No sé si se han dado cuenta de que en la liturgia con demasiada frecuencia se ponen acentos en lo secundario, incluso en lo expresamente prohibido, mientras que lo esencial pasa desapercibido. Habría que arreglarlo.
Cosas que sobran:
- En términos generales, la originalidad y las ocurrencias. Cuando toque preparar una celebración, no digamos si es funeral o misa de primeras comuniones, huyan de todo aquel que comience diciendo “podíamos hacer", “se me ocurre", “quedaría bien". Intenten neutralizar con agua bendita.
- Sobran la gran mayoría de las moniciones, si no todas.
- La verborrea del que preside la celebración, especialmente si es “espontánea". Hagan oidos sordos y ofrézcanlo por las misiones.
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