7.07.13

Fray Gorrón

Para fray Macario era importante el voto de pobreza. Por eso, entre otras cosas, no tenía carnet de conducir y se había prometido a sí mismo no tomar jamás un taxi. Eso sí, constantemente: ¿P. Manuel, me puede llevar en el coche de la comunidad a tal sitio, D. Fulano, sería tan amable de acercarme con su coche a tal lugar a recoger unas cosas, doña Menganita, me acercaría mañana a la estación de autobuses, que voy de viaje y tengo una maleta bastante pesada?

También valoraba mucho la pobreza el P. Senén. Por eso no solía llevar apenas dinero encima. Pero tampoco se privaba de nada. Buenas vacaciones en casas de familias distinguidas, comer en los mejores restaurantes, refrescos, cine, teatro… Padre ¿y la pobreza? Es que me invitan…

Fr. Alberto pasa todos los años unos cuantos días en la playa en casa de unos familiares a mesa y mantel. No paga nada ni por la casa, ni por la manutención. Si salen a comer fuera, ellos pagan. Si un refresco, invitado. Los viajes o con ellos, o con el billete pagado. No se priva de nada. Ellos pagan. Otro pobre.

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5.07.13

Los de siempre, ahora en contra de la nueva ley de educación

No pierden oportunidad de salir en algún sitio. Ayer lo más granado de la disidencia eclesial se dio cita en el centro pastoral San Carlos Borromeo para explicarnos que no están de acuerdo con la llamada LOMCE, ley de educación que ultima el partido popular. Ya estaban tardando.

Pues me parece que voy a hacer unas cuantas consideraciones al panfletillo apresurado que acaban de sacar, amén de otras consideraciones:

1. “El alumnado se vería sometido a un sistema de reválidas”. Servidor hizo todo el bachillerato, incluido ingreso y sus dos correspondientes reválidas, POR LIBRE. Es decir, que me preparaba donde podía y al llegar junio, en dos días, me examinaba de TODAS las asignaturas en un instituto público. Ni recuperación ni evaluaciones ni parciales. Sobrevivimos. Y me apuesto lo que quieran a que con mejor nivel que ahora mismo.

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4.07.13

Les presento a un profeta de verdad. Lean, lean...

Raro es el día que no se desayuna uno con alguna profecía de calamidades. O bien de tipo individual, el espabilado de turno que parece ser que tiene más clarividencia que el primaveral papa Francisco, el Sínodo de obispos, el pastor propio e incluso el ajeno. No digo nada de las profecías colectivas, porque también de cuando en cuando salen escritos tan infumables como vacuos pero que pretenden ser el profeta Isaías redivivo.

El caso es que de profético tienen bastante poco, ya que se suelen limitar a repetir cosas tan novedosas como la venta del vaticano, el sacerdocio de la mujer, el celibato opcional y la libertad de expresión, que digo yo que si no existe cómo es que pueden sacar impunemente esos panfletos. Cosas que pasan. He de decir que jamás he visto un proyecto pastoral serio ni un compromiso evaluable en cualquiera de estos escritos. Ni la más mínima autocrítica frente a la vida personal del autor o de las comunidades y parroquias de los firmantes. Eso sí, a los demás, especialmente a los de arriba, palo si bogan, y palo si no bogan, con la perplejidad de que a punto de la JMJ Brasil 2013 todavía no he leído nada sobre que ese dinero se podía dar a los pobres (¿recuerdan lo de Madrid?).

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3.07.13

Parroquia, verano y opción por los pobres


Lo de la tan sabida, consabida y requetesabida opción por los pobres tiene su talón de Aquiles en el verano. Nada como el verano para saber en realidad cómo es una parroquia, sus objetivos reales, prioridades no de boquilla y forma de entender el servicio de la fe a los hermanos.

En teoría en todas las parroquias buscamos o debemos buscar lo mismo: la conversión de los fieles a Jesucristo, su incorporación a la comunidad eclesial y la vivencia de la fe hasta llegar a la santidad de cada uno de los parroquianos. Evidentemente cuando esto se da, lo de los pobres viene por añadidura. No conozco un solo caso de alguien que se haya convertido a Cristo y que no sea caritativo con el hermano. La misión del pastor pues justo esa: pastorear, cuidar de los fieles, llevarlos a Cristo.

Durante el curso aparentemente todo va más o menos. Pero llega el verano… y ¡ay el verano! Es algo así como la famosa prueba del nueve de la vida parroquial.

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2.07.13

¿Por qué no cerráis la capilla de la adoración perpetua en verano?

La capilla de la adoración perpetua es un poco vuestra, o un mucho, porque desde que comenzamos a soñarla sobre todo el pasado otoño, y especialmente desde su inauguración en febrero, si de algo puedo hablar es del apoyo de los amigos internautas con la oración, la presencia física y el compromiso de unos cuantos de vosotros con turnos concretos, amén de los que vais acudiendo esporádicamente a hacer una visita a Jesús sacramentado.

Los humanos somos gente de poca fe, así nos va, y de mucho raciocinio. Por eso, desde el momento que quedó expuesto el Santísimo en la capilla una nube negra asomaba por el horizonte: “sí, si en el invierno mal que tal… ¿pero qué va a ser de la capilla en verano cuando la gente se va de vacaciones?”. Mi respuesta. “no llamemos al mal tiempo, que viene solo. Dios proveerá”.

Hace poco una persona, con un comprensible escepticismo, nos preguntaba por la capilla en verano. Al responder que teníamos algunas dificultades para mantener los turnos, nos dijo: “¿por qué no cerráis en verano?”. Evidentemente es una posibilidad que ni siquiera se contempla.

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