Tengamos el valor de preguntarnos algunas cosas
Voy a empezar a lo bestia. Por ejemplo: ¿quién tiene que ocuparse de cubrir las necesidades básicas de todos los ciudadanos, españoles o no? No me respondan que Cáritas porque no cuela. Lo hace Cáritas, y a lo mejor no debiera hacerlo, porque uno no entiende, ni los feligreses tampoco, que con unos presupuestos generales del estado capaces de sacar de la chistera de la conveniencia personal del señor presidente del gobierno y los suyos la friolera de 15.000 millones para Cataluña, y eso para empezar, los pobres no tengan otro recurso que acudir a que los atienda la Iglesia a riesgo de encontrarse, eso dicen el gobierno y lo suyos, con curas violadores.

En los pueblos, al menos en algunos, y desde luego en Braojos, tenemos nuestras costumbres, tradiciones o manías que son nuestras, y no pienso entrar en si tienen más o menos sentido, acierto, razón de ser o base de cualquier tipo. Tampoco busquen tres pies al gato, aquí todos son de cuatro, salvo la “Morita” que se dejó una patita en un mal cepo.
No soy de muchas reuniones, pero ayer acudí a Madrid a un encuentro de sacerdotes que comenzamos con un retiro que impartió el cardenal arzobispo, D. José Cobo. Siempre he sostenido que D. José es muy buen comunicador y que sabe llegar a la gente. También a los sacerdotes, y les aseguro que no somos un público fácil.
Ayer viernes tocaba misa en Piñuécar. Suelen acompañarme dos religiosas, pero fallaron. Al comenzar la exposición y el rosario, una señora. Un poco más tarde, otra. Dos en misa. No está mal.