Benedicto XVI y el método histórico-crítico
Me escapo unos minutos de la abducción presupuestaria de estos días, para comentar las palabras del Papa en el Sínodo, sobre los riesgos de una exégesis basada únicamente en el método histórico-crítico.
La verdad es que hasta ayer, el Sínodo me estaba resultando bastante aburrido, probablemente por mis limitaciones y, quizá, porque el objetivo del Sínodo no sea divertirme. Aún así, las dos únicas intervenciones extraordinarias han corrido a cargo de los invitados: la salida de pata de banco del rabino de Haifa y el discurso del Archimandrita, más reseñable por quién lo dijo, un griego, que por lo que dijo.
El resto de intervenciones, pues de un interés limitado. Vamos que está bien que se diga que las homilías tienen que ser mejores y más bíblicas, articular medidas para el fomento de la lectura de las Escrituras, mencionar su encaje en el testimonio y en la acción del cristiano y un largo etcétera. Pero, desde mi modesto punto de vista, la mayoría de lo dicho es secundario. Es como empezar la casa por el tejado. Si la Biblia no es la Palabra de Dios, perfectamente engarzada en la Tradición y el Magisterio, si no es más que un libro, con cierto interés, el resto sobra. Sería conveniente leerla por temas culturales, pero como el Quijote, o las obras completas de Homero. Un ingrediente indispensable para entender la cultura occidental.
Si la Sagrada Escritura, pierde su carácter de sacro (como dicen los talibanes del método histórico-crítico). Si los milagros no existen (como dicen Pagola y cía.), si no que son más que un modo de decir, ¿qué más da que las homilías sean buenas? Puestos a releer o reescuchar un libro, tengo en cartera otros más interesantes. Del mismo modo que si un domingo, tengo que elegir entre la pantomima de don Perico de los Palotes, que se cree Aristófanes, o una buena película, no os quepa la menor duda de cual será mi elección. Si la Santa Misa, ya no es la renovación incruenta del sacrificio de la Cruz, si se le despoja de los actos de adoración, reparación y comunión, si se le despoja de carácter divino, pues qué decir, o bien tengo planes mucho más atractivos o bien me busco ese encuentro con el Señor en otro sitio, ya sea en un templo evangélico o en el culto Wicca.
Por eso creo que la intervención de B16 ayer es básica, es volver a centrar la discusión: ¿qué es la Biblia?, ¿qué dice la Sagrada Escritura? La reflexión sobre el método histórico-crítico, no es un tema exotérico sólo apto para especialistas, un peñazo que diría el otro.
No tengo todavía las palabras exactas del Pontífice, pero, por lo que cuentan los medios, están muy en la línea del discurso —del entonces Ratzinger, a secas— a los presidentes de Comisiones Episcopales de América Latina para la Doctrina de la Fe: Situación actual de la fe y la teología, que aunque sea del año 96 es plenamente actual.
Como siempre, mejor leer el original. Con la clara exposición que le caracteriza al Papa, hace un repaso del final de la Teología de la Liberación y sus sustitutos, del relativismo filosófico y teológico, del falso sincretismo de la ortopráxis, de las religiones asiáticas y el neopaganismo de la New Age. Y termina el análisis precisamente identificando una de las principales causas de toda esa situación: el método histórico-crítico mal aplicado. Y reconociendo sus aciertos.
Primero resalta las nefastas consecuencias de alejarnos de lo que Giussiani llama el acontecimiento de Cristo, y que el Papa recoge con ese significado en el segundo párrafo de la Deus Caritas Est. La Biblia deja de ser Palabra de Dios para nosotros:
Veámoslo con algo más de precisión. El método histórico-crítico es un excelente instrumento para leer fuentes históricas e interpretar textos. Pero contiene su propia filosofía que, en general —por ejemplo, cuando intento estudiar la historia de los emperadores medievales—, apenas tiene relevancia. Y es que, en este caso, quiero conocer el pasado, y nada más. Tampoco esto se puede hacer de un modo neutral, y por eso también aquí hay límites del método. Pero si se aplica a la Biblia, salen a la luz muy claramente dos factores que de lo contrario no se notarían. En primer lugar, el método quiere conocer lo pasado como pasado. Quiere captar con la mayor precisión lo que sucedió en un momento pretérito, encerrado en su situación de pasado, en el punto en que se encontraba entonces. Y, además, presupone que la historia es, en principio, uniforme: el hombre con todas sus diferencias, el mundo con todas sus distinciones, está determinado de tal modo por las mismas leyes y los mismos límites, que puedo eliminar lo que es imposible. Lo que hoy no puede ocurrir de ningún modo, no pudo tampoco suceder ayer, ni sucederá tampoco mañana.
