9.11.22

Pikolín

Cuando nosotros éramos jóvenes, hubo anuncios publicitarios que nos marcaron de tal manera que se convirtieron en expresiones de nuestro hablar cotidiano.  

Hoy me he permitido la broma de utilizar algunas de estas frases para ilustrar historietas de la vida parroquial. Si pongo anunciantes, mis disculpas… Y adelanto que algunas de las frases son de los años sesenta… Así que los jóvenes… 

- ¿Qué dices? Que te fagorices. Era el final de un anuncio de electrodomésticos, que venía a ser algo así como que me dejes en paz. Sigue siendo válido. Se podría emplear cuando aparece el vocabulario progre - ampuloso - rebuscado. Anda ya, que te fagorices…

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7.11.22

Déjense ustedes de bobadas

Hay profesores expertos en ampliaciones, paréntesis, glosas y circunloquios. Hay obispos y sacerdotes especialistas en grandilocuencia, relaciones teológico - filosófico - ecológico - sociales. Tienen ese don. Agarran un versículo evangélico, un mandamiento o una norma de derecho positivo y poseen la capacidad de convertirlos en una programación de eco teología, un tratado de sí pero no, aunque según podría ser que vaya usted a saber, una homilía sobre la inmensidad de la mirada de Dios sobre las sombras del cambio climático y la importancia de la abstinencia de carne no como ascesis penitencial, sino en clave ecológica, que, evidentemente, no hay comparación. La abstinencia como práctica penitencial es un absurdo. La abstinencia como forma de contrarrestar las ventosidades vacunas y su contribución al aumento de la temperatura del planeta es algo de obligado cumplimiento.

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5.11.22

Es como para cortarse las venas. O dejárselas crecer

Los datos son tercos. Más aún. Tercos y con mala leche, porque por más que uno se empeñe en proclamar a los cuatro vientos que es el número uno, que crea opinión y conoce los entresijos de la Iglesia mejor que nadie, que tiene el apoyo de tutti li mundi y que es el intérprete autorizado de la nueva realidad eclesial, llegan los datos y te sacuden dos leches en el mentón, tres patadas en la espinilla y una coz en la entrepierna. Ya saben ustedes, lectores inteligentes y muy bien informados, de qué estamos hablando. 

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4.11.22

El bochornoso espectáculo de la Macarena

Quema de la Macarena por los republicanosPorque no se puede denominar de otra manera. Fue algo indignante y bochornoso. Los demás adjetivos, ustedes mismos. 

Vergonzoso desde el gobierno de la nación. Me acordaba de una anécdota de los años sesenta. Contaban que llegaron a la madrileña estación de Atocha un torero de postín y su cuadrilla que viajaban a Sevilla. La máquina de vapor echaba humo con abundancia y rugía que daba miedo en demostración de potencia. Un banderillero se acercó a la máquina y le dijo: “esos … los quiero yo en Despeñaperros".

Pues sí, esos … del gobierno los queríamos haber visto todos en vida de Franco. Casi cincuenta años después de su muerte ya no tiene gracia ni mérito. 

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2.11.22

Más simple que el mecanismo de un botijo

Lo de ser cristiano es más simple que el mecanismo de un botijo. Lo que pasa es que de puro simple asusta o de puro simple hay gente a la que le parece que hay que buscar cosas más nuevas, extraordinarias, que sorprendan y llamen la atención. Ganas de hacer el canelo.

El otro día, en Facebook, un buen amigo, me dejó un comentario que me parece digno de traer aquí y de explicar:

Luis Rubio García:
A mí no me van a volver loco. Yo a lo mío. Un día, de los muchos que iba por el Colegio Mendel, mi tío Samuel, agustino él y muy familiar me preguntó: ¿ tú en qué crees ? Y yo le contesté: creo en Dios. La Santisima Trinidad. En Jesús segunda persona y que vino al mundo a salvarnos del pecado. En María. En la Eucaristia, en lo 10 mandamientos y los sacramentos.
¿Y de los obispos, arzobispos, cardenales y el papa ?. Le contesté: no me enseñan nada.
Se calló y al final me dijo: pues sigue así.

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