El «tesoro de los franciscanos», cuando la riqueza exalta la pobreza
Parece que revive la tontería pobrerista, que no es más que signo de desamor. No voy a repetir lo que escribí sobre San Francisco, la pobreza y las riquezas de la Iglesia hace unos meses. El que a la pobreza la tomó por esposa no escatimaba cuanto se refería al Señor.
Sus hijos, sus buenos hijos, también le imitan en esto. El día 15 de abril se inauguró en París una extraordinaria exposición con el «Tesoro de la Custodia del Santo Sepulcro» que está asombrando a los visitantes.
Por primera vez se pueden contemplar juntas 250 obras poco conocidas, en su mayoría donaciones del Sacro Imperio, los reinos de España, Francia y Portugal y de la República de Génova, y que todavía se utilizan en algunas celebraciones solemnes de los franciscanos en la basílica que cubre el Calvario y el Santo Sepulcro.
Como dicen los franciscanos de la Custodia, son solamente «depositarios de los dones que le han sido entregados»: la espada usada por Godofredo de Bouillon cuando lideró a los cruzados en 1099, lámparas de oro y plata del santuario, candelabros de plata dorada, jarrones litúrgicos incrustados de piedras preciosas, cruces procesionales, algún cuadro. La mayoría son vestimenta y ornamentos litúrgicos: casullas, cálices, crucifijos preciosos, patenas, copones, custodias…
Todos usados. Preservados de la avaricia de gobernantes, piratas, guerras. Suelo tener cierta prevención con estas cosas. No me gusta la exhibición «artística» de los objetos destinados al culto, terminan cosificando una muestra de cariño. Pero en este caso aplaudo la decisión evangelizadora de la Custodia del Santo Sepulcro que muestra la verdadera pobreza franciscana.
También aplaudo la centenaria tenacidad franciscana para defender ese tesoro de todos, para las cosas del Señor, de alguna tontuna pseudoeclesiástica que a buen seguro, como un Judas cualquiera, encontraría un uso «más correcto» a las decenas de millones de dólares en los que está valorada la colección, según dicen, porque como recuerda Machado: todo necio confunde valor y precio.
22 comentarios
muy acertadocomentario
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Otra interesante máxima, que desconocía.
Y que es muy cierta: las cosas de más valor, ¡no tienen precio!
Cuando el necio cerdo burgués pontifica:"Todo hombre tiene su precio", no hace sino manifestar su propia disponibilidad en el mercado de los miserables.
Muy buen post.
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Ignacio José:
Mi deseo es que se continúe y profundice la restauración litúrgica de Benedicto XVI.
El papa reinante tiene problemas articulares y emplea corticoides. Esto no explica todas sus opciones litúrgicas, pero permite comprender algunas.
Saludos.
De la misma manera que no hay precio posible para valorar una amanecer, el canto de un pájaro, el rumor del oleaje, etc. tampoco lo hay para designar, más que en sentido alegórico-metafórico, la "riqueza" - bíblicamente abundancia de bienes materiales - de los franciscanos citados.
Algún progre-pobretero, aún católico, clamará porque se vendiese y diese a los pobres: hay mucha confusión al respecto, los criterios usualmente manejados en nuestros ambientes católicos están trufados de materialismo demodé y buenismo "aquarius", nada evangélicos por cierto.
Pero ya sabes que a los hombres el valor nos resulta mucho más fácil de entender cuando va asociado a precio.
Si tu a tu señora le regalas un anillo de titanio, por mucho amor con que se lo regales... ella lo entenderá mejor con uno de oro con diamantes, no se si me explico :-)
Un saludo en la Fe.
Pd: y el de titanio puede costar más que el de oro :-D
de poner en venta estos objetos para beneficio de los "pobres", dado a que la pobreza la han traído de bandera algunos para beneficio de ellos mismos. La pobreza material existe, gracias a la falta de humanidad del ser humano. Se gastan millones en armas y poco para sacar de la indigencia para los que la padecen. Es la falta de amor lo que crea el problema.
El Papa FRANCISCO , nos habla de pobreza en el espíritu,pobrza en los deséos , amor al projimo , no la odiosidad presente en los corazones de algunos o muchos.
DEBEMOS ORAR POR NUETRO PAPA FRANCISSCO PARA QUE LIBRE DE PRESIONES LOGRE REALIZAR SU DESÉO DE UN SANTO PONTIFICADO
Es que no se trata de lo que yo le regale a mi mujer, sino de lo que usais para vuestra liturgia.
Por cierto, a lo mejor mi mujer no quiere que le regale un diamante si ha salido de un país en guerra donde se mata a la gente por conseguir esas piedras brillantes. A veces los diamantes, el oro y demás están teñidos de sangre. Como la espada de Godofredo.
Los cristianos podeis usar el material que querais para vuestros vasos sagrados. No voy a ser yo el que os lo diga.
Pero es que me hace gracia que Juanjo para justificar el uso de los metales preciosos cite a Machado, cuando esa misma frase en verdad sirve más para lo contrario, para quitarle importancia al oro y la plata. Pues efectivamente no es lo mismo valor que precio, así que poco importa lo que se pague por un cáliz.
Entiendo que muchos ornamentos son piezas históricas y obras de arte que es mejor conservar, como también se conserva el patrimono del estado. Nadie dice que se vendan los cuadros de El Prado para pagar nuestra deuda externa, por ejemplo.
Pero otra cosa es seguir aceptando ciertos regalos.
Y es llamativo que de todas las cosas que hizo y dijo san Francisco se ponga el foco precisamente en la aceptación de los metales preciosos para la liturgia. Igual es más importante el amor a la naturaleza, el pacifismo, atender a los pobres y enfermos. ¿No?. ¿Quién está más cerca de Francisco, el que hace lo primero o el que hace todo lo demás?.
Bueno, y si soy malo, Francisco para vencer las tentaciones de la carne llegaba a mortificarse el cuerpo. Así que además de aceptar el oro habría que aceptar los cilios y disciplinas... Me gustaría saber cuántos cristianos que dicen querer una vuelta a la espiritualidad preconciliar están dispuestos a volver de verdad, a la época en que se mortificaba el cuerpo.
Si el vino consagrado es la sangre de Cristo, no veo qué puede aportar de más el oro a su divinidad.
En la Biblia abundan las críticas a los metales preciosos y su acumulación, pero el barro se usó para hacer al Hombre, "poco inferior a los ángeles" y "templo del Espíritu Santo".
Es también irónico que en otros tiempos se usara a los paganos para justificar el uso de metales preciosos. Por aquello de que si la sangre de toros y corderos era recogida en vasos de oro por los paganos cómo no iban los cristianos a hacer lo mismo con la sangre de Cristo. Pues igual la respuesta es que precisamente por ser cristianos no necesitan la presencia del oro para valorar la sangre de su Dios.
En fin, que al final es cosa vuestra. No vamos a darle más vueltas.
Eso no lo hace menos Papa.
Tampoco eso nos obliga a compartir sus gustos.
Por otra parte, nos puede servir de referencia, las composiciones musicales que podemos escuchar en la comodidad de nuestra casa, en un auditorio interpretadas en vivo, pero, escucharlas como lo que son: complemento a la celebración litúrgica les da una dimensión diferente que, para entenderla, es necesario comprender la grandeza de lo que es esencial: El culto a Dios.
Con mentalidad agnóstica o atea, no puede medirse su justa valoración.
Me uno al coro de agradecimiento a los Hijos de S. Francisco por el celo con que han custodiado dichos tesoros.
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