Si aplicamos esto a la Biblia, resulta que un texto, un acontecimiento, una persona estará fijada estrictamente en su pasado. Se quiere averiguar lo que el autor pasado ha dicho entonces y puede haber dicho o pensado. Se trata de lo «histórico», de lo «pasado». Por eso la exégesis histórico-crítica no me trae la Biblia al hoy, a mi vida actual. Esto es imposible. Por el contrario, ella la separa de mí y la muestra estrictamente asentada en el pasado. Éste es el punto en que Drewermann ha criticado con razón la exégesis histórico-crítica en la medida en que pretende ser autosuficiente. Esta exégesis, por definición, expresa la realidad, no de hoy, ni mía, sino de ayer, de otro. Por eso nunca puede mostrar al Cristo de hoy, mañana y siempre, sino solamente —si permanece fiel a sí misma— al Cristo de ayer.
Segundo, alerta sobre la indigencia intelectual de quienes aplican el método de un modo fundamentalista. En el fondo son kantianos o derivados, inmersos en una filosofía idealista, que una vez más se muestra como difícilmente compatible con el cristianismo.
Supongamos —lo que se puede dudar— que la mayoría de los exegetas piensa así; todavía permanece la pregunta: ¿Hasta qué punto está fundada dicha opinión mayoritaria? Mi tesis es la siguiente: el hecho de que muchos exegetas piensen como Hick y Knitter, y reconstruyan como ellos la historia de Jesús, se debe a que comparten su misma filosofía. No es la exégesis la que prueba la filosofía, sino la filosofía la que engendra la exégesis. Si yo sé a priori (para hablar con Kant) que Jesús no puede ser Dios, que los milagros, misterios y sacramentos son tres formas de superstición, entonces no puedo descubrir en los libros sagrados lo que no puede ser un hecho. Sólo puedo descubrir por qué y cómo se llegó a tales afirmaciones, y cómo se han ido formando gradualmente.
Como podéis ver el tema es importante. Tengo esperanzas que la exhortación apostólica post-sinodal, el documento que redacta el Papa como conclusión del Sínodo, será magistral. Y como buen maestro que es Ratzinger partirá de la base —¿qué es la Biblia y cómo debemos leerla e interpretarla en la Iglesia?—, y a partir de ahí se podrá construir lo demás. Creo que será un documento que clarificará posturas —para desgracia de más de uno que prefiere la indefinición actual—, que volverá a enraizar la exégesis en la teología. Hasta el momento se han planteado 19 preguntas que serán base para las conclusiones del Sínodo, la mitad se refieren a este aspecto.
Juanjo Romero, [email protected]
33 comentarios
Este mal lo venimos padeciendo desde hace ya muchos años y ha causado graves daños... hay por ahí sacerdotes (no me extraña que muchos de ellos hayan perdido su vocación y hayan renunciado al sacerdocio) para los que toda la escritura es mito, pienso que muchos no creían ni en la existencia real de Cristo.
Hace poco me comentaba un amigo que había estado con un misionero en Camboya como dicho misionero mantenía, con parte de las colectas aportadas por los pocos católicos de la zona, templos budistas y de otras confesiones, ante la pregunta de porque no emplear dicho dinero en obras católicas el misionero contesto que al fin y al cabo todas las religiones eran iguales y todos creían en el único Dios verdadero..... ¡sin mas comentarios! ¿verdad?
Afortunadamente muchos obispos se están dando cuenta y o bien reforman sus facultades de teología o bien mandan a sus seminaristas a estudiar a otros lugares.
