La señora Rafaela y el IBI (con aviso al final)
Aquella mañana Rafaela y unas cuantas mujeres más del pueblo andaban de limpieza en la iglesia. Había boda el sábado y la costumbre era colaborar las más cercanas en dejar todo como un sol. Y vive Dios que lo conseguían, aunque a veces se hubieran producido extralimitaciones en la limpieza de alguna imagen, pero ya se sabe que nadie es perfecto.
En medio del fregado, y nunca mejor dicho, apareció un pobre hombre en el templo. Un forastero y con un extraño aspecto.
Rafaela, la primera: buenos días nos dé Dios, ¿le podemos ayudar en algo? Y entonces el hombre les contó que gustaba de andar por los caminos, que había llegado al pueblo y se encontraba sin nada para comer. Así que se dirigió al ayuntamiento a ver si le podían dar un vale para tomar algo o un billete para el autobús. Y que allí le habían dicho que si necesitaba ayuda que fuera a la iglesia.

Las respuestas de la gente al proyecto de adoración perpetua en la parroquia están siendo muy positivas, tanto de laicos como de sacerdotes y religiosos. Todos me dicen que es un proyecto muy ambicioso, pero que es una maravilla. Y que adelante.
De cuando en cuando algún amigo me comenta que me lee en Infocatólica, añadiendo a continuación que le parece bien, pero que cuidado, que si es un portal fundamentalista, que ojo con esas cosas.