Me han pedido dinero por fijar la fecha de la boda
Seguro que más de una vez han escuchado una cosa así. Una pareja que acude a una iglesia a solicitar fecha para su enlace matrimonial y la iglesia que les pide una cantidad como señal por dejar cerrada la fecha. Como es natural, horror, terror y pavor: la Iglesia pesetera, siempre pidiendo dinero, dificultades para todo…
Servidor es cura párroco, y hablaré en ocasiones de cosas del día a día de la parroquia, porque creo que es bueno ver las cosas no sólo del lado de los novios, sino también del lado de la iglesia correspondiente.

Me parece una frase que denota más que una enorme soberbia, una solemne estupidez. Tratar de solucionar una cuestión o aclarar sus términos apelando a lo que Jesucristo hubiera dicho o hecho se convierte en una mezcla de incultura, vagancia, prepotencia y falta del sentido del ridículo. Hay que estar muy sobrado para saber exactamente lo que Cristo diría, haría, condenaría o recibiría con aplausos en cada momento existencial.
¡Cuán denostada ha sido en los pasados años la religiosidad popular! Lo que se nos había enseñado es que vaya religiosidad, que va un día a la procesión, a la novena o a la fiesta del santo patrón y hasta el año que viene sin pisar una iglesia. No es fácil de explicar. Gente que no tiene relación con la vida ordinaria de la iglesia pero que acude generosamente llena de fe al encuentro con el Señor, con la Virgen, con los santos. ¿Tiene esto sentido, nos hemos preguntado mil veces?
Nota previa: Esta entrada fue publicada en mi blog
Mucho había oído hablar de Medugorje. Tengo amigos que acuden allá con cierta frecuencia y algún compañero sacerdote también me había contado cosas. También he leído artículos varios y me he dado alguna vuelta por la página web. Por eso me hacía ilusión pasar por el lugar. Sé que es poco tiempo, apenas un día, pero quisiera transmitiros la misma reflexión que hice a la gente que me acompañaba al final de la tarde mientras tomábamos unos refrescos.