Si ZP supiese lo que se enseña en algunas facultades de Teología estoy seguro que retiraba EpC y ponía esta Teología como asignatura obligatoria en los colegios, podría llamarse Teología para la Ciudadanía o Teología para la Alianza de Civilizaciones
(Por cierto esta teología ha logrado, tras sesudos estudios, demostrar que el pecado de Adán consistió en un delito Medioambiental con tintes xenófobos y homófonos))
Porque es innegable que se está difundiendo un achatamiento de la Sgda. Escritua a nivel de fábula o mito con moralejas útiles. Si así fuera, se pregunta uno, para qué seguir con la Biblia y no interesarse por La Ilíada, la Odisea, la Eneida o los Vedas. De toda esa literatura también se pueden extraer modelos de heroismo y otras virtudes en Odiseo, Eneas, etc.
Gran número de exegetas, por el casi exclusivo empleo del método histórico -crítico, ha nivelado la Biblia a la altura de cualquier otra literatura. Reconozco que artísticamente valen más Cicerón, Tolstoi o Cervantes. Pero, para la vida eterna, conduce más la humilde prosa de S. Marcos, que las finezas de Baudelaire.
Es urgente que de este Sínodo o de alguna instancia seria magisterial emanen orientaciones claras, fundadas y "admitidas en obediencia" sobre la interpretación de la Biblia.
Para explicar brevemente lo que es el protestantismo liberal, diré que los términos protestante y liberal -en el sentido teológico del término liberal- son en realidad antónimos, salvo en un aspecto. Que del árbol del Sola Scriptura y la inerrancia literal y total del texto bíblico nazca el mayor ataque a la propia Escritura y su inerrancia, es como si de una mujer nace una rana. En realidad el liberalismo teológico, antes que hijo de la Reforma, es más hijo de la adoración ilustrada e ilimitada a la diosa razón. Lo que ocurre es que la propia Reforma, al negar el carácter normativo del Magisterio como guía de la correcta interpretación de la Revelación, abrió siquiera en parte la puerta a dicho liberalismo teológico. En otras palabras, se empieza negando la autoridad de la Iglesia y se acaba negando la autoridad de la Escritura, ya sea a través del ateísmo rampante, ya sea a través del ateísmo disfrazado de cristianismo que niega la posibilidad de lo sobrenatural (o sea, ateísmo al fin y al cabo).
A través del ámbito universitario, ese liberalismo teológico impregnó a los "eruditos" (scholars) católicos, a los que el papado combatió con fuerza en un principio (Providentissimus Deus). Dicho "combate" entró en una especie de "stand-by" cuando el mismísimo papado decidió cambiar de "estilo" a la hora de tratar con la heterodoxia.
Lo que hoy vemos es el resultado de ese cambio de actitud del magisterio hacia algo que, como he dicho, nació del mal y que sólo puede aceptarse cierta validez por la propia capacidad de la Iglesia de examinarlo todo y retener lo bueno.
Hoy el protestantismo liberal está absolutamente muerto, sin capacidad alguna para sobrevivir más allá de unos 15-20 años. Los protestantes conservadores lo desprecian con la misma intensidad que siempre lo han hecho. Los ortodoxos no han sufrido esa plaga. Y sin embargo, los católicos tenemos que sufrir sus consecuencias, aunque a su vez tenemos la certeza de que las mismas no alcanzaran al depósito de la fe, ya que las puertas del Hades no prevalecerán.
Benedicto XVI, siendo en buena manera hijo de su tiempo, sabe discernir el peligro de dejar plena libertad a una exégesis contaminada, pero aun así tendremos que esperar cierto tiempo (quizás un par de papados) hasta que se dé el golpe definitivo a un enemigo al que nunca se debió permitir crecer tanto como ha crecido.
Como verás, Juanjo, casi me ha salido un post de este comentario, je je.
Ahondando en lo que dices, el protestantismo liberal tiene raices inmanentistas, kantianas, de un agnosticismo (imposibilidad de conocer las cosas en sí), del que deriva todo. Y lo que recuerda el Papa es eso. Él se reconoce no-tomista, pero sí realista, y como todos es hijo de su tiempo y de su espacio (una Alemania y una Universidad que marcan).
