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19.04.14

¿Cómo legalizar cualquier fenómeno, desde la eutanasia hasta el canibalismo?

El silencio de los corderos

¿Cómo legalizar cualquier fenómeno, desde la eutanasia hasta el canibalismo?, ayer RT traducía al español un sugerente artículo del columnista ruso Evgueni Gorzhaltsán publicado en ADME. Gorzhaltsán aplica la «ventana de Overton» a un caso extremo: el mecanismo de aceptación pública del canibalismo. Pero creo que no es muy complicado sustituir el ejemplo por otros: divorcio, aborto, matrimonio homosexual, pederastia, incesto, eutanasia…

Joseph P. Overton vicepresidente del Centro Mackinac de Política Públicas, postuló que dentro de un área de política pública determinada, por ejemplo, la educación, sólo un pequeño conjunto de políticas, principios o actuaciones, se considera políticamente aceptable. Ese conjunto, «ventana», no se define por lo que prefieren los políticos, sino más bien por lo que creen que pueden apoyar sin poner en riesgo su elección. Esa ventana puede estar más abierta o ser más ancha, según la metáfora que se prefiera, según cambian las ideas de la sociedad que los elige.

Overton adscribe los grados de aceptación de las ideas públicas a estas categorías:

  • Inconcebible o impensable
  • Radical
  • Aceptable
  • Sensato
  • Popular
  • Política

Gorzhaltsán pone el ejemplo radical de cómo convertir en aceptable la idea de legalizar el canibalismo paso a paso, desde la fase en que se considera una acción repugnante e impensable, completamente ajena a la moral pública, hasta convertirse en una realidad aceptada por la conciencia de masas y la ley. Eso no se consigue mediante un lavado de cerebro directo, sino en técnicas más sofisticadas que son efectivas gracias a su aplicación coherente y sistemática sin que la sociedad se dé cuenta del proceso.

Reproduzco el «sugerente camino» al canibalismo legal que propone Gorzhaltsán según las categorías de aceptación de Overton (negritas mías, redacción original).

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3.12.10

10 estrategias de manipulación en los medios de comunicación

Manipulación, SelçukTiempos convulsos y maniobras de distracción. Y no me estoy refiriendo específicamente a la últimas filtraciones de WikiLeaks, aunque alguno lo relacione con cierta justificación. Sobre este tema, si queréis formaros un criterio recomiendo el artículo de Montse Doval: algo de contexto sobre Wikileaks.

Tenemos un exceso de noticias, a menudo contradictorias, que evitan el análisis pausado. Una vez conseguido que no nos hagamos las preguntas correctas, las respuestas que demos siempre serán irrelevantes en el mejor de los casos, y no direccionadas por nosotros, en el peor.

Hace ya más de dos años, casi al inicio de este blog, compartía las técnicas de manipulación, que proponía Volkoff en su novela El Montaje, ambientado en la Guerra Fría y que no pierden actualidad. Os recomiendo el ejercicio de localizarlas en las noticias que nos ofrecen los medios de comunicación, especialmente cuando los temas tratados atañen a los valores y la religión.

No está de más actualizar el tema. Hoy, con las «10 estrategias de manipulación en los medios de comunicación» que se atribuyen a Chomsky, aunque no son suyas, lo ha negado una y otra vez. Curioso que para ilustrar técnicas de manipulación se manipule. En cualquier caso son un buen guión.

Mientras que las ‘técnicas’ de Volkoff se refieren al discurso particular, las atribuidas a Chomsky son más estratégicas. He estado tentado en adaptar los ejemplos, pero dejo la redacción original que responde a las exclusivas obsesiones del filólogo estadounidense, creo que podréis adaptarlos fácilmente a otras circunstancias.

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7.08.08

10 técnicas de manipulación en la prensa de Volkoff

Hace unos días leí un post recomendando «El invitado del Papa» de Vladimir Volkoff. Libro en apariencia ligero, pero que a mí también me gustó mucho. Yo me atreví a recomendar del mismo autor «El montaje». Pero hablaba de recuerdos e impresiones. Así que rebusqué en casa (el criterio de ordenación bibliotecaria es el estético, así que cada vez que intento encontrar un libro antiguo, tengo que echar media tarde).

Como ocurrió la primera vez lo leí de corrido. La traducción es horrorosa —si no, es imposible que ganase el premio de Novela de la Academia Francesa de 1982, el original debe estar mejor escrito—, los personajes no están bien definidos—al menos a mi gusto—, y el estilo que hoy buscaríamos en un libro de espías sería el de un guión cinematográfico. Os aseguro que no lo es, la estructura es algo peculiar. Sin embargo, tanto la trama como la tesis son cautivadoras, y no pierde en la ambientación de la Guerra Fría.

Lo traigo a colación porque es un libro que ayuda a formar espíritus libres. Ayuda a analizar la información, preguntarse por qués, cuestionarse la información publicada y categorizar a periodistas y medios. Está descatalogado, pero no revelaré nada sustancial del argumento, para no chafar a posibles lectores interesados. Un ruso blanco afincado en Francia —Alexandr Psar— es captado por la KGB —a través del coronel Iakov Moisseich Pitman— con una misión muy singular: agente de influencia. Su objetivo es la formación de la opinión pública, fundamentalmente a través de los medios impresos. El capítulo del reclutamiento es espectacular, son los propios métodos los que impulsan al joven Psar a trabajar para los soviéticos, se siente un semi-dios.

El post de hoy es también largo, así que estará colgado varios días. Probablemente haya alguien a quien le interese: transcribo una parte de la escena del reclutamiento: la Palanca. Os animo a emplearlo al leer los periódicos, aunque al principio es costoso se convierte rápidamente en un hábito. A mí, que soy limitadito, no me supuso mucho esfuerzo.

Es gratificante aplicarlo, en especial, a las noticias sobre la Iglesia Católica, y estar muy observantes en cómo las utiliza la prensa progre, tanto en la elección de los temas como el tratamiento que merecen… Cuando releí el libro me vino a la mente

Pitman y Psar están sentados en el campanario de Notre-Dame. Acaban de explicarle a Psar las tres columnas sobre las que se basa la influencia, simbolizadas en la Palanca, el Triángulo y el Alambre. La Palanca está codificada en un Vademecum

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