David Cameron y el discurso de la «sociedad rota»
¡Qué envidia los ingleses! Aquí tenemos a Rajoy mimetizándose con el ambiente y a Zapatero queriendo «extender derechos a los inmigrantes» a la vez que los destierra a «escuelas para negros».
No voy a hablar de política, aunque ganas no faltan, pero el leit motiv del post es un discurso de David Cameron en el deprimido barrio de Gallowgate (Glasgow) —para hacernos una idea, un barrio del «cinturón rojo»—. Discurso que debería pasar a la historia, quizá por eso no ha trascendido en la prensa española.
El pasado lunes, ante un auditorio que también está pasando las de Caín, Cameron ataca la neutralidad moral —el relativismo— de la sociedad británica, como primer paso para superar la crisis. No les engañó con 400€, ni con monos, ni con matar niños y ancianos. Después de hablar de lo bonito que es Glasgow, de lo importante que es para su partido; de las innumerables iniciativas para ayudar a los desfavorecidos, de identificar los problemas reales —sin circunloquios, sin mentiras, casos concretos—; después de decir que desgraciadamente las cosas no van bien, realiza un extraordinario análisis social (y creo que no me he pasado). Un discurso, que gira en torno a la sociedad rota (quizá mejor traducción sería desquebrajada, pero los bisílabos son más «marketinianos»). Os transcribo el momento estelar, traducción y negritas mías —sabréis disculpar—:
Creo que ha llegado el momento de hablar de un tema que me preocupa desde hace mucho tiempo. No he encontrado palabras para decirlo con delicadeza. Y entonces me di cuenta, este es el centro del problema.
Nosotros, como sociedad, hemos sido demasiado comprensivos. Para no herir los sentimientos de los ciudadanos, con objeto de evitar parecer excesivamente críticos, hemos dejado de decir lo que había que decir. Llevamos décadas en las que se han ido paulatinamente erosionando la responsabilidad, las virtudes sociales, la autodisciplina, el respeto mutuo, sustituyendo las realizaciones a largo plazo por la satisfacción instantánea.
Por el contrario, preferimos la neutralidad moral, renunciar a emitir juicios de valor sobre lo que son comportamientos malos o buenos, comportamientos correctos o equivocados. Malo. Bueno. Correcto. Equivocado. Son palabras que nuestro sistema político y sector público apenas se atreven a utilizar ya más.
Y desde luego, tan pronto como un político diga algo parecido se oirá un clamor: ¿de qué vas? Déjenme que les diga, sí, somos humanos, imperfectos y con frecuencia retorcidos.
Nuestras relaciones se rompen, se deshacen nuestros matrimonios. Fallamos como padres y como ciudadanos igual que todos los demás. Pero si el resultado de todo esto es un ridículo silencio sobre las cosas que realmente importan, entonces estamos fallando por partida doble. Negarse al uso de esas palabras —malo, bueno; correcto, equivocado— implica una renuncia de la responsabilidad personal y de la opción moral.
Hablamos de personas que están en «riesgo de obesidad» en lugar llamarlo por su nombre que comen demasiado y no hacen ejercicio. Decimos que tal o cual colectivo se aproxima al abismo de la pobreza o de la exclusión social, es como si todos esos factores —obesidad, alcoholismo o drogadicción— tuvieran un carácter meramente externo, como una plaga o el mal tiempo.
Obviamente las circunstancias —tu lugar de nacimiento, vecindario, escuela, y las elecciones de tus padres— tienen un gran impacto. Pero los problemas sociales no dejan de ser consecuencia de decisiones humanas.
Corremos el riesgo de convertirnos, literalmente, en una sociedad amoral, donde ya nadie diga la verdad acerca de lo que está bien y lo que está mal, de lo que es correcto o resulta equivocado. La consecuencia es terrible: la ausencia de límites hace que nuestros hijos piensen que pueden hacer lo que les parezca ya que ningún adulto intervendrá para ponerles freno. Ni siquiera, a menudo, los propios padres. Y eso tiene que terminar.
¿Y por qué con un gobierno diferente las cosas serían diferentes? Pues sobretodo porque entendemos las causas de esta sociedad rota, no sólo en la política, sino en nuestra cultura nacional.