Mi esperanza está fundada en dos aspectos:
1.- El Papa está de vuelta, fue usuario del método y ha visto en lo que degenera. El documento sobre La interpretación de la Biblia en la Iglesia, que tiene su mano como Prefecto, es quizá el canto del cisne. A mí, me asombra, que en algunos aspectos no es coherente con el Catecismo, promulgado un año antes, si mal no recuerdo, y al que no cita. Después de esto viene una recuperación de la Dei Verbum, que casa mal con el método historico-crítico.
2.- Todos estos temas los tiene muy trabajados intelectualmente, y aunque no quiera como Papa, hacer su teología "oficial", en eso es muy respetuoso; yo creo que no puede abstraerse a todo el trabajo intelectual desplegado para redactar su "Jesús de Nazaret".
En el fondo está lo de siempre. Sin embargo, no soy tan optimista en cuanto a que el documento sea magisterial. Creo que la experincia magisterial de la Comisión Bíblica (creo que sólo es magisterio hasta Pablo VI) no fue muy positiva. Al fin y al cabo, se mezclan metodología científicas, respetables en sus límites, y que serán tratadas con tanto cuidado que se dirá poco. De todas formas estoy con Vd, ojalá exista ese documento.
Pero claro, eso se lo cuentas tú a quien sólo ha mamado en seminarios y universidades de la teta amarga de la exégesis liberal, y ni lo entiende ni se lo cree. El tiempo pondrá a todos en su sitio.
Por otra parte, obviamente no es plan de tirar todo a la basura. Hay aspectos interesantes sobre los que se ha avanzado en el último siglo partiendo de lo más potable de dicho método. No es que sirvan en la práctica para nada a la hora de dar una catequesis decente o predicar sanas homilías, pero ahí están para los profesionales de la teología y la exégesis bíblica.
Espero algo así como "La Divino afflante Spiritu" o la misma "Dei Verbum", a la que no se le ha prestado tanta atención, en más de una teología, como, pongamos por caso, la así llamada "de la liberación", preferentemente reducida a la "Gaudium et Spes" y, encima, leída de modo selectivo, cuando no deformante.
¿No se podría dar directivas algo más concretas, sobre los "Evangelios de la infancia", los "Relatos de la Pasión" ("ilustres exegetas", niegan que María hubiera podido estar al pie de la cruz, en el Calvario, por ejemplo), la "Resurrección y manifestaciones postpascuales de Jesús" y tantos pasajes importantes para la fe, que son relegados al pío reino de las "teologizaciones" posteriores de las comunidades primitivas? ¿Es tan ligero hablar de un "deutropaulinismo", que postula "manos posteriores, no paulinas", respecto a jerarquía eclesial
(Cartas Pastorales), patriarcalismo retrógrado y elucubraciones por el estilo, que van haciendo relegar al canasto de lo "protocatólico"(y por lo tanto desechable) gran parte del acervo de nuestra fe?
Dios le oiga, le reitero mi optimismo en cuanto a la actualización de la Dei Verbum, creo que irán por ahí los tiros. El resto lo tendrán que hacer los exégetas volviendo a construir.
Tal como le contestaba a Luis Fernando, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, marca un punto de inflexión, con todos los peros que se quiera. La correcta recepción del Vaticano II, en contra de la Escuela de Boloña, que este Papa está acometiendo, como continuidad, no como ruptura, nos traerá sorpresas. Creo que no es un ejercicio de buenismo, la experiencia de ir cortando poco a poco los abusos litúrgicos, es una senda que por qué no puede ser también seguida aquí. La vida del cristiano es Pan y Palabra, me parece que es la línea de trabajo.
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LF, de acuerdo. Pero las operaciones de separación de la cizaña son así, un ejercicio de la virtud de la prudencia. Y no creas que no me gustaría lo que planteas.
Ah, y no os perdáis las teorías del insigne Antonio Piñero en su último libro. ¿Pues no va el tío y nos descubre que algunos apócrifos (y de algún padre de la Iglesia) que finalmente no entraron en el canon, tuvieron cierta aceptación en algunas iglesias locales? Vamos, que el menda ha descubierto que la luna es redonda.
Sin embargo ahora estoy con los sermones sencillos y parroquiales del cardenal Newman, sencillamente imponentes.
