¿Por qué el lavabo se llama lavabo?
Que una «pila con grifos y otros accesorios que se utiliza para lavarse» o una «mesa, comúnmente de mármol, con jofaina y demás recado para el mismo uso», deriven del verbo lavar parece lo más normal. Incluso la extensión del término al «cuarto dispuesto para el aseo personal».
Lo extraño es que derive, como señala el DRAE, de la primera persona del singular del futuro imperfecto de indicativo de la forma latina: lavābo (lavaré, para los de ciencias profundas). Porque lo normal habría sido lavadero/lavatorio o lavador (que sí existen, aunque no con esa acepción), como por ejemplo comedor de comer, o dormitorio de dormir.
Y es que la cultura de las Españas, lengua incluida, es ininteligible sin el catolicismo. La palabra lavabo proviene del rito en el que el sacerdote se lava las manos, bien después de depositar en el altar la patena y el cáliz, bien después de la incensación. Un rito que por cierto es obligatorio, y en el que sacerdote «expresa el deseo de purificación interior» y reza el Salmo 26 [25], 6-12:
Lavabo inter innocentes manus meas
et circumdabo altare tuum, Domine…
Lavaré mis manos entre los inocentes
y rodearé tu altar, Señor….[1]
El filólogo J. Corominas fecha el uso del término lavabo a finales del XVIII. A mí me impresiona cómo debían vivir la Santa Misa nuestros hermanos en esa época, hasta qué punto era «centro y raíz de vida», como para terminar designando por metonimia un objeto cotidiano de ese modo.
La ventaja (o desventaja para algunos) de este tipo de artículos es el efecto «no pienses en un elefante blanco». Durante varios días a la lectura es difícil que cuando preguntemos por «los lavabos» o nos acerquemos al de casa, no nos venga a la cabeza de dónde viene el nombre.
Que os aproveche.
Notas
[1] Según el Misal de San Pío V y también en el Misal vigente de San Juan XXIII de 1962, con el que se celebra según la Forma Extraordinaria. En la actualidad, se ha sustituido el Salmo 26 por el versículo 2 del Salmo 50
15 comentarios
Gracias por el post.
Incluyo la observación también en el texto, me equivoqué al pensar que se entendía por el contexto.
Damián, siendo cierto lo que dices, yo no estoy hablando de "cultura cristiana".
Urko, yo también me he encontrado con el mismo problema.
Mira que lo dudo.
La liturgia tuvo una influencia grande en el vocabulario.
Otro día cuentas lo del "sursumcorda". En alguna novela lo he llegado a leer como el sursumcuerda con la evolución fonética pertinente.
"El gesto del lavabo se introdujo en la Eucaristía, empezando por el Oriente, en el siglo IV [¡es antiquísimo! de los más antiguos del Rito de la Misa], mucho antes antes de que se pensara en una procesión de los dones al altar, que es un gesto del Occidente, y no anterior al siglo VI ...
"Más aún: la norma más antigua, y la que más tiempo ha permanecido en la liturgia pontifical, tanto en Oriente como en Occidente, eera la de lavarse las manos al presidente no 'después' de la recepción de los dones o de los gestos del ofertorio, sino 'antes'. No era, por tanto, un gesto funcional, motivado por la preocupación por la higiene [después de haberse manchado las manos al recibir los dones diversos], sino que tuvo desde el principio una intención más profunda: la simbólica. Y por esto lo ha conservado el actual Misal [el del Novus Ordo].
Suprimir este rito por pura desidia es inadmisible. Es una arbitrariedad de un clericalismo prepotente. Según las circunstancias, puede ser prudente y conveniente que los laicos lo recuerden a los sacerdotes que incurren en este menosprecio de la norma litúrgica de la Iglesia.
"Lava, Señor, mi iniquidad y purifica mi pecado" (cf. Sal 25,6).
Y en continuidad indudable, pide también al pueblo asistente:
"Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso".
"Lava me, Domine, ab iniquitate mea,
et a peccato meo munda me".
¿Es superflua esa súplica del sacerdote antes de ofrecer el sacrificio de la Nueva Alianza, el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Cruz, actualizado en el altar de la Iglesia?
Y la de hoy en el ritual y conmemoración de este Sacrificio y Calvario de Jesús, donde el ministro actor va sacrificar el cuerpo de Jesús, por él en pan consagrado, pide a Dios que le lave de toda iniquidad.
Si algún fiel le dice algo al sacerdote de turno sobre estos temas, todo son evasivas, cuando no una respuesta como un energúmeno.
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