21.01.23

Saber extinguirse con dignidad

Los años setenta y ochenta fueron en la Iglesia lo que fueron. Fue el momento de la secularización total, donde se pensó que los tiempos que tocaba vivir exigían desprenderse de modos, formas y liturgia que se consideraban obsoletos para meternos en el mundo y convertirnos en “uno más”. Años de rebeldía, de innnovaciones improvisadas, rechazo a toda autoridad, compromiso social como único sentido de la fe, o lo que fuera aquello. Algunos no se dejaron afectar demasiado. Otros, servidor el primero, crecimos y nos formamos en ese ambiente y nos entregamos a la causa de la secularización, la modernidad y el progresismo con todas nuestras fuerzas. Han pasado cincuenta años. 

Leer más... »

19.01.23

Braojos me sorprende cada día

Ya saben cómo anda el tiempo por España y por la sierra de Madrid. Si han visto por televisión imágenes de Somosierra, ya se hacen idea. Estamos a muy pocos kilómetros. Ayer nieve, frío y hielo. En La Serna, bastante. En Braojos, más. 

Conocen mi costumbre de celebrar entre semana dos días en cada pueblo. Ayer, miércoles, tocaba Braojos. 17:30 rosario y exposición del Santísimo y a las 18 h. la santa misa. Con el día que está, con la tarde que se presenta… ¿subo o no subo?

A mediodía ronda de llamadas:

- ¿Cómo está la cosa por ahí arriba?

- Ha nevado bastante y con viento. Hay ventisqueros, nieve y hielo. Han estado limpiando un poco las calles pero, claro, para andarse con mucho cuidado. 

- ¿Subo a misa?

- Como quiera… Lo único que habrá que extremar el cuidado con la nieve, porque una caída podría ser un problema muy serio para cualquiera de nosotras. Y usted ojo con el coche.

Leer más... »

18.01.23

Al instante, se soltó la atadura de su lengua

Uno tiene amigos hasta en el infierno, quiero decir que hasta en Roma, y no me hagan el chiste fácil, que ya se lo he dado yo. 

Mis amigos romanos, mis espías catacumbales, me dicen que desde el momento de la muerte de Benedicto XVI se está cumpliendo de manera especial la Escritura, especialmente algunos fragmentos evangélicos, como por ejemplo Marcos 7,32-37:  

“Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. Él, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Abrete!» Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. Y se maravillaban sobremanera y decían «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

Leer más... »

17.01.23

El evangelio ayer se hizo carne en Braojos

Me van a permitir que vuelva a hablar de mi parroquia de Braojos. Ya les conté cómo estaba la cosa el sábado. Imaginen ayer por la tarde cuando está entrando la borrasca. Desde la mañana fueron apareciendo nubes negras como un pecado mortal de los de antes, lluvía heladora y mucho viento. Por cierto, no saben lo que es el viento en Braojos, una cosa muy seria. Que la calle de detrás de la iglesia se llame del viento no es una figura literaria. Me cuentan que no sería la primera vez que tejas del templo aparezcan en la plaza del pueblo.

Ganas me entraban de no acudir a misa ayer por la tarde, viendo el panorama y sabiendo, además, que mis Rafaelas braojeñas son todas de edad provecta. Pero bueno, nosotros somos recios y duros y servidor, además, más terco que Socio, cosa nada fácil de conseguir.

Leer más... »

15.01.23

Toda mi admiración

Ya saben cómo está el tiempo. Anoche, en Braojos, pocas bromas: viento, frío, nubes. Desde hace tiempo tenemos la costumbre de un tiempo de adoración al Santísimo los segundos y cuartos sábados de mes. El esquema consiste en iniciar con la celebración de la santa misa, exposición del Santísimo, rezo del santo rosario, tiempo de adoración personal y confesiones y acabar con el rezo de completas y la reserva. 

El templo parroquial de Braojos, anoche, no es que estuviera fresco, es que he conocido cámaras frigoríficas más confortables, así que tuvimos la adoración en la pequeña capilla de la Virgen del Buen Suceso sin más apoyo que un calentador eléctrico que, eso sí, al menos quitaba lo más gordo de la friora, que aquí se dice.

Leer más... »