.
Pocos hombres tienen un poder de la mente que sea capaz de mantener rápida y firmemente una variedad de pensamientos. Ridiculizamos a los “hombres de una sola idea”; pero una gran parte de nosotros hemos nacido para serlo, y seríamos más felices si lo supiéramos.
Para la mayoría de los hombres los argumentos solamente hacen el problema en cuestión más dudoso, y considerablemente menos excitante. Después de todo, el hombre no es un animal que razona; es un animal que ve, siente, contempla y actúa.
Cardenal John Henry Newman
“No basta la lógica”
(Gramática del asentimiento, IV, 3)
Ahora, claro, me viene a la mente la siguiente pregunta: cuántos de nosotros estamos dispuestos a jugarnos la vida por ser felices, jugárnozla por ser hombres y mujeres que han admitido haber nacido para una sola idea?
Un razonamiento nada lógico, más bien extremo, propio de un santo, no es verdad?
8 comentarios
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No comprendí lo que dijiste en tu segunda frase, tampoco en la primera a decir verdad, por eso la retiré, no me parece agradable hablar aquí de líquidos que expulsa el cuerpo.
Sin que ello suponga, claro, que no dejemos lugar para María, los santos, nuestros familiares, nuestros hermanos en la fe y el resto del prójimo.
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Apareció el vacacionista, ¡bien!
Me parece que si hablas de "hombres de una sola persona" no estás lejos del contenido que quiso dar el Cardenal.
De hecho así lo interpreté y por eso en el blog de blogger ilustré la entrada con un crucifijo mínimo, muy sencillo, por cierto.
La primera frase hace referencia al tema general del escrito publicado. Como si hubiese algo bueno en ser "hombres de una sola idea". Si la humanidad se hubiese regido de esa forma aun estariamos viviendo en cuevas, en todos los aspectos.
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Oh, muy bien, he comprendido. Quizá para la próxima indícame que se trata de un dicho, por favor?
Por lo de que viviríamos en la época de las cavernas me parece que tendrás que leer de nuevo al Cardenal porque no creo que esté promoviendo semejante cosa, creo más bien que se refiere -en alguna medida- a la falta que hace retornar a la sencillez, avanzar hacia lo que se es antes que mantenernos en aquello en lo que estamos bastante seguros.
Esta frase para mi redondea su idea:
"Después de todo, el hombre no es un animal que razona; es un animal que ve, siente, contempla y actúa".
Así es como aprendemos y alcanzamos cambios permanentes en nuestra actitud.
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Luis, fíjese bien que el Cardenal está hablando de que la razón no tiene poder de persuasión. Lo está haciendo dentro de un contexto de argumentos con los que señala que "la lógica sola no basta".
No me parece a mi, y menos viniendo del Cardenal, que rechace de plano la capacidad de razonar del ser humano, sin embargo para mi es clara la importancia que tiene para él el justo balance entre la fe y la razón.
Difiero de usted y concuerdo con el Cardenal en lo que señala en otro de sus artículos en cuanto a que el primer impulso en la mente humana nunca es una idea, sino una observación, o una sensación, una intuición o percepción, incluso la misma imaginación. No es sino hasta después de ellas o de varias de ellas actuando en conjunto que se se alcanzan las ideas o conceptos.
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Luis, ya veo que has leído a Newman.
Introducción a la Filosofía de la Religión
Salvador Sanchez Saura.
La razón puede y de hecho es muy persuasiva. Otra cosa es que no se acepten los resultados de un razonamiento recto si este no es acorde con una idea preconcebida que no acepta modificaciones.
Dices:"No me parece a mi, y menos viniendo del Cardenal, que rechace de plano la capacidad de razonar del ser humano, sin embargo para mi es clara la importancia que tiene para él el justo balance entre la fe y la razón."
No, que va, la frase que has transcrito lo deja a las claras, ¡si hasta has resaltado en negrita el "no es"!. Ahora buscale parches.
Y terminas: "Difiero de usted y concuerdo con el Cardenal en lo que señala en otro de sus artículos en cuanto a que el primer impulso en la mente humana nunca es una idea, sino una observación, o una sensación, una intuición o percepción, incluso la misma imaginación. No es sino hasta después de ellas o de varias de ellas actuando en conjunto que se se alcanzan las ideas o conceptos."
No se de donde se saca usted que yo difiero. Pero ya que ha sacado el tema sin venir a cuento permitame decirle que esas "percepciones", "intuiciones", "la imaginación" e incluso las "observaciones" necesitan ser adquiridas de forma correcta y analizadas con un proceso racional correcto para poder extraer ideas correctas. Lo que usted y el cardenal proponen es que el proceso de adquisición y análisis este sometido a una única idea, y si esta se ve refutada entonces se abandonen esos razonamientos por que han de ser incorrectos. De ahí mi primer comentario: un desastre.
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Has dicho:
Lo que usted y el cardenal proponen es que el proceso de adquisición y análisis este sometido a una única idea...
No, Luis, eso es lo que usted ha interpretado.
De ahí que le dije que relea al Cardenal.
Un razonamiento nada lógico, más bien extremo, propio de un santo, no es verdad?
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-¿A cambio de mi vida mi felicidad? Y qué hago yo con mi felicidad si no tengo vida con qué vivirla.
-Decididamente que es un razonamiento nada lógico.
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