Hazme toalla, Señor
Día de jueves santo. Publicada por primera vez en el 2009.
Jueves Santo otra vez. Dios inmanente.
Colocados los cirios y las flores
y el pan y el vino, postreramente amores,
del Amor que se vuelve a hacer presente.
Nada queda por hacer. Nada es urgente.
Pero llega el Señor de los señores
y agachado a los pies de hombres traidores
lava sus pies, sus manos y su frente.
Quién tomará, Señor, entre sus manos
esa toalla que enseña sin sonidos.
Quién lavará los pies a sus hermanos.
Toma Jesús mi vida y mis sentidos,
mi futuro, mis planes tan humanos,
y hazme toalla, por Ti, para los míos.

Fui ordenado sacerdote a finales de 1979. El momento eclesial era el que era y como es natural uno era hijo de su tiempo. Me formaron en el postconcilio más radical y en consecuencia todos los tópicos doctrinales y celebrativos de los años ochenta tuvieron en mí un ferviente seguidor.
Son las cuatro de la mañana. Llevo en la capilla de la adoración perpetua desde las tres. Es mi turno de cada domingo: de tres a seis de la madrugada. Feliz turno. Mi compañero y yo nos habíamos ofrecido una noche cada uno y finalmente sólo ha sido necesario pasar una noche entre los dos.