Termina el discurso con algunas propuestas concretas que no hacen más que ahondar en las líneas maestras de actuación:
Por encima de todo, creo que este cambio cultural tiene que empezar en casa. Los valores que necesitamos para reparar esta sociedad rota y que permitirán construir una sociedad fuerte son los valores que deben enseñarse en el hogar, en la familia.
Habrá quien diga que no es más que un discurso de un político. En otras circunstancias o temas lo admitiría. De este no. No tanto porque esté cuajado de medidas concretas, sino porque el mismo discurso en sí ya es un acto de valor.
¿Se entiende por qué ha pasado desapercibido a la opinión publicada española? ¿Alguien imagina a Zapatero o Rajoy pronunciándolo?
¡Qué pena que Cameron sólo se presente en el Reino Unido!
Juanjo Romero, [email protected]
26 comentarios
Sin embargo, es cierto que no se escuchan cosas así de ellos. Y dificilmente la "opinión publicada" de España (ni hablar de Latinoamérica) se haga eco de él. Pero el análisis es claro y certero. Va a la raíz exacta del problema. Que diga sin vueltas que "corremos el riesgo de convertirnos, literalmente, en una sociedad amoral, donde ya nadie diga la verdad acerca de lo que está bien y lo que está mal", que hable de la necesidad de que estos valores se enseñen es la familia... es ciertamente algo completamente nuevo.
Esperemos que sean más las voces que en el campo de la política, tan desprestigiado, sepan manifestar cual es el problema real y dejar de lado las mil pantallas que se inventan o que se toman para cubrirlo...
Gracias por señalarlo, Juanjo. Estoy seguro que, de lo contrario, jamás me hubiera enterado...
Ojalá no sólo sea un discurso, que repito en estas circunstancias ya es mucho. Ojalá lo que se esté gestando el UK sea un auténtico vendaval, en lo religioso y en lo político.
PD: El comentario está respondido a las 15.07.08 @ 13:10. Le cambié la hora para que quedase debajo.
¿Qué político habla claro, pone nerviosos a todos, y nadie quiere hablar de él?
Daré otra pista: los nacionalistas le odian.
Otra más: un miembro importante de su partido se manifestó contrario a la adopción de niños por parte de parejas homosexuales.
Otra: los miembros de su partido no sólo han firmado sino que han promovido desde el primer momento el manifiesto por la defensa de la lengua española.
RESPUESTA, AUNQUE NO SOLUCIÓN:
Desgraciadamente el UPyD de Rosa Díez no es un partido ni liberal ni de derechas. Defiende el aborto y EpC.
DENUNCIA:
En términos prácticos el PP nunca ha hecho nada contra el aborto, ni siquiera cuando tuvo mayoría absoluta.
Sólo una de las comunidades autónomas gobernadas por el PP está realmente en contra de EpC.
¿Quién está imponiendo el uso oficial obligatorio del valenciano en Valencia? El PP.
¿Quién empezó la imposición del gallego en Galicia y la del Balear en Baleares? El PP. Los nacionalistas gallegos y baleares sólo están siguiendo la estela abierta por el PP.
¿Quién lleva años negándose a realizar una oposición digna de tal nombre contra la imposición lingüística del catalán en Cataluña? El PP.
En Cataluña sobraba Vidal-Quadras. Por eso Aznar lo echó. En Vascongadas sobraba María San Gil. Por eso el sucesor nombrado por Aznar la echó.
¿Qué queda?
La nada. El vacío. Silencio. Una derecha que ha abdicado no sólo de cualquier creencia sino de cualquier ideología.
Como no creen en nada ni en nadie piensan que todos somos iguales. Piensan que lo hemos sacrificado todo a nuestro bienestar económico. Piensan que nuestra fe empieza en nuestra barriga y quizá un poco más abajo aún.
¿Es que todavía no se han dado cuenta de que comeríamos uno, diez, cien años pan con aceite todos los días si con eso lográramos acabar con la lacra del aborto?
IMPRECACIÓN:
A ver, políticos católicos ¿Qué diablos estáis haciendo? Os busco y no os veo. Me callo y no os oigo. Os pido y no me respondéis. Os voto y atacáis aquello por lo que os voté.
Os habéis convertido en el patio de atrás del gobierno. No hacéis oposición. Justificáis la existencia "ad nauseam" del régimen revolucionario zapaterista.
