Card. Braz de Aviz: «la Iglesia pierde cada año 2.000 religiosos»
Qué mal sabor de boca me ha dejado las declaraciones del Cardenal Braz de Aviz el pasado 19 de agosto. El Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica se reunió con religiosos, padres, madres, hermanos y legos y vírgenes consagradas en la Catedral de Sao Paulo en el contexto del Año de la Vida Consagrada.
Terribles datos y un curioso diagnóstico y propuestas de solución.
Que el neto de religiosos de un año a otro sea descendente es preocupante, dos mil según Braz de Aviz, aunque la distribución no es uniforme, puesto que el fenómeno es más acusado en Occidente:
«La edad media de las religiosas en Europa es de 85 años, lo que significa que morirán pronto y no habrá otras que ocupen su lugar».
Así, sin edulcorantes. Una edad media demasiado elevada, me parece a mí. Las causas son complejas. No es hoy lugar para análisis que además hay que hacer con mucho cuidado. No se pueden tratar a todas las órdenes religiosas como un «jefe de línea de producción», cada carisma es único. No son máquinas, más bien flores, un querer del Señor, que hay que tratar con cariño y mimo. Todos conocemos órdenes religiosas florecientes, nuevas y antiguas.
Me ha sorprendido el número: 3.000 congregaciones y comunidades de consagrados que cuentan con un millón y medio de religiosos. Yo pensaba que había menos familias religiosas. Tampoco tengo claro qué agrupa el millón y medio de religiosos, los datos no cuadran con el Anuario Pomtificio.
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