He investigado un poco la biografía del cardenal, se leyó dos veces una colección entera de patrística, ¿será ese el fallo de los pastores actuales? Quieren ir de intrépidos descubridores de no sé sabe que nuevas cosas, y no siguen las huellas de la tradición y de los Santos Padres, ya sea para mejorar lo que haya de mejorarse, ya sea para seguir avanzando por esa senda segura.
1º Respecto de la falta de fe, el método histórico-crítico se volvió maravillosa herramienta para argumentar positivamente sobre la decadencia moral en la que vivían tantos eclesiásticos. Primero fue la falta de fe, luego el método que les aplaudió su vivir en contra del Evangelio. Los menos capaces se quedaron con las conclusiones de los "sabios" que ancha es castilla.
2º Respecto del miedo, y por tanto, referido a Iglesia docente con fe, convergían dos males. El primero de ciertos eclesiástico señeros que debían justificar ante la anti-Iglesia (los progres) sus posturas, y para no herir, callar. De este modo se iban posicionando en su campo, admitiendo su lenguaje y poco a poco, su sistema intelectual, es más, colocaron de formadores y de profesores a lo peor de la intelligentsia progre (tal como ahora en el seminario de Bcn). El segundo mal nació a raiz de lo anterior: si los pastores preclaros se acomodaron para no enfrentarse (recordad la ostpolitik) sus sacerdotes, de menos luces y escasa formación -que curiosamente mamaban un idealismo absolutizador- descubrieron el arte soporífero de la no-crispación, mutilando de la Escritura lo que no gustaba oir a los fieles (sacrificio, penitencia, infierno, ascesis...)
Y en este último aspecto va la crítica a las homilias dada en el sínodo. Y no es cosa baladí. Habiendo mutilado el Evangelio y la Biblia han mutilado la fe y la moral. Los frutos los estamos viendo, y de modo más claro en las regiones donde esto es más manifiesto. Véase Bcn donde apenas hay vocaciones y la violencia de la juventud ha preocupado hasta la misma Fiscalía.
Tienes bastante suerte de poder seguir leyendo si todo "eso" no es cierto. Yo no entiendo cómo se puede seguir viviendo sin fe. O seguir estudiando. O seguir luchando por... ¿qué?
2.- En el artículo (post) anterior se decía que "en Asiria la fe murió cinco veces sin regresar nunca a la vida". ¿Seguro? ¿Es que los escasos fieles asirios no tienen nada que ver con la cultura cristiana de occidente y viceversa? ¿seguro que Jesucristo no se ha manifestado (y redimido) a los "infieles" asirios?
Repecto a los Padres, los seguidores del método histórico-crítico suelen aborrecerlos, pues tienene una interpretación de la Escritura pre-crítica. Y cuando los usan son para contextualizar sus "descubrimientos". No es más que un peldaño hacia el proceso de protestantización de muchas personas.
Ojalá, como decía Miguel Antonio, podamos volver a la Dei Verbum, ¡volvamos a los Padres!
1.- En el fondo está la soberbia, es el si no vives como piensas terminas pensando como vives.
2.- No creo que haya maldad, miedo y respetos humanos sí. Pero las ideas tienen consecuencias. El abandono de una filosofía realista (ya sea tomismo o agustinismo o lo que se quiera pero realista), degenera en esta situación. En el documento que cito de Ratzinger puedes leer la traza que hace desde esta postura a las connvencias con las religiones hindúes y la New Age
3.- Por sus frutos los conoceréis. No se me entienda mal, creo que es muy importante la mejora de las homilías y en general de la predicación, pero conviene dar un paso atrás, y no sólo comunicar bien, si no comunicar la Verdad. Es una pena que San Vicente Ferrer no escribiese sus homilías, no sé qué diría, o como lo diría. Pero mover masas a la conversión es todo un ejemplo.
1.- «touché». La Biblia creo que hay que leerla aunque sea por motivos culturales, pero en cuanto a literatura, pues tengo otros gustos. Pero si es la Palabra de Dios, la lectura se debe transformar en una «lectio divina». Tengo que reconocerte, que, en el fondo, me admiran todos esos que no creen y siguen valorando las cosas. Yo no sé si podría. En mi caso, por suerte, intento no estropear el regalo de la Fe, a partir de ahí todo es más fácil.
