Muere el 'teólogo' de la «muerte de Dios»
Se lo tragó la «secularización». Esta vez no ha podido compartir portada con los «Oscar». Entiendo que la muerte, el pasado miércoles, a los 87 años del teólogo William Hamilton sea mucho menos interesante que comprobar si se le vio algo o no Jennifer Lopez (sin acento).
No fue siempre así. El 17 de octubre de 1965 el New York Times publicaba un artículo sobre Hamilton «Los nuevos teólogos conciben un cristianismo sin Dios», unos días más tarde el 22 de octubre la revista Time un extenso reportaje sobre «los teólogos de la muerte de Dios» en el que aparecían Paul van Burén, Gabriel Vahanian, William Hamilton y Thomas J. J. Altizer. A partir de entonces ocuparon titulares y portadas de todos los medios. En abril del 66 fue portada de Time, que como un remedo de Nietzsche, se preguntaba por la muerte de Dios. Es el número de la revista que hojea Rosemary en la consulta del satánico ginecólogo de «La Semilla del Diablo».
Probablemente todos esos nombres no digan nada a muchos lectores, pero sus ideas sí. Tristemente están muy presentes en numerosos clérigos y religiosos, y son enseñadas ad nauseam, en universidades y colegios católicos de todo el mundo. Con casi total seguridad, únicamente la biología nos librará de ellas… y de ellos.
Son ‘teólogos’ protestantes, pero con buena difusión en el mundo católico, teóricos del cristianismo post-cristiano, asimilados con éxito en el primer posconcilio. Con diversos matices propugnan una renuncia voluntaria a la trascendencia, una reducción del Cristianismo a pura ética, preocuparnos de los demás al margen de Dios, antropocentrismo extremo. Jesucristo deja de ser una persona y se convierte en una idea que hemos de descubrir en los demás. Sólo existe la cuestión social.
Plantean el problema de la secularización de la sociedad y lo resuelven rindiéndose. Sólo queda la praxis, activismo. Con este esquema pierde su sentido la oración, los Novísimos, la Gracia y el pecado, la vida sacramental y la ascética, al fin y al cabo, incluso la ética en la que se resuelve el cristianismo no es más que una ética de actitudes o de opción preferencial. Una mezcla de Blake, Hegel y Nietzsche.
Si hay algo que reconocerle a Hamilton es la coherencia: conseguir llevar el sistema filosófico inmanentista hasta sus últimas consecuencias, una teología sin Dios.
A esa propuesta de muerte del cristianismo, otro teólogo de esos años, ahora Papa, contrapone la alegría y el verdadero motor del cristiano en su primera encíclica:
Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.
—Deus Caritas Est, 1. Benedicto XVI.
La nómina de hijos espirituales de Hamilton en lengua española sería interminable. La de víctimas de sus cátedras: aterradora.
22 comentarios
En fin, RIP. Espero que algún conocido suyo no le haya hecho caso y rece por él, porque lo va a necesitar.
No se que hacen los católicos haciendo caso a un teólogo protestante...
Esa es una pregunta que yo hacía incluso cuando era protestante y veía la influencia de los teólogos y "eruditos" protestantes liberales en la teología y, sobre todo, en el mundo de la exégesis bíblica católica del siglo XX.
Todavía no he encontrado a nadie que me dé una respuesta sensata. Lógico. No la hay.
... asimilados con éxito en el primer posconcilio ... ¿qué quieres decir?.
Crisóstomo, más que a un teólogo concreto fue a toda una corriente teológica. Tiene varios nombres: muerte de Dios, de la secularización o teología radical.
yomismo,estoy de acuerdo, lo defines muy bien: tristeza.
Influyen varios factores. Se me ocurren a vuela pluma:
- aprovechar enfoques a un problema que preocupaba y que de una manera u otra están en algunas interpretaciones del Concilio: la apertura, enfrentarse a la securalización. Creo que en la mayoría de casos con buenísima intención se quiso ver una propuesta que había que acoger en el catolicismo. Ese vaciado del cristianismo lo puedes encontrar en casi todas las "teologías post-conciliares": de la liberación, indígena, negra, feminista.
- todas ellas comparten la dialéctia hegeliana y en algunos casos una pizca de Nietzsche. Era fácil abrazarlo como un modo concreto de "huir" de la filosofía realista que constituía el marco de desarrollo teológico hasta la fecha.
- fascinacion por ser moderno.
Gracias. Lo cambié en el texto, lo mantengo en el comentario para que no pierda sentido el tuyo.
(ser ateo y teólogo me parece una contradicción)
Ya que debido a un hecho anecdótico (de tres personas que sufrieron un accidente un católico, un protestante y un ateo) solo sobrevivió el ateo, y el conocido "argumento del mal" en particular enfocado al holocausto lo llevaron a descreer.
Pero parece que de todas maneras quería salvar los ritos, la moral cristiana, etc.
Se parece a Dawkins con su "Ateos por Jesus"
http://www.sindioses.org/simpleateismo/ateosporjesus.html
(Aclaro que lo de Dawkins me parece una tontería)
Kewois
Lo que sí me parece absurdo es plantearse la "muerte de Dios"... Entiendo la filosofía de la inmanencia, confurdir Dios con su obra, etc., pero no qué es "matar a Dios". O existe, o no y, si existe, es eterno. Pero pretender su muerte... Supongo que será en sentido metafórico.
pues los protestantes creen punto por punto los artículos del Credo Niceano
LF:
No todos. La mayoría de los protestantes no creen en la regeneración bautismal. Es decir no confiesan que el bautismo sea para la remisión de los pecados.
Y es que si se declara "ateo" tiene que estar muy seguro de lo que niega, o no?
Pero sí que sigo hecho un lío con ese asunto de la "muerte de Dios", que no acabo de entender... Conozco algo de Nietzsche -él también acuñó éso de la "muerte de Dios", pero supongo que iba por otro lado-, y confieso no haberlo leído -que conste que intenté leer "Así Hablaba Zaratustra", pero fue superior a mis fuerzas-, y sólo sé de su obra por lo que otros han dicho... Con lo cual no sé si tiene algo que ver con ésto de lo que aquí hablamos.
«Vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones, se harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades; apartarán sus oídos de la verdad y se volverán a las fábulas»
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