Pórtate bien que te va a regañar el señor cura
Es de las cosas que peor llevo en la parroquia. Un crío portándose digamos que solo regular. Apareces por la iglesia y en ese momento escuchas a la mamá o a la abuelita la frase lapidaria: “pórtate bien que te va a regañar el señor cura”.
Frase terrorífica. Porque con ella se están diciendo muchísimas cosas y de más calado de lo que pudiera parecer. Voy a señalar cuatro.
PRIMERA. Que la razón fundamental para un correcto comportamiento está únicamente en la sanción. Se podía explicar a la criatura que debe portarse bien porque está en la iglesia, porque puede molestar a otros, por respeto al lugar y a las personas. No. El único argumento es la regañina, con lo cual comprenderá perfectamente que si el sacerdote no vigila, ancha es Castilla y bien puede convertir el templo en una batalla del far west que no pasa nada.

El Prestige era un gran barco petrolero que naufragó frente a las costas de Galicia, España, el 19 de noviembre de 2002 causando uno de los mayores desastres ecológicos de la historia de España. Ante tamaña catástrofe, arreciaron por toda España, y especialmente en Galicia, las protestas que, al grito de “Nunca mais” culpabilizaban al gobierno de la nación por la gestión del suceso y sus nefastas consecuencias.
¿Con pintas? Sí. Permítanme una explicación.
Toca ahora en este mes. Todos los años lo presentamos ante el arzobispado para recabar su visto bueno. ¿A cuánto asciende el presupuesto anual de una parroquia normal, como la de un servidor, por ejemplo?
Este fin de semana, conferencia política del PSOE. Nada nuevo, más bien, todo muy antiguo, años treinta. Las mismas propuestas de entonces: supresión de la enseñanza religiosa, denuncia de acuerdos iglesia-estado, laicidad y un viva la república que se hizo notar en esos abucheos cuando se tocó el tema de la monarquía.