2.- No es eso lo que quiero decir (vamos es lo que dice Mitsui, pero estoy de acuerdo). Es por un modo claro de no confundir cristianismo con ideología, con cultura o con civilización, y eso en Asiria no volvió. No sé si queda claro, si no dímelo y me explayo en el tema.
La verdad es que no sé si me lié en cuanto al sentido del "poste" (o artículo), pero trato de destacar que en culturas "paganas" (me viene a la cabeza la cultura japonesa, por la escasa influencia católica) la salvación y Jesucristo siempre estará presente y no sólo en los "católicos" bautizados. Que la Redención es siempre posible, tanto en los cuatro creyentes "puteados" de asiria (que posiblemente tendrán un sitio más cercano a Dios que el que yo pueda conseguir) como en el resto de los asirios, por los medios que tenga a bien usar Dios y que yo desconozco.
Crearé un grupo en facebook que se llame "No al fracaso de Dios en Asiria". Un grupo en facebook... y algo más, me temo.
Tanto la "Providentissimus Deus" como también la "Divino Afflante Spiritus" y la constitución apostólica "Dei Verbum" subrayan que no hay contradicción alguna entre el Jesús histórico y el Cristo de la fe. Sin embargo los teológos modernillos españoles no hacen sino destacar y subrayar la imposilidad de identificar a ambos. En dirección conraria, como siempre.
Cruz y Fierro asaltado
Tristes noticias. El blog de nuestro buen amigo argentino y su cuenta de correo electrónico han sido asaltados y el blog borrado por entero.
No tengo más noticias. Según las tenga las iré dando.
Ya sabéis: ofreced unas oraciones para que el bueno de Cruz y Fierro pase pronto el mal trago y procurad hacer unas copias de seguridad de vuestros blogs. Nunca sabremos quien será el próximo.
Recomiendo esto, es software libre y funciona muy bien.
Omnia in bonum, amigo.
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Si queréis más información ir al blog de Embajador
¿Sobre la existencia histórica de Moisés? ¿Y la de Abraham? ¿Y necesitamos ver el timón del arca de Noé? ¿Y la manzana mordida de Adán? ¿Y una de las miles de plumas del arcángel Miguel guardadas en tantos monasterios?
La Carta a los Hebreos es Palabra de Dios. Si alguien deja de considerarla Sagrada Escritura porque le digan que probablemente no la escribió San Pablo, es que su fe era bastante endeble.
Probablemente estaba tan equivocado como aquellos que buscan en las imprecisiones htcas. de la Biblia una excusa a su ateismo.
Y por cierto, cuando Benedicto XVI era "sólo" el Cardenal Ratzinger, alabó el método histórico-crítico en el prólogo de un informe de la Pontificia Comisión Bíblica.
No le tengamos miedo a la ciencia, que a los que creemos de verdad no nos hará dudar.
1.- Nadie ha dicho que el método histórico-crítico sea malo, es más he dicho todo lo contrario. Lo que no es bueno es el fundamentalista del método, que cree que es el único, el más bonito y el mejor, sin limitaciones.
2.- Los ejemplos que ha puesto, ¿no te parece que es un ejercicio de infantilismo, que sólo cuela en una comunidad de base o antro parecido?
3.- La fe de un cristiano tiene unos fundamentos muy claros: la Resurrección, la Pasión, la Redención, la Virginidad y Maternidad de la Santísima Virgen y algunos otros. Los fanáticos fundamentalistas del método h-c, niegan su existencia, y aprovechan este método para tranquilizar su conciencia y mantener su "status de católico" una vez colgado hábitos y buen hacer, y en la mayoría de los casos seguir viviendo a costa de la Iglesia vendiendo libros o dando clases.
No por nada leemos en otro lugar: "No les hicimos conocer el poder y la verdad de nuestro Señor Jesucristo basados en fábulas ingeniosamente inventadas, sino como testigos oculares de su grandeza" (II Pedro 1, 16).
Tampoco es algo de poca monta que la Dei Verbum, 19, haya tenido que enseñar:"La santa Madre Iglesia, firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro referidos Evangelios, CUYA HISTORICIDAD AFIRMA SIN VACILAR, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de
Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmentge para la salvación de ellos ".
Hace tiempo participé en el blog de LFPB y a raíz de un comentario sobre la historicidad de Moisés recibí toda serie de descalificaciones.
