Hasta las narices de tanto falso profeta
Perdón por la frase un tanto basta. Pero es que uno se cansa de bobadas y más bobadas que se disfrazan nada menos que del cristianismo más puro y evangélico.
Para empezar he de reconocer que Religión Digital es una caja de sorpresas que nunca falla. Todo lo estrambótico, lo raro, lo antieclesial, lo fronterizo, todo lo susceptible de convertirse en un arma arrojadiza, todo lo transformable en dedo que meter en el ojo de la jerarquía, tiene su portada en Religión Digital.

No tengo especial simpatía por la corona de adviento. De niño, y monaguillo desde los seis años, no la recuerdo en la iglesia. Durante mis estudios de teología en el monasterio del Escorial tampoco guardo recuerdo de una corona de adviento en la basílica.
El número de manifestaciones diarias en Madrid es casi infinito. Según datos tomados de la prensa, una media de diez manifestaciones diarias. Por supuesto que no hay forma de seguir cada una. Apenas aparecen en los medios de comunicación algunas de especial relevancia por el número o por la singularidad de los manifestantes.

La señora Rafaela se presentó en el despacho del obispo. Y cuando éste le preguntó por qué tenía tanto interés en la entrevista, ella respondió: porque estoy hasta las narices.





