28.01.14

Bildu hace entrega de su medalla de oro a monseñor Sebastián

Felicidades, monseñor Sebastián, cardenal in pectore de la Santa Iglesia Romana. Acabo de enterarme de que ha colgado sobre su flamante sotana, pronto adornada con el púrpura de su dignidad, la medalla de oro de la decencia y el bien hacer. No podía ser de otra manera.

Hay medallas que uno recibe directamente de alguien que tiene la facultad de concederlas. Otras nos vienen de forma indirecta. Quizá estas últimas tienen más valor porque van prendidas a la hombría de cada cual con los broches de la valentía, el riesgo y el arrojo de quien no tiene miedo a la verdad y dice lo que cree que tiene que decir en conciencia, aún a sabiendas de que muy posiblemente recibirá el linchamiento de los miserables.

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27.01.14

Doce laicos contratados en una parroquia

Así son las cosas, para qué nos vamos a engañar. Hay parroquias con más medios materiales que otras porque están en zonas más ricas o porque tienen una feligresía especialmente espléndida, mientras que en otras no alcanzan ni para pagar la luz.

Las más ricas, insisto en que no nos vamos a engañar, se pueden permitir pequeños lujos que en otras están vedados, desde tener alguna persona contratada hasta poder contar con apoyos y conferenciantes de tronío a los que incluso se les puede pagar el viaje y tener un detalle con ellos.

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26.01.14

Programar la predicación de todo un año

Don Roque era monotemático en sus sermones. Tocara la lectura que tocara siempre acababa con la confesión. Por eso aquel año, al llegar la fiesta de San José, sus feligreses se dijeron: “San José… hoy tendrá que hablar de otra cosa”. Pues así comenzó don Roque: “Hermanos, San José era carpintero, así que bien podría hacer confesionarios. Hablemos por tanto de la confesión que es lo mismo”.

No sé si tanto, pero los curas tenemos el riesgo de ser pelín monotemáticos. Los pobres, la confesión, el sexto mandamiento (rara avis, eso sí), la precisión litúrgica o la maldad de la jerarquía eclesiástica. La gravedad del asunto es que se nos queden en el tintero semana tras semana cosas que tiene su importancia.

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25.01.14

¿Qué hace el señor cura con una camiseta de cerveza la cusqueña?

Mañanita de un sábado cualquiera. El señor cura, servidor por ejemplo, aprovecha la extraña circunstancia de unas horas de tranquilidad para ponerse con la casa como tantas familias en similares horarios.

Como pueden imaginar, para esos menesteres el señor cura no suele ponerse la sotana, ni siquiera una camisa negra. Al menos yo. Así que unos vaqueros viejos, una camiseta cualquiera y a por ello. Lo normal: pasar la aspiradora, trapito del polvo, fregona, especial entusiasmo en cocina y baño… Y la perspectiva, si es posible, de ir a la comprar al final de la mañana. Iluso.

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23.01.14

La señora Rafaela: aquí nunca pasa nada

Desde que Rafaela tiene acceso a Internet está que se sale. Al día en noticias, informada de la política, la sociedad y la religión. Tiene a su sobrino Manolo, un encanto y un diablo de la informática, que la pone al día: “¿tía, has visto, esto, has leído aquello, qué te parece…?”

Rafaela es mujer de ideas claras talladas en su alma por su maestra y el bueno del sacerdote que les atendió de niños. Trabajadora y responsable, siempre tuvo muy claro cómo funciona una cadena de mando por lo civil y por lo eclesiástico. Este manda, este obedece, y el que no acata las normas a la calle. Eso dijo a su sobrina Mari cuando se quedó sin trabajo por empeñarse en hacer las cosas al revés de cómo le decía el jefe: te ha pasado lo lógico, ¿qué querías?

Por eso Rafaela no comprende las cosas que pasan en la Iglesia. Acaba de llamarme, y mira que hacía tiempo. Una llamada, por cierto, en tono de preguntar y desahogarse. Casi que la estaba esperando.

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