28.04.23

Isabel no entiende la satisfacción de Caritas con la nueva ley de vivienda

No lo digo yo. Lo dice Cáritas.

Entiendo, es su obligación, que a Cáritas le preocupen los pobres y la pobreza. Pero… Como decía el buenazo de Ananías en mis tiempos de joven religioso, lo que pasa es que pobres hay muchos. Por ejemplo, la hermana de Joaquina. Joaquina, sí, la amiga de Rafaela. 

Isabel, la hermana pequeña de Joaquina, marchó de casi niña a Madrid a servir. Toda una vida trabajando en el servicio doméstico, echando horas y ahorrando hasta la última monedita pensando en el día de mañana. Con su esfuerzo fue haciéndose con un capitalito a base de trabajar como una burra, que decía ella, sin mirar horas y sin permitirse ni un capricho. Pero bueno, como decía, tengo mi pisito en Madrid y otro más alquilado para complementar la pensión y vivir con un cierto desahogo, que bien me lo he ganado.

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27.04.23

Mujeres y laicos tendrán voz y voto en el Sínodo

Vivimos de grandes titulares. Punto.

¿Ustedes saben cómo va esto de los Sínodos? Porque me parece que los que están entusiasmados no se han enterado todavía del asunto.

Fase diocesana, fase continental, fase intercontinental y si quieren planetaria. 

Nos quedan dos fases finales: dos sesiones del Sínodo en octubre de 2023 y octubre de 2024.

Perfecto. Y a partir de octubre de 2024 la asamblea del Sínodo entregará al santo padre las conclusiones que habrán sido votadas por obispos, por sacerdotes, por laicos, por hombre, mujeres o mediopensionistas. 

Con ellas, el santo padre hará exactamente lo que quiera. Así que siguen las cosas como siempre, eso sí, con la noticia extraordinaria de que pueden votar mujeres y laicos. 

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23.04.23

Vuelve el rosario de hombres a Braojos

Lo primero de todo decirles que estoy bien y que no sucede nada especial. Acostumbrados a que publique algo casi a diario, entiendo que quince días sin una línea hayan podido ser motivo de preocupación. Ninguna. Ni me han misericordiado, ni estoy enfermo ni tengo especiales problemas. 

Simplemente cansancio. Y no precisamente físico, aunque también algo después de la semana santa, pero el cansancio del cuerpo se soluciona con unos días de tranquilidad, paseos, vida sana, amigos y las carantoñas de Socio. Es más un cansancio no sé si decir moral o quizá psicológico. Tal vez sea esa la palabra.

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8.04.23

Familias misioneras en Braojos, La Serna y Piñuécar

Desde este pasado miércoles nos están acompañando en los días de semana santa unas familias del movimiento Regnum Christi acompañadas por un sacerdote. Matrimonios y sus hijos, algunos jóvenes y otros casi bebés. Es una explosión de alegría y compromiso cristiano que desde la mañana del jueves se extendió por los tres pueblos. 

El primer trabajo misionero ha consistido en acercarse a cada casa, entregar un rosario y un pequeño folleto explicando lo que es el triduo pascual, a la vez que invitaban a participar en los cultos de estos días.

Las familias se distribuyen entre los tres pueblos, participan en el oficio litúrgico del día, colaboran en todo lo que sea necesario, y apoyan los diversos actos de piedad tradicional ayudando a los sacerdotes e incluso asumiendo la dirección de alguno de estos actos en caso de que no fuera posible contar con la presencia del sacerdote.  

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6.04.23

Jueves santo desde el cansancio

Cada año, el jueves santo, vuelvo a pensar en el sentido de mi sacerdocio y cómo lo voy viviendo según pasan los años. No se me asusten si les digo que este año me viene a la cabeza y al corazón sobre todo la palabra CANSANCIO. Sí. Me siento cansado, que no desanimado, que son cosas bien distintas. 

Una parte del cansancio viene sin dudas marcada por la propia edad. No soy un niño y, evidentemente, las fuerzas no son las de los veinte o treinta años. Esto es algo que hay que saber asumir con alegría, con dignidad y con toda la naturalidad del mundo. Nos hacemos mayores y aunque psicológicamente uno no acabe de ser consciente, es lo que hay. Aceptemos la realidad y agradezcamos a Dios el don de la vida.

También reconozco un cierto cansancio pastoral. No es fácil celebrar cada día para una, dos, tres personas. Algo más los domingos y poco más. Esto agota, seamos claros. 

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