La Asociación Británica de Médicos (BMA) en contra del «suicidio asistido»
La batalla para introducir en el Reino Unido la eutanasia, y demás variantes, está en auge. La ciencia médica muestra cada vez más evidencias que los defensores de la «cultura de la vida» siempre han tenido razón, así que hay que desactivar a los profesionales de la medicina de alguna manera.
El último intento ha sido bastante inteligente. Primero desde la prestigiosa «British Medical Journal» (BMJ) se pedía, como postura editorial, que los médicos se mantuviesen neutrales en el debate sobre el suicidio asistido,
dejando la decisión a la sociedad y sus representantes en el Parlamento. […] Lo ideal sería no mostrar ni apoyo ni oposición a un cambio en la ley, para reflejar la diversidad de opiniones entre los médicos personales y religiosas y sus pacientes, y fomentar un debate abierto
Normal. El 80% de los médicos británicos se oponen a la eutanasia. Tal como denunciaba el Dr. Peter Saunders: «hay un movimiento cuidadosamente orquestado en el que una pequeña minoría de médicos con extremistas puntos de vista, dirigen sus esfuerzos a neutralizar la oposición médica y ablandar la opinión pública y parlamentaria para que ceda a la presión para cambiar la ley»
El lobby de la eutanasia, congregado en la asociación «Healthcare Professionals for Assisted Dying» (HPAD) llevó el debate a la asociación de médicos. Su líder, el profesor Raymond Tallis, repitió los demagógicos argumentos de la BMJ, concluyendo:
La neutralidad es lo apropiado debido a la profesión médica está dividida [sic].
Las respuestas del presidente entrante (Dr. Dai Samuel) y del saliente (Dr. Hamish Meldrum) fueron contundentes. Para empezar desautorizaron la postura de la BMJ resaltando que respetan las opiniones particulares pero que de modo alguno representan las de la profesión médica.
La propuesta fue rechazada en votación. La «cultura de la muerte» volvía a ser derrotada. El Dr. Dai Samuel dijo:
Debemos preguntarnos por lo que hacemos los médicos. Simplemente cuidar a los pacientes y proporcionarles una atención de alta calidad. No creo que matar pacientes esté justificado, sea cual fuere el motivo. Es un asesinato y yo no cometo ese tipo de delitos.
En tanto el Dr. Meldrum alertó a los médicos sobre la triquiñuela de la «neutralidad»
Creo que adoptar una posición neutral es, probablemente, la peor de todas las opciones. La neutralidad nos excluiría de la discusión sobre un tema que tiene una enorme influencia en el trabajo de los médicos.
No mantengo esta postura por un punto de vista religioso, sino por haber trabajado como médico estos cuarenta años, en los que siempre que he podido, en todas las ocasiones, he ayudado a morir a mis pacientes sin tener que matarlos activamente.
Reconozco que resulta extraño que sea noticia que los médicos apoyen la vida. Pero tal como están las cosas no es una batalla menor. Para una gran parte de la opinión pública es un argumento importante en el que también debemos insistir.
La decisión de la BMA se une a la recientes de la Asociación Canadiense de Cuidados Paliativos, las asociaciones médicas neozelandesa o alemana.
5 comentarios
Los fundamentos médicos han dado paso al discurso de charlatanes sin escrúpulos dispuestos a engordar sus c/c con jugosos actos de "asistencia".
Un médico, por definición no es neutral, y si lo es en términos de ética médica se llama negligencia culposa.
Juro por Apolo, médico, por Esculapio, Higía y Panacea y pongo por testigos a todos los dioses y diosas, de que he de observar el siguiente juramento, que me obligo a cumplir en cuanto ofrezco, poniendo en tal empeño todas mis fuerzas y mi inteligencia. Tributaré a mi maestro de Medicina el mismo respeto que a los autores de mis días, partiré con ellos mi fortuna y los socorreré si lo necesitaren; trataré a sus hijos como a mis hermanos y si quieren aprender la ciencia, se la enseñaré desinteresadamente y sin ningún género de recompensa.
Instruiré con preceptos, lecciones orales y demás modos de enseñanza a mis hijos, a los de mi maestro y a los discípulos que se me unan bajo el convenio y juramento que determine la ley médica, y a nadie más. Estableceré el régimen de los enfermos de la manera que les sea más provechosa según mis facultades y a mi entender, evitando todo mal y toda injusticia.
No accederé a pretensiones que busquen la administración de venenos, ni sugeriré a nadie cosa semejante; me abstendré de aplicar a las mujeres pesarios abortivos. Pasaré mi vida y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza.
No ejecutaré la talla, dejando tal operación a los que se dedican a practicarla. En cualquier casa donde entre, no llevaré otro objetivo que el bien de los enfermos; me libraré de cometer voluntariamente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitaré sobre todo la seducción de mujeres u hombres, libres o esclavos. Guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio y que no sea indispensable divulgar, sea o no del dominio de mi profesión, considerando como un deber el ser discreto en tales casos. Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí la suerte contraria.
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-Cuestión de trabajo sucio. Para quien lo entiende claro está.
-El verdugo ejecuta la sentencia de muerte impuesta por la justicia, siempre dudosa, del sistema.
-Y el médico en este caso de eutanásica muerte: -
-¿Acaso, éste, no ejecuta la siempre dudosa sentencia de muerte impuesta por el sistema de vida propia o ajena?
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