Nueva catedral católica en el profundo sur bautista: «fiel a las cosas sagradas, eternas y tradicionales»
En 1924 Pío XI convirtió el vicariato apostólico de Carolina del Norte en la diócesis de Raleigh, que hoy sólo abarca la mitad del estado. Enclavada en el «profundo sur», como Flannery O’Connor, es una diócesis viva y apostólica. Tanto que los medios materiales se le quedan pequeños.
La «catedral» del Sagrado Corazón puede albergar en su interior a 350 almas. Quizá suficientes en los «felices 20», cuando no había más que 6.000 católicos en NC. Pero en 2014 la catedral rompe por las costuras para servir directamente como parroquia a 3.000 fieles y debe dar cobertura catedralicia a casi medio millón (el 4,8% de los norcariloneses).
El Obispo Michael Burbidge convocó concurso de ideas, que ahora empieza ejecutarse, para diseñar una nueva catedral: el «Santo Nombre de Jesús». Motivos no le faltaban: «tenemos a la gente literalmente en la calle», en Navidad y Semana Santa no da para las 13-14 misas diarias con el sótano y el próximo hotel Clarion. Y el obispo, como buen pastor, quiere que los «fieles de la diócesis se reúnan a adorar con un solo corazón», todos juntos. ¿Una pista del celo apostólico de los católicos allá? Apuesto a que sí.
Así que con una previsiones de que para 2030 se llegue al millón de fieles después de que se haya crecido un 180% desde 1990, no se veía otra solución. Debe ser conmovedor que en una «catredalita» se reúnan 1.200 para la vigilia pascual o no tengas dónde meter a los 3.500 jóvenes que se confirmaban en 2014.
Lo sorprendente, o no, es que obispo y fieles no querían un ‘moneo’ en su diócesis, una feo-templo tipo catedral de Los Ángeles. El diseño que resultó ganador, de James O’Brien, cumplía las expectativas:
Creo que esto [el diseño] es fiel a las cosas sagradas, eternas y tradicionales que marcamos como límites
Se lo he enseñado a un arquitecto moderno español, y como era previsible no le ha gustado por «poco original y carca: planta en cruz, ábside, campanario…». O sea, que el obispo acertó, y como les dijo a sus fieles diocesanos:
el Santo Nombre de Jesús estará basado en el patrimonio de 2.000 años de arquitectura sagrada de la iglesia para convertirse en una catedral tradicional para los tiempos modernos.
¿Otra pista del celo apostólico? Vuelvo a apostar a que sí. Cuando se pregunta a los ‘usuarios’ es lo que termina ocurriendo.
El resto de la historia que ahora empieza la seguiré con atención. Los católicos de la diócesis de Raleigh están volcados en el proyecto también económicamente, y el lugar seleccionado para todo el complejo fue «casualmente» comprado por el Siervo de Dios, Father Thomas Price, primer norcarilonés ordenado sacerdote.
Os dejo otras ilustraciones del Proyecto para que disfrutéis: la belleza, la tradición, la piedad no es que no estén reñidas, es que…., eso, prefiero no escribirlo. Dentro de algunos años poquitos recordarán el nombre del arquitecto, claro, el templo era para el Señor.
13 comentarios
¿Por qué a tantos les producirá urticaria?
Quiera Dios que sea un faro de luz y de ortodoxia en el profundo sur hereje.
Única "pega": el altar, demasiado adelantado, debería estar muchísimo más cerca del sagrario para poder celebrar misas tanto NO como VO. En VO quedará un poco raro estar tan lejos.
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