Gran alegría por la propuesta del PSOE de cobrar el IBI a la catedral de Córdoba
La táctica es cada vez más ineficaz de puro vieja. Cuando no se tiene discurso, cuando la credibilidad está bajo mínimos y las peleas internas han dejado de ser algo discreto para trascender, no queda otra que buscar un enemigo común y tratar de concitar a las huestes contra alguien.
¿Contra quién puede ir un partido que pierde más votos que hojas un roble en invierno? ¿Qué discurso mantener cuando ni entre ellos se entienden –por ejemplo, en el parlamento catalán? ¿De qué hablar si la corrupción los persigue desde hace muchos años, y va en aumento?