Macedonia de noticias (II)

Diez días sin un post, qué horror, así no hay quien mantenga a amigos y enemigos. No hay excusas, aunque sí causas. Como a principios de septiembre os dejo un ejemplo de anti-post, breves notas sobre artículos que no escribí.

La ley de violencia de género resulta que es de sexo. Los gays discriminados

Es una gozada eso de decir, ya lo adelanté hace casi nueve meses:

si en un gaymonio, uno pega al otro no se les puede aplicar la ley de violencia de género, porque ninguno de los dos es mujer; y por lo tanto los matrimonios entre personas del mismo sexo quedan al margen de una ley que sí aplican al resto de las parejas heterosexuales; paradójico, ¿no?

Una ley que llamaron de género y resulta que sólo es de sexo. Puajjj, que homófoba es la biología.

Muchos entonces pedimos que fuese de violencia doméstica, pero la noción de hogar repugna a la progresía. Una ley que debía proteger al más débil, pero deja fuera los niños. Una ley que no protege a todos, y que con dudosa justicia castiga distinto en función del sexo. Pero señores, qué quieren que les diga, los progres son asín, liberados de la obligatoriedad de la lógica y el sentido común.

Y tenía que ocurrir, un gay es pegado por otro en un gaymonio:

Denunció. Y otro palo. "No hay recursos jurídicos y sociales para gays y lesbianas ante el maltrato. Me puedo casar, pero cómo víctima la ley no me protege", se queja José.

Lo sorprendente de la noticia es que se cuente. Nuestro Matrix suele ocultarlas porque no son muy gays, no tienen glamour, y presentan una realidad cruel, que choca un poco con las carrozas del día del orgullo:

Es un hecho conocido, y hay diversos estudios en este sentido, que la relación homosexual entraña una mayor violencia física. Esta afirmación algunos podrían interpretarla como una criminalización. Nada más lejos de la realidad. Se trata por un lado de un hecho estadístico y, por otro, la consecuencia de un dato previo: las parejas homosexuales, sobre todo las masculinas, son también muchísimo más inestables que las constituidas por un hombre y una mujer.

Muere el Cardenal Avery Dulles

El 12 de diciembre falleció Avery Dulles, a los 90 años. Quizá uno de los teólogos más prominentes del siglo XX. Benedicto XVI se entrevistó con él en su viaje pastoral a USA.

Pero en España la noticia ha pasado desapercibida. El New York Times, la trató extensamente, todavía hay periódicos y periódicos. Su gran pecado: fidelidad al magisterio de la Iglesia, fidelidad al espíritu de San Ignacio —ni siquiera sus hermanos jesuitas han comentado la noticia, una pena—.

Pertenece a esos conversos adultos, era presbiteriano y después agnóstico, que estaban vacunados de protestantismo, y supieron como pocos aprovechar las excelencias del manjar del Vaticano II. Un gran apologeta, un amante de la Iglesia, que presentó a nuestra Santa Madre en todas sus facetas. Escribió en la fase portentosa de la revista de los jesuitas America (es la revista cuya degradación se describe en El Padre Elías), y últimamente en First Things, con su amigo y también converso (en este caso luterano) John Neuhaus, quizá la revista religiosa más influyente de hoy en día.

Me pareció muy tierno que el Papa rezase «para que en los próximos años, su testimonio personal convincente de armonía entre fe y razón siga trayendo frutos para la conversión de las mentes y de los corazones y para el progreso del Evangelio».

Otra de obispos yankees, preguntas y respuestas sobre la 'Dignitas Personae'

De verdad, no son ganas de meterle el dedo en el ojo a nadie. Pero, por Dios, tan difícil es leerse el documento. Las tonterías publicadas en la prensa son pasmosas. Que lo diga El País, o Público, Religión Digital o El Plural, pase — ya decían los griegos que nadie da lo que no tiene, o en este caso lo que tienen: fobias y traumas–, pero ¿y el resto?

Los obispos USA, conocen mejor la ralea. La instrucción se publica el día 8 de diciembre, ya el 9 por la mañana ya había un extraordinario resumen, cortito (que hay gente que puede lo que puede), y adelantándose a la noticia. Os traduzco rápidamente el guión:

1. ¿Qué tipo de documento es?
2. ¿Qué significa el título?
3. ¿Tiene precedente en otros documentos de la Iglesia?
4. ¿Por qué la Iglesia Católica se opone a las tecnologías reproductivas como la fertilización 'in vitro'?
5. ¿Qué temas en el presente documento no se han abordado específicamente en los últimos documentos magisteriales?
6. ¿Las amonestaciones o sentencias negativas sobre esos acontecimientos indican una actitud sospechosa hacia la biotecnología moderna en general?

No podrían nuestros obispos haber hecho algo así, tampoco es plan de echarle siempre las culpas al empedrado. A ver si aprendemos. Si saco tiempo, traduzco el resto.

Juanjo Romero, [email protected]