El señor Jaúregui quiere silenciar a la Iglesia
Ya ven por donde nos salen ahora los “amigos” socialistas. Amos, que “por qué no te callas”. Acaba de decirlo Ramón Jaúregui: “la fuerza de la Iglesia en el debate público es anómala y exagerada”. Esto, traducido al román socialista, quiere decir que ustedes a la sacristía, a rezar y esas cosas, que para hablar del país y de los paisanos ya estamos nosotros.
Se quejan de que “no escuche a los colectivos profesionales de la sanidad y la educación pública o a los promotores de la iniciativa popular anti desahucios cuando, sin embargo, “los obispos son escuchados en primer término".
A mí sí me gustaría decir a los amigos de la izquierda, laicistas de ahora y anticlericales de siempre, que no se puede hablar de diálogo, pactos, consensos, y todas esas cosas, y luego decir a una institución como la Iglesia que se calle, aunque solo fuera por una cuestión de números.

De momento. En próximos días más detalles: lanzamiento, presentación… Seguiremos informando.
Ayer sábado terminamos en la parroquia el curso de preparación para el matrimonio. Unas cuantas parejas que celebrarán el sacramento en los próximos meses. En la última charla, la liturgia del sacramento y aspectos prácticos de la celebración que imparte un servidor, una pareja me pidió mis sugerencias en cuanto al donativo que ofrecer a la parroquia con motivo de su boda.
Por un lado, Küng. Hacía tiempo que no sabíamos de él. Pero vaya, ha cambiado el papa y tiene la osadía de anunciar que su “rehabilitación” como teólogo y en el ministerio sacerdotal por el papa Francisco sería nada menos que “una señal para muchos”. Tócate los pies, tía Pascuala.
Y digo yo que si la ley del aborto la modifica el gobierno y la ratifica el congreso, ¿a qué viene que el PSOE amenace a los obispos? Esto es como si el gobierno saca una ley declarando zona de especial interés los Monegros y me cabreo con el señor Manuel y la señora Pilarica, su esposa, que lo mismo sacan ahora tajada de sus tierras yermas. Pues no viene a cuento.





