Dos claves de «Laudato si»
No me refiero a la encíclica, que toma título del poema de San Francisco de Asís, Laudato Sii (Loado seas), me refiero al mismo poema. Por cierto, no está en latín, está escrito en umbro.
Como ya he comentado en alguna ocasión, si hay un santo que haya sido desfigurado hasta volverlo irreconocible es San Francisco. Se le presenta como un Gandhi, un líder del «power flower», ecologista, vegetariano, revolucionario, gnomo de jardín, un perroflauta con hábito o quizá, ahora, como un panteísta avatar encapuchado de James Cameron.
Porque «Laudato sii», no es un cántico a la creación. Que se le llame «Cántico del hermano sol» o «Alabanza de las criaturas» le hace un flaco servicio. Es un cántico al Creador –Loado (alabado) seas, mi Señor–, quizá de un modo que sólo quien haya estado enamorado puede entender.
Siguiendo a sus biógrafos podemos entenderlo mejor, tanto en Celano (2 Cel, Vida segunda de san Francisco) como en la Leyenda de Perusa (LP).
Últimos comentarios