No estaría de más que también se criticase a los otros extremistas, los que se atreven a condenar a las llamas eternas a todo el que dude de la literalidad de las Sagradas Escrituras. Y creo que no es precisamente correcta la actitud de LFPB "a mí me dice un profesor que Moisés no existió históricamente y le mando directamente a la mierda". (Toma ya infantilismo).
En Teología como en cualquier otra ciencia se avanza poniendo en duda lo ya establecido, y desde luego no hay que confundir la fe con los conocimientos teológicos.
En cuanto a su soberbia y sus opiniones sobre las comunidades de base y otros "antros" pues bueno... ud. siga considerándose superior a otros cristianos; ya veo que antes de purificar España de socialistas, progres, ateos, gays, ecologistas, sindicalistas, etc. hay que purificar la Iglesia de comunidades de base, curas sin traje talar, teólogos progres, catequistas de pastoral obrera y demás almas perdidas.
Las contribucions positivas del método h-c son evidentes y reconocidas por todos, al igual que las de otras metodologías exegéticas igualmente valiosas que sólo posturas fanáticas pueden despreciar.
En cuanto a la segunda parte de su comentario, sé --estoy convencido—de que puede ¿argumentar? mejor. El hacerse la víctima de supuestas conspiraciones cuando en este blog --de lo único que soy reponsable-- se le ha valorado adecuadamente está pasado de moda.
Y lo de hacerse el psicoanalista barato, creerse un diosecillo capaz de «saber» las intenciones que mueven mis corportamientos y mi conciencia --de lo que me creo o me dejo de creer, de los motivos de mis actos-- de verdad, se lo aseguro, es un tipo de argumentación que ya solo cuela en pequeños grupos con capacidades críticas e intelectuales muy reducidas.
Y lo de inventarse cosas que no he dicho, pues que quiere que le diga, prefiero pensar que es más fruto de un calentón momentáneo y que quizá releyéndolas no las volvería a escribir, a que sea algo que le define personalmente.
También es oportuno recordar la tesis defendida por Joseph Ratzinger en su libro "Jesús de Nazareth" donde sostiene que no pueden abordarse separadamente el Jesús histórico y el Cristo de la fe sino que ambos van inseparablemente unidos.
Gracias por sus amables palabras, Juanjo.
"Existe también una segunda consecuencia aún más grave: donde desaparece la hermenéutica de la fe indicada por la Dei Verbum, aparece necesariamente otro tipo de hermenéutica, una hermenéutica secularizada, positivista, cuya clave fundamental es la convicción de que lo Divino no aparece en la historia humana. Según esta hermenéutica, cuando parece que hay un elemento divino, se debe explicar de dónde viene esa impresión y reducir todo al elemento humano. Por consiguiente, se proponen interpretaciones que niegan la historicidad de los elementos divinos.
Hoy, el llamado mainstream de la exégesis en Alemania niega, por ejemplo, que el Señor haya instituido la Santa Eucaristía y dice que el cuerpo de Jesús permaneció en la tumba. La Resurrección no sería un hecho histórico, sino una visión teológica. Esto sucede porque falta una hermenéutica de la fe: se consolida entonces una hermenéutica filosófica profana, que niega la posibilidad de la entrada y de la presencia real de lo Divino en la historia. La consecuencia de la ausencia del segundo nivel metodológico es la creación de un profundo foso entre exégesis científica y Lectio divina. Y ello a veces provoca también una cierta perplejidad en la preparación de las homilías. Cuando la exégesis no es teología, la Escritura no puede ser el alma de la teología y, al revés, cuando la teología no es esencialmente interpretación de la Escritura en la Iglesia, esta teología ya no tiene fundamento"
Inter nos, parece ser que los hispanos denostados consultores de la comisión para la doctrina de la fe para el asunto Pagola habrían estado asesorando al Santo Padre para esta intervención. Los de atrio, vidal y compañía se han quejado, como no podría ser menos, eso sí, guardando las debidas distancias con la jerarquía.
Creo además que en este caso el texto es todavía más claro. Espero dentro de poco trasladaros algunas actuaciones sobre las que se está trabajando.
Bene bene curris, sed extra viam.(San Agustin)
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