La agenda 2030, el nuncio y Manos Unidas
Lo de la agenda 2030 no es dogma de fe. Comencemos por aquí. Y como no es dogma de fe, su contenido, su puesta en marcha y sus posibles trampas internas son cuestiones del todo discutibles, las defienda quien las defienda.
En nuestra Iglesia, en general, comenzando parece por el santo padre y siguiendo por un sinfín de organizaciones católicas, se aplaude con las orejas, se vitorea con lanzamiento al aire de solideos multicolores y se publicita en toda organización de caridad que se precie el maravilloso invento de una nueva sociedad que va camino de convertirse para el 2030 en un nuevo Reino de Dios a lo laico en el que se acabarán la pobreza, la marginalidad y la injusticia para vivir todos, por fin, en una nueva sociedad mezcla de anuncio de los Testigos de Jehová, cartel del PSOE de los ochenta, Imagine de John Lennon y el corro de la patata bailando al ritmo de Viva la gente.