De traidores y traiciones. De mentirosos y mentiras. De estafadores y engaños. De silentes y silencios. De prudentes y prudencias. De buenos y bondades con los poderosos del momento. Ayer, hoy, quizá maña también. De eso es de lo que está hecho el PP de hoy.
¿Es que todavía no os habéis dado cuenta de que estamos aquí, existimos, vivimos, actuamos y votamos?
Pues pronto os daréis cuenta.
Yo por mi parte nunca votaré a UPyD. En muchos aspectos representa lo peor de esta sociedad. Con algo de tiempo te lo explico, y mira que me caen bien y han mostrado un camino a seguir.
PD: El comentario está respondido a las 15.07.08 @ 13:15 . Le cambié la hora para que quedase debajo.
Como bien dice Juanjo, no es preciso hablar de política. Lo que se expresa en el post, no es más ni menos que una realidad social, que ha sido cultivada y utilizada por los políticos ¡eso sí!, pero la propia sociedad podría cambiarla exigiendo a los partidos que la representan unas reglas morales de actuación.
Y estoy de acuerdo con el papel decisivo que juega la familia. Como eje fundamental de la sociedad, sus miembros deben ser ejemplo de perseverancia y defensa de los valores perdidos. Sólo así se puede reconstruir una sociedad fiel a los principios correctos.
Y no es imaginable que ningún político de la actualidad pueda pronunciar ningún discurso de ese tipo. Ya sabemos las finalidades que tiene ZP y su panda, está más que demostrado y Rajoy, sin atreverse (de momento) a expresarse en los mismos términos, le va a la zaga.
Es cierto que, por ejemplo, Cameron ha actuado con mano muy dura ante la corrupción de los europarlamentarios de su partido, y a lo mejor eso nos puede dar una idea de hacia donde va.
Sin embargo, yo casi que voy a esperar al dia que tenga el poder y ver entonces por donde van los tiros.
No se te olvide además que el catolicismo escocés es uno de los tradicionales feudos del laborismo en Gran Bretaña. Ese electorado "cautivo" (viene a ser como los católicos y el PP) está sumamente alienado y descontento con el actual Primer Ministro por las medidas y leyes anti-vida que está promulgando. Los mismos obispos católicos han sido durísimos con el actual gobierno. Y obviamente Cameron ha ido a echar las redes en tan interesante caladero.
En fin, veremos a ver que pasa.
No quería detenerme tanto en el día después, el titular hubiese sido algo más expresivo. Pero esta guerra cultural se empezó a perder en el lenguaje. Que alguien públicamente de un paso, al margen de las obras que acompañen ya lo considero una buena noticia.
Como dicen los expertos un buen guión puede dar lugar a una mala película, pero un mal guión nunca podrá producir una buena película. Seguiré el asunto.
PD: El comentario está respondido a las 15.07.08 @ 20:58 . Le cambié la hora para que ordenar algunas respuestas.
Lo llaman ser moderno..., no saber si subes o bajas, si dices algo o lo contrario. ZP lo llamaba "talante" y Rajoy "centrismo".
Hala, a discurrir.
La "desesperanza política" se deriva de no saber qué hacer con mi voto.
No, no tengo pensado votar a UPyD. El aborto y EpC no son asuntos negociables.
Fredense:
Me imagino que alguno habrá, pero no tengo ni idea. Ni idea de cuál es su misión en el PP.
También hay organizaciones católicas de izquierda contra el aborto.
http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=4622
Hacen lo mismo que los afiliados y simpatizantes del PP: luchar por que en su partido se haga algo para frenar semejante lacra. Y, claro, obtienen los mismos resultados: Zero Zapatero Por Primarias.
Necesitamos politicos asi (incluso mejor), pero ya no es hora de, solo, suplicarlos al cielo (que tambien) sino de dar el paso adelante y como cristianos implicarnos en politica.
No se que tiene la politica española, pero cuando surge un dirigente politico que trata de ser coherente con su fe (ha ocurrido en el PSOE, PP, CDC ...) termina autoexiliandose del partido para no hacer nada, no hay (a ver si se nos mete en la cabeza) ningun partido en todo el arco parlamentario capaz de construir una sociedad de hombres libres.
