No tenemos arreglo... o poco
Decía ayer a mis feligreses que la Iglesia es la única organización que tras constatar desde hace de cincuenta años su cuenta de resultados y comprobar que no hace más que perder clientes especialmente en zonas donde casi gozaba del monopolio, en lugar de reconocer humildemente que se ha fallado y de una manera estrepitosa, que las cosas no se debieron hacer bien, sigue, en muchos ámbitos con lo mismo de siempre, y además en aumento.
En pocos días me pasan algunas convocatorias para jóvenes en parroquias diversas. Me encuentro con un taller de sanación interior, un campeonato de ajedrez, senderismo por la zona norte y activades deportivas para niños. Todavía me encuentro con gente que me dice que hay que saber atraer a los niños haciendo las misas más participativas, o mejor ¡pásmense! que en lugar de misas habría que hacer eucaristías. Así estamos.