Pero como eso nos queda muy lejos, propongo que lo hagamos cada uno de nosotros. QUe seamos valientes y que llamemos bieno a lo bueno y malo a lo malo. Yo soy profesora y lo hago, y pongo "firmes" a mis alumnos y no he tenido ni una sola mala experiencia: al contrario, los chavales están deseando que les digan las cosas claras, con criterio, con firmeza de convicciones, buscando la seguridad que muchas veces no encuentran en sus padres o en otros educadores.
En el fondo, aunque sea muy en el fondo, si dejamos oir la voz de nuestra conciencia, sabemos lo que es bueno y lo que no, y valoramos a los que son capaces de decirlo y de vivir con coherencia.
Y además, los que lo hacen....duermen de cine. La mejor dormidina es la conciencia tranquila.
Pues eso
http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2008/07/3181/
No, no hay ningún político que se declare en contra del aborto, de la eutanasia, de la EpC, del matrimonio homosexual (Ruíz Gallardón, véase PP, casa voluntariamente a los homosexuales)...y de tantas otras cosas. Se dejan arrastar por la corriente progre, no sea que se les denomine rancios o arcaicos.
Como dice marisa, definirse en las posturas es lo que hace falta. Sin embargo, discrepo en un punto: No se es más valiente por defender lo correcto, se es, simplemente, normal.
En mi opinión, si aceptamos la valentía como sinónimo de decir las cosas claras y oponernos a lo que se está haciendo mal, les estamos otorgando un poder a las nuevas corrientes y tendencias laicistas.
azahar, tal como le comentaba a Embajador, en la guerra cultural la primera derrota que hemos sufrido es esta, llamar a las cosas por su nombre. Por eso digo que en sí el discurso es positivo. Ojalá las obras acompañen a las palabras. Mayores decepciones me he llevado, pero este promete.
marisa, 101% contigo. El problema no son los políticos. ¡Viva la sociedad civil! Lo de la "dormidina" lo utilizaré, espero que reaccionen a tu tratamiento, por lo que cuentas qué pena que no haya más como tú.
Miguel, vales más tú que tu voto. Es hora de la sociedad civil, lo que antes se llamaban sociedades intermedias. Por lo que he podido leer de los comentarios tuyos en el post de LF del otro día, quizá lo mejor será esperar (en los dos sentidos de la palabra).
De acuerdo al 100% con lo que dices, pero de momento el asunto se va quedando en las palabras. Cierto es que en España casi nos dábamos con un canto en los dientes si solamente cambiaran las palabras. Pero...
Scottish bishop enters debate before Glasgow election
Nuestro sino es aprender a encajar e intentar llevar la bandera (o el estigma) de la única transgresión posible. ¿Hay algo más transgresor que la Madre Teresa diciendo que había visto más pobreza en Suecia que en la India cuando le dieron el premio Nobel?
A la homosexualidad, homosexualidad.
A la pederastia, pederastia.
A la socialdemocracia, socialdemocracia.
Al nacionalsocialismo, nacionalsocialismo.
A la eutanasia, eutanasia.
A la eugenesia, eugenesia.
Bien por Cameron. Y a aprender
Mi punto de incertidumbre se centra, no ya en los hechos que acompañen a las palabras (que está por ver, aunque no hay que ser pesimista), sino en elevar a la categoría de valiente a quién defiende, desde un asiento parlamentario (que es muy fácil), lo que defienden tantas personas a un nivel menos público. A esas personas las considero valientes, a quienes desde una escuela enseñan lo correcto como marisa (le mando un saludo y adelante), a quienes objetan a la asignatura EpC pese a las amenazas recibidas del propio centro en suspender al niño, al médico que objeta para realizar un aborto…y tantas cosas más, Juanjo. Esas personas, la sociedad, es el ejemplo y es dónde hay que trabajar y a quiénes tenemos que apoyar.
Disculpa, quizás me he alejado del tema concreto de tu post que era referido al político Cameron, y me parece muy bien, pero al comentar el tema de la familia, me pareció adecuado incidir en ello.
Quizá no me expresé bien, pero lo que dices es lo que quería decir. La madre, el padre, el maestro, el médico, la enfermera...y el fontanero, e ingeniero y administrativo son valientes, pero es bueno que "los de arriba" también lo sea. Y si no lo son, pues tenemos el ejemplo de nuestros mayores en el Imperio Romano.
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